Hoy en día existe más gente sufriendo de cáncer de lo que jamás habíamos visto. ¿Qué es lo que estamos haciendo tan mal que esta enfermedad está atacando más seguido que en cualquier momento de la historia de la humanidad? Ha sido comprobado que los alimentos juegan un rol importantísimo en el desarrollo o prevención del cáncer. Aléjate de los siguientes alimentos en la medida de lo posible:
Alimentos procesados
Existen muchas sustancias que son añadidas a los alimentos preparados comercialmente, como colorantes artificiales, sabores químicos, sal, azúcar o endulzantes artificiales. Estos aditivos son investigados constantemente por los investigadores para checar si alguno de ellos es un riesgo real. A veces existe un miedo sobre un aditivo en particular o existen aditivos que se piensan que causan cáncer. Por ejemplo, la comida en conserva, salada o ahumada puede aumentar el riesgo de cáncer de estómago. Esto podría explicar por qué hay un índice tan alto de cáncer de estómago en Japón, donde la comida salada y en conserva es muy popular. También en un estudio epidemiológico publicado en Junio del 2010 en el Diario Americano de Nutrición Clínica encontró que una dieta alta en sales puede aumentar el riesgo de cáncer de estómago en un 10%. También los colorantes artificiales en los alimentos pueden presentar muchos riesgos de salud. La investigación que se ha hecho en colorantes artificiales de comida y el cáncer está limitada a estudios con animales, incluyendo ratones y ratas, pero algunos claman que estos colorantes son tóxico – posiblemente lo suficientemente tóxicos como para causarles cáncer a los humanos.
Carne roja, procesada o al carbón
Se ha encontrado que el cáncer de estómago e intestino es más común en gente que come mucha carne roja y procesada. La carne roja incluye toda la res, puerco, cordero o ternera, ya sea fresca, molida o congelada. También todas las carnes procesadas pueden plantear un riesgo de cáncer. Éstas son aquellas que han sido preservadas en otra forma que no es congelación, e incluye tocino, jamón, salami, salchichas, cecina, pudín negro, paté y carne enlatada. Cuando comes carnes procesadas, lo más probable es que estés consumiendo nitrito de sodio o nitrato de sodio, que se le agregan a las carnes curadas y procesadas para preservar el color y extender la vida de anaquel. Desafortunadamente, estos compuestos se pueden convertir en nitrosaminas, que se conocen por causar cáncer en ratas de laboratorio (aunque otra vez, la relación con humanos es incierta). También los hot dogs, tocino y parecidos pueden ser conservados por métodos que involucran humo o sal, que también aumentan la exposición a químicos potencialmente cancerígenos.
También la comida al carbón crea químicos que pueden dañar nuestras células, haciéndolas más probables de convertirse en cancerígenas. Es por eso que la forma en la que cocinas la carne puede hacer una gran diferencia en el riesgo de cáncer que supone para ti. Las carnes término tres cuartos o muy cocidas, que están ligeramente quemadas en el exterior se encuentran entre los peores alimentos que incrementarán el riesgo de cáncer.
Azúcar
Existen muchos sitios web que promueven la idea de que el azúcar “alimenta” al cáncer. Sugieren que consumir alimentos con azúcar hace que el cáncer crezca más rápido. Como resultado, algunos pacientes de cáncer evitan comer cualquier tipo de azúcar, y eliminan alimentos benéficos, como frutas, que contienen nutrientes esenciales. Sin embargo no hay investigaciones concluyentes en sujetos humanos que pruebe que el azúcar haga que las células cancerígenas crezcan. Evitar alimentos con azúcar procesada es una buena idea en general, pero eliminar alimentos con azúcar natural no evitará que las células cancerosas se sigan dividiendo. Según la Clínica Mayo, el azúcar no hace que el cáncer crezca más rápido. Todas las células, incluyendo las cancerosas, dependen del azúcar en la sangre (glucosa) para obtener energía. Pero dándole más azúcar a las células cancerosas no acelera su crecimiento. Así mismo, privar a las células de cáncer de azúcar no desacelera su crecimiento. La relación entre el azúcar y el cáncer es diferente – de acuerdo a la Sociedad Canadiense de Cáncer, comer muchos alimentos azucarados probablemente te hará más propenso a ganar peso. Los estudios demuestran que tener sobrepeso u obesidad incrementa el riesgo de cáncer. Esto es porque la obesidad puede causar cambios en los niveles hormonales o en la insulina que podría incrementar el riesgo de desarrollar cáncer de seno, de colon o uterino. Es por eso que es importante limitar el consumo de azúcar en tu dieta. Las dietas que son altas en azúcar y carbohidratos refinados te pueden llevar a tener sobrepeso u obesidad, lo que indirectamente aumenta el riesgo de cáncer con el tiempo.
El azúcar no sólo se encuentra en los alimentos obvios como galletas, pasteles, refrescos y otros dulces. El azúcar se puede encontrar en la salsa para la pasta, aderezo para la ensalada y vegetales enlatados. Así que cuando leas las etiquetas de la comida, busca que el azúcar no esté entre los ingredientes listados al principio y ten cuidado con los otros nombres del azúcar: fructosa, lactosa, sacarosa, maltosa, glucosa y dextrosa. Los azúcares naturales como melaza, miel y jarabe de maple contienen antioxidantes benéficos, pero éstos también deben ser consumidos con moderación.
Comida frita, papas a la francesa, papas fritas y comida chatarra
Las papas a la francesa, las papas fritas y otros snacks pueden contener altos niveles de acrilamida, otra sustancia cancerígena que se forma cuando los alimentos se calientan a temperaturas altas, como cuando estás horneando o friendo. El acrilamida se puede encontrar en cualquier alimento que se calienta a una temperatura mayor a 120°C, pero se ha encontrado que las papas fritas y las papas a la francesa son los alimentos que tienen el nivel más alto entre los alimentos analizados. Los métodos de cocina tales como freír, hornear o rostizar son más propensos a producir acrilamida, mientras que hervir, hacer al vapor o cocinar en microondas parece que produce menos. También, el tiempo de cocción y la temperatura aumentan la cantidad de acrilamida en los alimentos.
Es importante mencionar que una exposición prolongada al acrilamida ha causado una variedad de tumores en pruebas animales (ratas y ratones), mientras que hasta ahora la mayoría de los estudios en humanos publicados no han podido probar ninguna relación entre el acrilamida y varios tipos de cáncer. Sin embargo, muchos lo consideran como una potencial de carcinógeno humano por los resultados de las pruebas en animales. Si todavía te preocupa, la FDA y otros grupos de salud pública recomiendan seguir el consejo general de comida saludable, lo que incluye limitar el consumo de alimentos fritos y grasos.
Otros compuestos que se han encontrado en este tipo de alimentos, y que pueden aumentar el riesgo de cáncer son las grasas trans o los ácidos grasos trans. Estos se forman cuando los fabricantes convierten los aceites líquidos en grasas sólidas mediante un proceso que se llama hidrogenación. Y de hecho, las grasas trans se pueden encontrar en varios alimentos incluyendo manteca vegetal, margarina, galletas saladas, cereales, dulces, postres horneados, galletas, barras de granola, papas fritas, frituras, aderezos de ensaladas, alimentos fritos, grasas y muchos otros alimentos procesados. Las grasas trans no sólo aumentan tu riesgo de enfermedad cardiovascular y diabetes tipo 2, sino que el alto consumo de ácidos grasos trans también puede tener una asociación directa con cáncer de próstata en los hombres, que se encuentra en primer lugar entre los cánceres malignos más comunes en hombres americanos. La inflamación crónica juega un rol importante en el desarrollo del cáncer de próstata y la asociación de grasas trans e inflamación crónica podría muy bien explicar la relación entre el cáncer de próstata y la ingesta de ácidos grasos trans. Sin embargo, todavía se necesitan estudios y pruebas clínicas que demuestren este hecho.
Exceso de alcohol
Existe un fuerte consenso científico sobre la relación entre el consumo de alcohol y varios tipos de cáncer. Mientras más alcohol consuma una persona regularmente en el tiempo – mayor será su riesgo de desarrollar un cáncer asociado con el alcohol. Según Cancer Research UK y la Sociedad Americana de Cáncer, el alcohol puede incrementar el riesgo de un número de cánceres, como cáncer de boca, de hígado, de seno, de intestino y de garganta. Probablemente has escuchado sobre otros estudios que han encontrado que ciertas sustancias en el vino tinto, como el resveratrol, tienen propiedades anticancerígenas, pero como muchas cosas en la vida, el consumo moderado es la clave. Como parte de sus directrices en cuanto a nutrición y actividad física para la prevención del cáncer, la Sociedad Americana de Cáncer recomienda a la gente que toma alcohol, que limite su consumo a no más de 2 bebidas al día para los hombres y una bebida al día para mujeres.