Motiva a tus hijos a ejercitarse para mantenerse saludables


Es de suma importancia tener el hábito del ejercicio desde edad temprana, como aprender a lavarse la manos antes de comer y después de ir al baño o cepillarse los dientes tres veces al día. Sin embargo, las campañas para fomentar la actividad física no son suficientes. Desafortunadamente no se le ha dado la importancia debida para inculcar a la niñez a tener este hábito que lo ayudará a mantenerse saludable y lograr una mejor calidad de vida por largo tiempo.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), salud es el bienestar físico, mental y social y no sólo la ausencia de dolencias o enfermedades (1948). Y el bienestar, según el Dr. John Travis, es la práctica voluntaria de la prevención de enfermedades y discapacidades y completo desarrollo de todas las dimensiones de la vida. Lograr el bienestar es un proceso, una forma de vida, no un estado que se consiga de súbito y para siempre.
Las madres en México tienen un papel muy importante dentro de la familia ya que son las responsables de la educación de los hijos por estar más tiempo con ellos, así que es importante que estén conscientes de este papel e informarse, además de las materias que cursa su hijo, de otros aspectos no menos importantes, como son la alimentación y las actividades físicas que pueda practicar su menor y que van a ser de él o ella un@ ciudadan@ saludable tanto mental, como físicamente.
Mamá, te invito a que reflexiones sobre lo mencionado y pongas especial atención en tu hijo o hija. Si aún no tienes esta responsabilidad, tal vez tengas herman@s, prim@s o sobrin@s, comienza con ellos, foméntales el interés a la práctica de un ejercicio, el que más le agrade estará bien, no hay que imponerles actividades que no puedan realizar y que en lugar de ayudarles a motivarse, los desilusione.
Ofréceles información sobre actividades físicas que pueda practicar a su edad y de esta forma elija la que más le guste.
Existen varias actividades en las cuales pueden participar niños y niñas como: la natación, fútbol, alguna disciplina de las artes marciales, béisbol, gimnasia, danza regional, jazz, hawaiano, ballet, por mencionar algunas. Mientras se decide la actividad, comienza por caminar de dos a tres veces por semana con él o ella por un lapso de 20 a 30 minutos. Este es uno de los ejercicios más seguros y es un buen comienzo.
Importante tomar en cuenta:

  • Debe      de existir un examen físico antes de comenzar con la actividad
  • El      niño debe de contar con la madurez necesaria para poder seguir a su      entrenador o instructor, según la actividad que se elija.
  • El      entrenador o instructor  debe de estar capacitado para trabajar      con niños

No lo pienses más y comienza hoy a fomentar el hábito del ejercicio en el menor, que de alguna manera, se guía por lo que ve en la familia, aprovecha esta imagen para que él se motive y escoja la actividad que más le agrade y que se le quede bien claro que es por su salud, no por lograr una imagen como los personajes de televisión que casi rompen las camisas con la musculatura, en el caso de los hombres y en las mujeres la idea de querer ponerse la talla más diminuta.
Recomiéndale que ¡cuide su cuerpo, que es su casa!
 

Uso prolongado del biberón aumenta riesgo de obesidad

Una investigación realizada en Estados Unidos y publicada en la revista de pediatría Journal of Pediatrics, afirma que los niños que son alimentados con biberón, pacha o mamadera hasta los dos años, tienen 30% más de probabilidades de ser obesos al cumplir los 5 años de edad.

 

Investigadores de universidades en Ohio y Filadelfia calcularon que las probabilidades de obesidad en estos niños son 1,33 veces mayor que los que no usan el biberón. La razón según los expertos, se debe a que el uso prolongado del biberón puede conducir a que los niños consuman un exceso de calorías, particularmente cuando los padres lo utilizan para calmarlos en vez de hacerlo en respuesta a sus necesidades alimenticias.

 

Además si el niño sigue con el biberón más allá de los dos años, la madre podría estar tentada a llenarlo con bebidas azucaradas, haciendo que el niño se acostumbre a tener cosas dulces en su dieta, señalan expertos.

 

De los casi 7.000 niños estadounidenses que fueron analizados en el estudio, el 22% utilizaban el biberón como su principal recipiente de bebidas, o se iban a la cama con un biberón que contenía una bebida alta en calorías.

 

Casi una cuarta parte de este grupo resultó ser obesa a la edad de cinco años, comparado con el 16% de niños que para los dos años ya habían abandonado el biberón.

 

Por esta razón, los expertos sugieren a los padres retirar el biberón a los bebés al cumplir un año, para evitar el riesgo de alimentación excesiva. Por su parte la fundación británica de asistencia a los padres, National Childbirth Trust, aconseja estimular a los niños a consumir bebidas en taza antes de cumplir un año.

Los niños y la mesa

Cada vez es más difícil encontrar niños sanos y delgados, pues a menudo, ya sea por pereza o por malos hábitos, los pequeños corren el riesgo de sufrir sobrepeso.

 

La alarma del sobrepeso y obesidad en los niños, ha saltado alrededor del mundo. Se estima que actualmente de cada cuatro niños, uno supera el peso correcto. Las principales causas son el estilo de vida cada vez más sedentario y una alimentación abundante, rica en grasas y muy energética.

 

Los niños necesitan hacer ejercicio y ajustar las comidas al gasto energético, seguir un horario, y no saltarse ninguna comida. Para crecer bien, todo niño necesita introducir cada día todos los nutrientes, con gran variedad y en las dosis justas.

 

Siga estos consejos y estrategias sobre alimentación equilibrada para sus hijos. Recuerde que si hasta los 12 meses son los pediatras los que guían la dieta de los pequeños, a partir de ese momento la educación alimentaria pasa a manos de los padres.

 

El rito de la mesa

Una familia poco interesada en la comida, donde se prefiere comprar platos preparados, se come con prisa, sin controlar horarios y se da poca importancia a lo que se lleva a la mesa, incide sobre la relación entre el niño y la alimentación. El momento de la comida tiene además un enorme valor educativo para la formación de un niño, para la construcción de las costumbres y de los comportamientos alimentarios.

 

Lo que se come es tan importante como la “forma” de comer. Lo ideal es sentarse a la mesa todos juntos, con calma, prestando mucha atención al niño y a lo que se ha preparado para él. ¿Y cuando el problema es que el pequeño llega a la mesa sin hambre?. Entonces se necesita replantear las comidas durante el día, limitar picar entre horas, establecer horarios fijos para las 5 comidas diarias y estar en la mesa el tiempo necesario, sin televisión.

 

Las diferentes etapas del rito de la mesa:

 

1. EL DESAYUNO

Un desayuno completo se compone de una taza de leche o un yogur, 2 rodajas de pan con 2 cucharadas de mermelada o una porción de bizcocho casero o cereales en copos y fruta, y suplirá entre el 20 y 25% de las calorías diarias.

 

Es muy importante que se ingiera con calma, recuerde que los niños imitan a los mayores, por lo que si la mamá bebe un café rápido, difícilmente conseguirá convencer al hijo para hacer un desayuno completo. Un método para ayudar a los niños, es usar una tabla de refuerzos positiva, por ejemplo, por la noche que preparen la mesa con lo necesario para el desayuno.

 

2. LA MERIENDA

Si el desayuno es completo y sustancioso, difícilmente el niño tendrá demasiada hambre a media mañana, y esto impedirá que se llene de aperitivos y bollería. Por eso, tanto a media mañana como de merienda, lo mejor es una rebanada de pan con mermelada, miel o aceite, o un yogur con fruta o galletas o bocadillo. Como alternativa, una manzana o un puñado de frutos secos. Todos son alimentos que proporcionan otro 10% de las calorías necesarias durante la jornada. Si el niño se empeña en una merienda “industrial”, trate de insistir en alimentos sanos y genuinos y conceda como premio de vez en cuando su capricho.

 

3. LA COMIDA Y LA CENA

La fórmula ideal a mediodía es: 60 g de pasta y 80 g de carne o pescado (alternar huevos y quesos), y guarniciones de verduras, con un panecillo y una fruta. En la cena, al menos 2 veces a la semana, debería tomar sopa de verduras, un huevo y una loncha de queso y siempre, un acompañamiento verde, crudo o cocido.

Estimula el apetito en tus hijos

Los niños pequeños, especialmente entre 1 y 3 años, pasan por una etapa en la que suelen tener poco apetito, al punto que a veces la hora de las comidas se convierte en una batalla campal con los padres para lograr que coman.

 

Si éste es su caso deberá ingeniárselas para lograr que sus niños se alimenten bien y aprendan a comer de todo. Acá encontrará algunos consejos que pueden ayudarle en esta difícil tarea.

 

1. Presentación de los alimentos

Una buena presentación logra mucho, recuerde el viejo y conocido refrán que dice que “la comida entra por los ojos”. Trate de inventar presentaciones divertidas. Las ensaladas, entradas y postres se prestan para hacer platos con diseños de caritas, personajes infantiles, carritos, flores y otras figuras llamativas.

 

2. Involúcrelo en la preparación

Permita que su hijo le ayude en la cocina. Si su hijo tiene más de 5 años, deje que le ayude a decorar y que vea como mamá prepara la comida y se dé cuenta del trabajo que cuesta hacerla.

 

3. Déjelo experimentar

Deje que su hijo experimente con la comida. Si es muy pequeñito, no sea tan estricta respecto al uso de cubiertos, deje que coma con la mano, que huela la comida o revuelva un poco el plato. Esto ayuda a estimular sus sentidos y comer.

 

4. Fije un horario para la comida

Conviene fijar un horario para toda la familia para que el niño vea a los demás comiendo y le den más ganas de comer. Si prefiere que coma solamente a determinada hora, trate de que sea así todos los días, para que su estómago se acostumbre y sienta hambre a esa hora.

 

Si conoce otras técnicas que le hayan ayudado a estimular el apetito, podría compartirlas dejando un comentario.

Alimentos que puede comer un niño celiaco en un festejo

Por supuesto se deben tener en cuenta algunas precauciones respecto a los alimentos que ingerirá.

 

A continuación encontrará un listado de alimentos libres de gluten que pueden comer los niños celiacos durante un festejo o actividad social.

 

• Patatas fritas sin aromas ni sabores, hechas con patata, aceite y sal.

• Snacks caseros o comprados sin gluten.

• Sándwiches elaborados con pan, jamón y queso sin TACC.

• Cacahuetes con y sin sal.

• Tartas aptas de variedad de sabores.

• Galletas aptas de chocolate, maíz, queso, etc.

• Frutos secos crudos: nueces avellanas, pistachos, castañas, etc.

• Palomitas de maíz elaboradas con maíz, aceite y sal o azúcar.

• Yogures naturales, helados de vainilla, nata o caseros aptos.

• Alfajores elaborados con ingredientes aptos.

• Golosinas sin gluten, elaboradas en casa o compradas en tiendas aprobadas.

• Empanaditas de copetín aptas. Se las puede hacer de jamón y queso, verduras, capresse, de carne, choclo (elote) y queso, etc.

• Pizzas y pizzetas (con masa de arroz, maíz o patata).

• Jugos naturales exprimidos y con pulpa, licuados de frutas, helados y flanes caseros.

• Magdalenas, croisants, bizcochos, mantecados y buñuelos sin gluten.

• Bombones de chocolate, arroz o brownies sin gluten.

• Aceitunas con y sin hueso

• Encurtidos.

Los niños obesos deberían reducir el consumo de frutas

Un nuevo estudio realizado por investigadores del Instituto de Medicina Nutricional en Alemania, determinó que la fructuosa, el azúcar contenida en las frutas y jugos, estimularía el sobrepeso en los niños.

 

Los investigadores evaluaron la reducción temporal del consumo de este tipo de azúcar natural en un grupo de 15 niños cuyas edades oscilaban entre los 5 y 8 años y comprobaron que dicha reducción estimuló la pérdida de peso en el grupo de control.

 

El estudio duró tres meses, periodo en el cual los niños recibieron alimentos con la mitad de la fructosa, en función de su alimentación anterior. La conclusión fue que una reducción temporal en el consumo de este tipo de azúcar puede tener un efecto beneficioso en niños obesos.

 

El estudio hace referencia a una reducción y no a la eliminación de las frutas en las dietas infantiles, que son más que beneficiosas a nivel nutricional ya que representan las fuentes naturales de vitaminas y minerales y su consumo es indispensable para una dieta equilibrada.

 

La presente investigación habla de obesidad instalada, donde se deben elaborar planes nutricionales con profesionales que realicen evaluaciones individuales, para establecer una dieta infantil específica.

 

Neofobia: el rechazo de los niños hacia nuevos alimentos

En otras palabras, la Neofobia es la cara de “no me gusta” que ponen los niños y bebés ante un alimento desconocido. Ellos temen la incorporación de nuevos alimentos en su dieta y los rechazan categóricamente.

 

La Neofobia es un mecanismo natural del niño y refleja un proceso de adaptación. El que un niño rechace algún alimento, no significa necesariamente que padezca este trastorno.

 

La Neofobia puede aparecer por primera vez con el destete, aunque usualmente se presenta en niños de dos a tres años de edad, etapa que coincide con el desarrollo de su personalidad, en la cual el niño comienza a estructurar su alimentación y a afirmar sus gustos y preferencias. En algunos casos la Neofobia puede volver, una vez superada.

 

Se sabe que este trastorno es una de las causas principales de la inapetencia en los niños, por lo que es importante no forzarlos a comer un determinado alimento, sino intentar incorporarlo paulatinamente en su dieta.

 

La resistencia que muchos niños presentan especialmente ante las frutas y verduras es difícil de vencer, requiere paciencia, ingenio, perseverancia y sobre todo convicción en la importancia de adoptar desde la infancia una alimentación saludable.

 

Consejos para vencer la Neofobia en los niños.

 

• Evita la monotonía

No ofrezcas siempre al niño las mismas frutas y verduras. Procura ofrecerle todo tipo de alimentos, no solamente aquellos que sabes que aceptará, pues esto podría predisponerlo a adquirir el trastorno. Trata de variar incluso la preparación de los alimentos, pues la monotonía puede hacer que pierda la preferencia que se había logrado por cierto alimento.

 

• Cocina con tus niños

Hazlos partícipes de la preparación de comidas con frutas y verduras. Será un buen incentivo, ya que cuando los niños ayudan siempre prueban la comida y el que prueben un nuevo alimento será un punto a favor.

 

• Comidas sencillas

No te compliques con las comidas. Las comidas muy elaboradas pueden volverse enemigas. Es mejor preferir las preparaciones sencillas y cotidianas.

 

• No disfraces las verduras

Muchas mamás “disfrazan” las verduras con tal que los pequeños se las coman, sin embargo, procesarlas para disimularlas en las comidas, puede ser un arma de doble filo. Puedes aumentar su consumo, pero no hará que los niños las consideren como una posibilidad, ya que el disfraz no permitirá que el niño conozca las verduras, sus sabores y texturas.

 

Cuando introduzcas un alimento nuevo es importante que lo hagas más atractivo para el niño. Puedes acompañarlo con bromas y sin exigencias. Si lo obligas a ingerir un alimento, sólo conseguirás que su fobia aumente y que se convierta en manía.

 

Si la primera vez que introduces un alimento, el niño no lo acepta de buen grado, no se lo des al día siguiente pero vuelve a intentarlo. Espera unos días para que no lo asocie con una experiencia traumática como vomitar, pues esto hará que lo rechace con más fuerza. Estudios sugieren que hay que insistir en un mismo alimento al menos 15 veces antes de desistir.

 

Es importante también que la temperatura del alimento sea la correcta, el que esté un poco más caliente de lo normal o demasiado frío, podría ser la excusa perfecta para que no lo pruebe.

 

Finalmente la actitud de los padres es vital en este tema. Al igual que en otras áreas, los padres deben predicar a sus hijos con el ejemplo. El niño debe comprobar que los padres comen de todo y que le dan la misma importancia a todos los alimentos. Esto ayudará en la labor de introducirlos en su dieta.

 

Tomar más agua reduce el sobrepeso en niños

Un mayor consumo de agua disminuiría el riesgo de padecer sobrepeso en los niños y adolescentes, según expertos en Nutrición y Pediatría que participaron en la presentación del libro “El agua mineral en la infancia”, elaborado por el Instituto de Investigación Agua y Salud, en colaboración con la Asociación Española de Pediatría.

 

El doctor Isidro Vitoria Miñana, pediatra de la Unidad de Nutrición del Hospital La Fe de Valencia, destacó que “el agua y la leche han de seguir siendo las bebidas habituales en la infancia, mientras que las bebidas calóricas sólo han de ser de consumo ocasional”, y señaló que para evitar la epidemia de la obesidad el niño ha de comer con agua en las comidas, y no con otro tipo de bebidas.

 

En concreto, subrayó que, según los resultados de estudios realizados en países como Australia, México o Canadá, el agua es la primera herramienta contra la obesidad, ya que puede ayudar a reducir en más del 30 por ciento el riesgo de padecer esta enfermedad. Además, otros trabajos demuestran que la disponibilidad de “latas” en los colegios no son un beneficio para la prevención de la obesidad, y señalan que en vez de esas bebidas podía haber agua mineral natural.

 

Por otro lado, los especialistas destacaron la ventaja del agua mineral en la preparación de biberones y papillas porque no precisa llevarla a ebullición, a diferencia del agua del grifo, que ha de ser hervida al menos un minuto para estar seguros de que está libre de parásitos.

 

Asimismo, este experto en Pediatría destacó que la composición constante, es decir, la capacidad en el tiempo de que permanezcan en composición constante las aguas minerales naturales, permite elegir qué determinada agua, y en función de las necesidades nutricionales del niño se podrá elegir, según el calcio o sodio que se necesite en cada momento.

 

Según se recoge en la guía sobre el agua mineral y la infancia, los expertos destacaron que los niños deben beber una media de 1,8 litros de agua hasta los 8 años y, a partir de los 9, esta cantidad sube hasta los 2,5 litros en los niños y hasta los 2,2 en las niñas.

 

Por su parte, el profesor titular de Hidrología Médica de la Universidad Complutense de Madrid, Francisco Maraver, explicó que el agua mineral natural es constante en la composición, tiene una pureza de origen, y se envasa en el origen sin ningún tipo de manipulación ni química ni microbiológica, y es una garantía, a diferencia del agua de la red.

Tips para alimentar mas sano a tus hijos

El tema de la alimentación de niños y adolescentes resulta difícil de abordar e implementar, dado que a esta edad prefieren la comida chatarra o comida rápida, saturada en grasas y colesterol, en lugar de alimentos que son verdaderamente saludables. Sin embargo, de los padres depende que los hijos se alimenten sana y saludablemente.

 

Es primordial enseñarles a alimentarse correctamente desde la infancia y crear hábitos saludables, pues los niños aceptan mucho mejor aquello que se les enseña y muchas veces estas lecciones perduran por el resto de sus vidas.

 

Para alimentar mejor a los hijos tome en cuenta los siguientes consejos:

 

• En la alimentación de niños y adolescentes no debe faltar ningún alimento de la pirámide nutricional.

 

• Deles el mínimo de azúcar refinado y en lo posible no utilice harinas refinadas. Prefiera las integrales al igual que los cereales, los copos y las pastas.

 

• Prefiera siempre carnes blancas como el pescado o las aves, y no les ofrezca comidas innecesarias entre horas.

 

• En la medida que pueda, utilice productos lo más frescos posibles y minimice los productos elaborados e industrializados, como fiambres, embutidos, y postres que se consiguen ya preparados en el supermercado.

 

• De ser posible evite también todos los aditivos, utilice sales de origen marino y en poca cantidad.

 

• Incluya en la dieta de sus hijos legumbres, añada un poco más cada día.

 

• No abuse de los lácteos, sobre todo cuando los niños estén resfriados. Prefiera aquellos que son desnatados o descremados.