La manzanilla es una hierba con excelentes propiedades: es un potente relajante, ayuda a distender los músculos, es un antiinflamatorio natural y favorece la digestión. Podemos tomarla en infinidad de ocasiones y para distintas cosas. En este post veremos de qué forma podemos usarla y sacarle el máximo partido posible a esta estupenda hierva.
La manzanilla puede ser usada para ayudar a resolver contracturas musculares. Por su poder tranquilizador y relajante favorece la distensión de nuestros músculos ayudándonos a superar tirones, contracturas, etc. También puede ayudar a las mujeres con sus dolores menstruales ya que relaja y actúa como antiinflamatorio natural.
Si hacemos una digestión pesada la manzanilla tomada en forma de té nos ayudará a relajar nuestro estómago y favorecerá la digestión. También tiene un papel importante aplicada sobre la piel que nos ayuda a desinfectar y curar quemaduras, alergias, etc. Tradicionalmente las madres lavaban los ojos de sus hijos que padecían conjuntivitis con un algodón empapado en agua de manzanilla y como ellas decían “era remedio de santo”.
Pero aun hay otra forma más de usar esta estupenda hierba. Si atravesamos momentos de estrés o ansiedad la manzanilla será el remedio natural más efectivo que podamos encontrar pues nos ayudará a superar los constantes nudos en el estómago, los dolores de cabeza derivados del estrés y el insomnio. Por todas sus propiedades es una hierba que siempre es grato tener en nuestra despensa