Según la Organización Mundial de la Salud, el aumento del sobrepeso y la obesidad en todo el mundo es uno de los principales desafíos para la salud pública. Personas de todas las edades y condiciones se enfrentan a este tipo de malnutrición, a consecuencia de la cual están aumentando las tasas de diabetes y de otras enfermedades relacionadas con el régimen alimentario. En los países en desarrollo hasta el 20% de los niños menores de 5 años tienen sobrepeso.
Por otra parte, la OMS advierte de que la obesidad y el sobrepeso afecta más a los que menos tienen. «Los grupos de bajos ingresos de todo el mundo y las poblaciones de los países en transición económica suelen sustituir los alimentos tradicionales ricos en micronutrientes por bebidas azucaradas (por ejemplo, refrescos) y alimentos salados y dulces, ricos en grasas y energía, que son objeto de intensa publicidad. Esas tendencias, unidas a una reducción de la actividad física, se asocian a una creciente prevalencia de obesidad. Se necesitan estrategias encaminadas a mejorar la calidad de las dietas aumentando el consumo de frutas y verduras, además de fomentar la actividad física, a fin de frenar la epidemia de obesidad y de las enfermedades a ella asociadas», explica la institución.
La OMS trabaja desde hace años en analizar las causas y buscar soluciones. Por eso, en 2003 realizó un informe llamado «Dieta, nutrición y prevención de enfermedades crónicas» en el que los refrescos azucarados no salían muy bien parados y alertaba de su estrecha relación con la obesidad. «El consumo elevado y creciente de bebidas azucaradas por los niños en muchos países es sumamente preocupante. Se ha calculado que cada nueva lata o vaso de bebida azucarada que consumen al día aumenta en un 60% su riesgo de acabar siendo obesos», afirma el informe.
Pero los refrescos azucarados no sólo inciden en la obesidad y el sobrepeso, sino que también están vinculados a otras enfermedades como la erosión dental. Según el informe citado anteriormente, «se ha demostrado que los aumentos de la erosión dental relacionados con la edad son mayores en las personas que consumen más refrescos», por lo que para reducir la incidencia de la erosión dental aconseja limitar la cantidad y frecuencia de ingestión de refrescos.
Para la OMS, está muy claro que hay que hacer para prevenir esta enfermedad, sobre todo en el caso de niños y adolescentes y aconseja, además de promover un estilo de vida activo y el consumo de frutas y verduras, restringir la ingesta de refrescos azucarados.
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