Mamey, la fruta tropical

El mamey es una de las frutas tropicales más gustadas, por su textura y sabor, se puede degustar en postres, helados, batidos, en conserva y en ensaladas.
Esta maravillosa fruta ocupa un lugar especial por el triple atractivo que ejerce entre los amantes de los frutos exóticos, en especial por su color y la textura de su pulpa y aroma.
Fray Bartolomé de las Casas, en su Apologética Historia sumaria, Capítulo XII, relata había algunos frutos silvestres por los montes, y muy buenos, de nombre mameyes. Describía también que por su olor y sabor, era fruta de reyes.
Este es un fruto de clima tropical de regiones cálidas y húmedas de México. Se considera originario de las selvas del sur de México y de América central dada la densidad de los tipos criollos que en esta zona se localiza. Posteriormente se diseminó a toda la América tropical y a las Antillas, actualmente se le encuentra en México, Centroamérica, las Antillas, Sudamérica, Filipinas, Cuba y Florida.

Por siempre el mamey se ha consumido como fruta fresca, aguas frescas, licuado y en helados, por la cremocidad.
Su tronco llega a medir cerca de un metro de diámetro, y por la forma que luce su espeso follaje, este árbol es de una belleza impresionante.
El mamey actúa en el organismo como un tónico bastante aceptable, a la vez que resulta favorable para una buena digestión.
En las Antillas las flores se utilizan para la destilación de un licor intenso y fragante. Los usos del mamey en la medicina popular han incluido el tratamiento de las infecciones del cuero cabelludo, la diarrea y para problemas oculares y de digestión.
Su cosecha en México es en el mes de abril y mayo, aunque también se encuentra todo el año. En México los estados de mayor producción son: San Luis Potosí, Tabasco, Veracruz, Chiapas, Guerrero, Oaxaca, Puebla y Colima.