Aumentar el ejercicio y el consumo de agua y frutas lleva al éxito, según un estudio
Hacer más ejercicio, reducir el consumo de gaseosa y pesarse están entre las estrategias de control de peso más eficaces para los adolescentes, según muestra un estudio reciente.
Los investigadores encuestaron a 130 adolescentes sobre sus estrategias de control de peso y hábitos de estilo de vida. De ellos, 62 habían logrado perder peso y 68, no. Las respuestas se agruparon en cuatro categorías:
- Conductas saludables de control de peso, lo que incluía comer menos calorías, aumentar el ejercicio, comer menos alimentos ricos en grasa y comida basura, beber menos gaseosa, beber más agua, pesarse, comer más frutas y verduras y realizar distintos tipos de ejercicio.
- Conductas malsanas de control de peso, que incluía usar laxantes, vomitar, usar diuréticos, fumar y hacer ayuno.
- Cambios dietéticos extremos, que incluía el uso de complementos dietéticos líquidos, la dieta Atkins, una dieta estructurada, los ayunos y aumentar el consumo de proteína.
- Conductas estructuradas, que incluían comer un cierto número de calorías, contar calorías, registrar la ingesta alimentaria y trabajar con un profesional.
En general, un porcentaje mayor de participantes que perdieron peso usaron seis o más de las conductas sanas de control de peso, frente a los que no perdieron peso. Una minoría de adolescentes que perdieron peso reportaron usar cualquiera de las conductas estructuradas de control de peso o cambios dietéticos extremos.
«En primer lugar, nuestros hallazgos proveen cierto optimismo de que los adolescentes pueden perder una cantidad significativa de peso y mantener dicha pérdida», escribieron Kerri Boutelle, de los departamentos de pediatría y psiquiatría de la Universidad de California, en San Diego, y colegas.
«En segundo lugar, nuestros hallazgos sugieren que no hay soluciones mágicas, y que las conductas como comer más frutas y verduras y comer menos grasa y reducir el tiempo sedentario parecen ofrecer la mayor promesa de éxito… Pesarse podría ser una herramienta de monitorización útil para los adolescentes con sobrepeso; en el estudio actual, el mayor porcentaje de adolescentes que perdió peso reportó pesarse semanalmente, mientras que el mayor porcentaje de adolescentes que no perdieron pesos reportaron pesarse menos de una vez al mes. Por último, las conductas malsanas de control de so no se asociaron con pertenecer al grupo que perdió peso. Los adolescentes se beneficiarían de escuchar esta información de dietistas y otros proveedores de atención de salud para prevenir el desarrollo de conductas malsanas de control de peso. Los hallazgos del estudio actual tienen el potencial de guiar tanto estudios futuros de investigación como intervenciones clínicas para la obesidad en adolescentes».