Ejercicio: Hazlo correctamente

De nada vale hacer ejercicios todos los días si no los hacemos de forma apropiada. De hecho, lo más importante para disfrutar de los beneficios de cualquier tipo de ejercicio, por encima de todo, es hacerlo bien.

Para comenzar a practicar cualquier tipo de ejercicio es necesario «educar» a nuestro organismo haciendo cambios progresivamente. Un factor fundamental a considerar es la disciplina, ya que no es lo mismo hacer ejercicios con la frecuencia, intensidad y dedicación que debemos, que realizarlos porque ya no nos quedan más excusas para hacer ejercicios. Estos elementos, la frecuencia (número de veces a la semana), la intensidad (ligera, moderada o alta) y el tiempo que cada vez le dedicamos al ejercicio son variables que siempre deben tenerse en cuenta para precisar si lo estamos haciendo bien.

Comienza poco a poco

En lo que a frecuencia se refiere, se recomienda hacer ejercicios cinco veces a la semana, en sesiones de unos 30 minutos cada vez, comenzando con una intensidad baja.

Si inicialmente no podemos hacer ejercicio cinco días a la semana, porque no tenemos tiempo o porque nos cansamos, podemos hacerlo tres días a la semana, un día sí y un día no.

Es muy posible que al comienzo, antes de adquirir una rutina, la persona sienta cansancio antes de completar los 30 minutos, aunque las actividades sean de intensidades bajas. En este caso, se recomienda suspender la práctica antes de llegar al agotamiento, tratando de “oír” a tu cuerpo.

A buen ritmo

Si deseas empezar a caminar o hacer otro tipo de actividad, lo recomendable es hacerlo inicialmente a tu ritmo normal y hasta que sientas el cansancio propio de una nueva actividad. Cuando veas que es posible recorrer esa misma distancia sin cansarte, puedes aumentar la distancia sin modificar la velocidad. Luego, puedes acelerar el paso sin aumentar la distancia, de tal manera que sólo se hagan cambios en una sola de las tres variables a la vez.

Para hacer bien el ejercicio, es necesario vestir ropa y calzado cómodos y apropiados para la actividad que se va a practicar. Esto es muy importante, no sólo para un mayor disfrute del ejercicio, sino para evitar problemas innecesarios como pueden ser las lesiones o la deshidratación.

Información básica no exhaustiva proporcionada con fines meramente informativos. Para ahondar con mayor profundidad sobre información relativa a herbolaria, dietas, sustancias o terapias de salud natural pregunte a su médico o consulte publicaciones científicas especializadas. Dienut, no se responsabiliza de ningún daño o problema relacionado con la utilización de sustancias, dietas o tratamientos naturales, su uso será responsabilidad absoluta de quien las usa, consuma y prescriba. Consulte a su médico antes de tomar cualquier tratamiento o sustancia. La información de este sitio No sustituye la atención médica y la consulta con profesionales en el área de salud. Consulte a su médico antes de iniciar cualquier tratamiento, dieta o programa físico.

 

Banana es igual a potasio

Se trata de una de las frutas más populares a nivel mundial, y en los Estados Unidos en estos días de crisis, la más económica. Ya sea sola, combinada en ensaladas de fruta y hasta acompañando platos principales, la banana es una de las fuentes esenciales de potasio, un mineral clave para darle energía al organismo.

Como indica el “Manual Merck de Información Médica para el Hogar”, editado por el laboratorio Merck Sharp & Dohme, la banana es eficiente para “el funcionamiento nervioso y muscular, el equilibrio acidobásico y el metabolismo del agua”. El texto agrega que 2 gramos diarios de productos que contengan este mineral (también lo poseen la leche entera y descremada, las ciruelas y las pasas de uva) son un buen aporte para que el potasio cumpla con su trabajo.

Por su capacidad de aportar energía al funcionamiento muscular, la banana también es altamente recomendada antes de realizar ejercicio o entrenamiento físico.

La Academia Americana de Pediatras recomienda en su sitio web incorporar la banana en su apartado sobre la importancia del desayuno porque esta comida “provee energía para la activa mañana del niño. Los niños que saltean el desayuno pueden no concentrarse bien en la escuela o pueden no tener energía para jugar”.

Como los pediatras reconocen que no todos los niños disfrutan de los más tradicionales desayunos, ofrecen algunos consejos para tener desayunos diferentes, y en dos de ellos está presente la banana:

 

  • Batidos para el desayuno: combinar leche descremada o con 1 por ciento de grasa con fruta e hielo en un vaso grande.
  • Banana congelada: cortar banana en un yogur y luego incorporar cereal. Frisarlas en recipientes o en forma de barras.

El periplo de esta fruta amarilla ha sido largo. Originaria de Malasia, conquistadores como Alejandro Magno la fueron acercando a Occidente, con escalas en Madagascar y las Islas Canarias, hasta que llegó a las Américas hace unos 400 años.

Una de las referencias más populares a esta fruta se encuentra en la obra clásica del siglo XVIII “Cyclopaedia of Practical Information”, de Arnold James Cooley, publicada en Londres en 1846, en donde ofrecen alternativas para comer la banana: “las bananas son comidas solas, en rodajas con azúcar y crema, o vino o jugo de naranjas. También asadas, fritas o hervidas. O procesada en forma de mermeladas”. Esta obra, aunque antigua, se puede leer en la web ya que el sitio Yahoo realizó el trabajo de digitalizarla.

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) refiere a la “Wellnes Enciclopedia of Food and Nutrition” (1992) para definir con exactitud el potencial de esta fruta: “La banana es la fruta fresca más popular en los Estados Unidos. Tiene una cáscara que se quita fácilmente, madura después de haber recogida, se encuentra todo el año y es barata. La banana tiene una cantidad alta de carbohidratos y también de potasio, y eso que hace que sea la fruta preferida de muchos atletas”.

Los CDC indican también que media tasa de banana (unos 75 gramos) aporta 70 calorías al organismo, 400 miligramos de potasio y 17 gramos de carbohidratos. Y aportan consejos útiles para la “sobrevida” de la banana luego de tomarla bien verde del supermercado, “para madurar más las bananas, déjelas a la temperatura ambiente por unos días. Cuando ya estén maduras, puede guardarlas en la nevera de 3 a 5 días. La cáscara se volverá de un color pardo en la nevera, pero la fruta no cambia”.

Información básica no exhaustiva proporcionada con fines meramente informativos. Para ahondar con mayor profundidad sobre información relativa a herbolaria, dietas, sustancias o terapias de salud natural pregunte a su médico o consulte publicaciones científicas especializadas. Dienut, no se responsabiliza de ningún daño o problema relacionado con la utilización de sustancias, dietas o tratamientos naturales, su uso será responsabilidad absoluta de quien las usa, consuma y prescriba. Consulte a su médico antes de tomar cualquier tratamiento o sustancia. La información de este sitio No sustituye la atención médica y la consulta con profesionales en el área de salud. Consulte a su médico antes de iniciar cualquier tratamiento, dieta o programa físico.

Ejercicio a tu medida

A veces cuesta hacerse tiempo, tomar la decisión. Al menos de oídas conocemos los enormes beneficios de realizar alguna actividad física, y así y todo no nos terminamos de decidir. Pero hay que atreverse y romper la inercia porque incorporar el ejercicio en la rutina diaria o semanal nos pondrá definitivamente en el camino correcto hacia una vida más saludable.

La Asociación Americana de Diabetes define ocho razones de peso para hacer ejercicio:

 

  • mantener su corazón y sus pulmones saludables (para no quedarse sin aliento cuando suba las escaleras corriendo)
  • contribuir a que esté más fuerte y más flexible
  • ayudar a mantener un peso saludable
  • ayudarle a sentirse mejor cuando esté de mal humor
  • relajarle cuando se sienta tenso o alterado
  • ayudarle a dormir mejor
  • darle confianza en sí mismo
  • reducir los niveles de glucosa en la sangre

Esta asociación agrega que “No es necesario que corra una maratón para agregar más actividad a su vida”. Y ese es justamente uno de los grandes tabúes: creer que si no hacemos ejercicio como la atleta olímpica o el jugador de fútbol admirado, no vale la pena.

Bailar, caminar, son verbos que definen actividades físicas. Pero para eso, dicen los expertos de la asociación, a veces hay que apagar el televisor. “Disminuya las horas que destina a la televisión, la computadora o los juegos de video cada día. En lugar de mirar ese programa malo que está entre sus dos programas favoritos, apague el televisor durante media hora, encienda la radio y baile sus canciones preferidas en su habitación”.

Y algo esencial: nunca se sienta torpe cuando está en movimiento. A veces la vergüenza por no sentirnos elástico es uno de los factores que nos hace permanecer estáticos como un cactus.

Otro consejo, dicen, haga ejercicio en forma gradual: si empieza queriendo completar media hora de abdominales, seguramente no vuelva a hacerlos nunca más. Y hasta termine con algún músculo lesionado. Empiece poco a poco, con cinco minutos por día estirando piernas, levantando brazo y girando cabezas.

Hoy en día, y especialmente por el aumento en las tasas de obesidad en la población, se enfatiza la necesidad de incorporar el ejercicio físico temprano en la vida. Y seguir haciéndolo hasta el final.

La Asociación Mexicana de Actividad Física y Deporte para Adultos y Ancianos, entidad gestora de campañas que promueven la actividad física, publica en su sitio Web un artículo del profesor Raúl Lorda -egresado del Instituto Superior de Educación Física de Montevideo, Uruguay, y autor y promotor del proyecto Educación Física y Recreación de la intendencia de esa ciudad- sobre el ejercicio en la tercera edad. Lorda asegura que “la ejercitación corporal facilita un camino de adecuación progresiva a medida que el tiempo pasa, dando la posibilidad a quienes la practican, de ser protagonistas de su propia historia, en el tránsito hacia una mejor calidad de vida”.

El autor logra una sintética y abarcativa definición de lo que significa la actividad física en la vida de un individuo. Y hasta sus beneficios económicos. “La actividad física (entre todas las terapias elaboradas con el objetivo de preservar la salud del hombre) es la más natural, la más higiénica y por consiguiente la menos costosa. Presenta la ventaja de que puede ser aplicada en todos los estadios de la vida, a condición de que se adapte a las posibilidades y a los límites de cada uno. No solamente tiende a favorecer las capacidades motrices e intelectuales sino que también hace posible una mejor adaptación física afectiva de las personas que caminan por esta etapa de la vida, en cuanto a su entorno familiar y social. Colaborando, finalmente, en esa lucha por la decadencia corporal y algunas angustias que provoca la soledad”.

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¿Al quiropráctico por el bolso?

Desde finales de 2007 la moda ha sido implacable con nuestra pobre espalda: los bolsos y las carteras se ha impuesto en tamaños “extra large” desmesurados. Y, como indica la ley, toda mujer sabe que cuanto más grande sea la cartera, más cosas cargará en ella… con consecuencias nefastas para la pobre y exigida columna vertebral.

Y los quiroprácticos están preocupados por esto ya que esta especialidad que nace en el país a fines del siglo XIX enfoca especialmente en el cuidado de la columna vertebral. Desde el Palmer College of Chiropractic, escuela pionera en el desarrollo de la quiropraxia con sedes en Iowa, California y Florida, se han hecho alertas sobre la importancia de la postura y lo nocivo que es el sobrepeso sobre los hombros y la espalda, que puede llevar a dolores y hasta a desarrollar una hernia de disco.

Los especialistas aseguran que prevenir cualquier dolor de espalda es bueno porque se considera que es uno de los padecimientos físicos que provocan mayor mal humor producto de un desequilibrio corporal general. Esto se logra con ejercicios que apuntan al fortalecimiento de la pelvis y estiramiento de la espalda para darle mayor elasticidad.

Si su obsesión por la moda la ha llevado al extremo de que se siente lesionada por lo pesado que es su bolso, quizás un quiropráctico pueda ayudarla. Para ir con buena información en las manos, la Asociación Quiropráctica Argentina explica que la práctica de la quiropraxia incluye:

 

  • Realizar una evaluación quiropráctica de la persona con el objeto de localizar y analizar la subluxación vertebral (cuando una o más vértebras se desplazan de su posición habitual, una de las principales causas del dolor de espalda).
  • Proceder al ajuste vertebral necesario para corregirla.
  • Evaluación posterior para asegurarse de que la columna de la persona se encuentra libre de subluxaciones.

Un quiropráctico, incluso, tal vez la aconseje bien sobre los límites de peso que puede cargar sobre sus hombros. Y le pedirá que logre un equilibrio entre su tamaño y el bolso que acarrea. En estos días es muy común ver mujeres de contextura pequeña literalmente arrastrando carteras que casi las superan en tamaño. Perder el balance, dicen, acarrea dolor.

La Asociación Brasileña de Quiropraxia indica que esta disciplina natural logra, a través de técnicas de masajes y manipulaciones directamente con las manos, que el cuerpo recupere la armonía. Y exactamente de eso se trata de no perder la armonía por estar a la moda.

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La mejor hora para hacer ejercicio

Entre las preguntas más frecuentes relacionadas con el ejercicio hay dos: ¿cuál es el mejor ejercicio? y ¿cuál es el mejor momento del día para hacer ejercicio?

En esta ocasión responderemos la segunda de estas preguntas. Para la primera, te referiremos a otro artículo, anotado al final de esta página.

Existen opiniones diversas y contradictorias acerca de qué tipo de ejercicios hacer y cuándo hacerlos. Hay quienes favorecen el ejercicio al levantarse, mientras que otros hablan de las ventajas de hacerlo al final del día. Sin embargo, después de muchos años de promover estilos de vida más activos, nuestro equipo de expertos de MiDieta™ ha llegado a una conclusión. Existe un elemento fundamental: hacer el ejercicio correctamente.

Sí, hacerlo bien

El horario tiene poco que ver cuando se trata de aumentar los niveles de actividad en nuestra rutina de cada día, ya que son otros los factores que determinan la hora de levantarnos y el horario de las comidas y el trabajo. El elemento fundamental para hacer un determinado tipo de ejercicio y disfrutar de sus beneficios es, sobre todo, hacerlo bien.

Hacer ejercicios bien significa seguir la metodología adecuada. Y la disciplina y la dedicación son factores fundamentales para mantener la frecuencia e intensidad del ejercicio.

Pero, ¿cómo?

Para adquirir disciplina, debemos partir de dos elementos básicos. Primero, debemos disfrutar del ejercicio escogido porque de esta manera resulta más fácil incorporarlo a nuestro estilo de vida. Segundo, debemos seleccionar el mejor momento del día para hacerlo. Para seleccionar la hora indicada, tenemos que integrarlo como parte de otras actividades de nuestra vida diaria.

No cabe duda que vale más hacer ejercicios disciplinadamente, a la hora que podamos, que hacer una rutina que cause angustia y frustración.

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Ejercicio contra el envejecimiento

El ejercicio frecuente puede reducir el riesgo de enfermedades crónicas, como problemas del corazón, diabetes y hasta cáncer, además de mantener esa sensación y aspecto juveniles a medida que se envejece.

Aunque el mensaje es muy claro, no le está llegando a la mayoría de los estadounidenses de más edad. Apenas el 11 por ciento de los mayores de 65 años que respondió a una encuesta del gobierno hace algunos meses dijo que habían participado en algún tipo de entrenamiento de fuerza dos o más días a la semana, lo cual es el nivel recomendado para mejorar el estado físico y la salud en general. Además, apenas el 6 por ciento de los encuestados reunía los objetivos nacionales de participación en actividad física y entrenamiento de fuerza, según la encuesta publicada por los U.S. Centers for Disease Control and Prevention.

Pero los esfuerzos mínimos para realizar mayor actividad física tienen beneficios mucho mayores, según los expertos. «Muchas de las afecciones crónicas de salud que experimentamos a medida que envejecemos provienen de la inactividad más que del envejecimiento. El ejercicio puede retardar la aparición de muchas de estas afecciones», afirmó Colin Milner, director del International Council on Active Aging, una asociación gremial de más de 3,500 organizaciones especializadas en el estado físico de los adultos mayores.

¿Necesita pruebas? Ten esto en cuenta: a partir de los cincuenta años, la gente comienza a perder el 12 por ciento de la fuerza muscular, y el 6 por ciento de la masa muscular, cada década. Pero el ejercicio con pesas puede invertir estos efectos de manera sustancial. Dos o tres meses de entrenamiento con pesas tres veces a la semana puede incrementar la fortaleza y la masa muscular en un tercio, lo que compensa tres décadas de pérdida de fortaleza y masa musculares, afirmó el kinesiólogo de la Universidad de Maryland, Ben Hurley.

Nunca es tarde para empezar, afirmó Julie McNeney, vicepresidenta de educación del International Council on Active Aging.

«Usted puede estar en tan buena forma como quiera estarlo», sostuvo McNeney. Claro, agregó, «no puede recuperar la fuerza que tenía cuando tenía 18 ó 19». Aún así, sostuvo que los adultos mayores «pueden correr la maratón y participar en los juegos olímpicos para adultos mayores o simplemente levantarse del sofá y realizar actividades menos agotadoras como jardinería o caminar y cosechar los beneficios». McNeney insta a los adultos mayores a pensar primero cuáles son sus objetivos, y lo que significa para ellos estar en forma.

Ya sea que tu objetivo como adulto mayor sea correr la maratón o levantar las bolsas de la compra sin cansarse, algunos de los consejos de McNeney son los mismos: establecer metas realistas.

El Dr. Jack Higgins es el vicepresidente de promoción de la salud de Fifty-Plus Lifelong Fitness, un organización con sede en Palo Alto, California dedicada a la promoción de la actividad física para adultos a partir de la edad madura. Comience despacio», le dice a los adultos mayores que han sido sedentarios. «No exagere. Si se hace daño, eso detendrá su progreso.»

El mito de que el buen estado físico es para los jóvenes está desapareciendo gradualmente, sostuvo Higgins. «Creo que la gente está comenzando a entender que uno no deja de moverse cuando llega a los 40 ó 50». «Gran parte de lo que sucede en el organismo con el envejecimiento se debe a la falta de actividad más que al desgaste», dijo.

Cualquiera que reinicie o inicie un programa de ejercicios debe obtener aprobación médica, coincidieron Higgins y McNeney. Además de eso, ofrecen una cantidad de consejos y guías adicionales para comenzar y mantenerse motivado.

La idea es hacer ejercicio como mínimo durante treinta minutos al menos cinco días a la semana. Si no sabes cuanta resistencia tienes, comienza caminando como ejercicio principal. Más tarde, puedes seguir con entrenamiento de fuerza, como máquinas de pesas o pesas. Pídele consejo a un profesional, y no pases por alto otros dos aspectos importantes de la buena forma, la flexibilidad, obtenida por el estiramiento antes y después del ejercicio, y el equilibro, crucial para no caerse, especialmente a medida que se envejece.

Con la edad, el mal equilibrio puede aumentar la posibilidad de caerse, lo que puede ser doloroso y hasta mortal con fracturas de cadera, aseguró Higgins. Así que algunos ejercicios de equilibrio a diario pueden ayudar. Puede ser algo tan simple como sostenerse de una silla o de la pared para mantener el equilibrio y luego levantar una pierna y más adelante la otra.

Hacer ejercicio en grupos motiva muy especialmente a los adultos mayores, anotó Higgins. Esto aplica el doble para los que son sociables pero se muestran reacios a hacer ejercicio, agregó. Si la idea de inscribirte en un gimnasio te intimida, considera otras actividades menos estructuradas, como podar el pasto o hacer oficios caseros.

Finalmente, asegúrate de acomodar actividades a lo largo del día para completar los treinta minutos recomendados, aconsejó McNeney. «Si ve dos horas de televisión al día, en lugar de seguir sentado durante los comerciales o de comenzar a cambiar los canales, levántese y camine por la casa, suba las escaleras o camine en el mismo sitio», dijo. «Si usted hace eso durante una sesión de televisión de dos horas, habrá acumulado los treinta minutos recomendados».

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Haz del ejercicio una prioridad

¿Tienes la mejor de las intenciones de hacer ejercicio, pero no te da el tiempo? Prepárate para cambiar de actitud, porque esa excusa ya no te servirá después de leer este artículo.

Para muchos, la razón principal para no hacer ejercicios es la falta de tiempo. A menudo escuchamos o nos escudamos detrás de frases como: “El tiempo vuela”, “las veinticuatro horas del día no son suficientes” o “el día no me alcanza”…

Haz el ejercicio una prioridad

¿Cuáles son las cinco prioridades principales en tu vida? Piénsalo bien. Tener buena salud debe ser una de ellas, pues probablemente no podrás ocuparte del resto si ésta te falta.

Para darle a tus prioridades la importancia que se merecen, diles “no” a aquellos aspectos que se interponen con éstas y separa el tiempo necesario para concentrarte en tus actividades prioritarias. Prueba dedicarte a tus prioridades y darles el tiempo que ameritan; te asombrarás cuánto tiempo desperdiciabas en actividades de poca importancia en tu vida.

Algunas de tus prioridades pueden combinarse entre sí. Por ejemplo, si el pasar más tiempo con tus amigos o familiares es muy importante para ti, quizás lo puedas combinar con el ejercicio, montar bicicleta, correr, caminar o jugar con tus seres queridos.

Si quieres hacer ejercicio por una hora o más, no es necesario que lo hagas todo junto, sino que puedes hacer dos sesiones de 30 a 45 minutos al día; por ejemplo, una en la mañana y otra en la tarde. Si solamente dispones de 30 minutos, debes aumentar la intensidad de tu entrenamiento para obtener mejores resultados.

No te olvides de variar tu rutina de ejercicio y seleccionar actividades que realmente disfrutes. Si no te gusta correr, no lo hagas, porque terminarás sintiendo aversión a hacerlo día tras día y casi siempre encontrarás una excusa para evitarlo. Por el contrario, si el ejercicio se convierte en una parte divertida de tu vida, lo aguardarás con ansia y te darás tiempo para hacerlo.

En la casa

¿Cuántas horas al día ves la televisión? En los Estados Unidos, la familia promedio pasa 7 horas y 40 minutos diarios frente al televisor. ¡En vez de encender el televisor, podrías aprovechar parte de ese tiempo para hacer ejercicio!

¿Has intentado levantarte a primera hora para hacer ejercicio pero prefieres seguir durmiendo? Aunque suene contradictorio, la clave está en dormir de siete a ocho horas cada noche para poder levantarte más temprano.

Cuando duermes bien, tu mente está más clara y tienes más energía y eficiencia para terminar tus tareas en el trabajo con mayor rapidez e incluso te sobrará energía para hacer ejercicios. Si te acuestas antes de lo acostumbrado y te despiertas más temprano, puedes aprovechar ese tiempo para realizar tu entrenamiento o actividad física y no tener que preocuparte de esto más tarde. ¡Al que madruga Dios lo ayuda!

Si pasas mucho tiempo en la cocina, puedes buscar varias alternativas para reducirlo. Prepara varias comidas cuando tengas tiempo y congélalas en porciones individuales para recalentarlas cuando lo desees. También ahorrarás tiempo si compras alimentos convenientes como la ensalada preempacada, los vegetales precortados, las salsas ya preparadas y el queso en tajadas. También puedes aprovechar las excelentes recetas que tenemos en MiDieta TM que además son muy fáciles de preparar.

En el trabajo

¿Pasas mucho tiempo en la oficina? En la actualidad existe la opción de trabajar desde la casa y muchas empresas lo han incorporado como estrategia para incrementar la productividad y la satisfacción laboral, así como para ayudar al medio ambiente al disminuir la cantidad del tráfico. Pregúntale a tu jefe si es posible trabajar desde tu casa uno o dos días a la semana y así disminuirás tu estrés, te evitarás el conducir y tendrás más tiempo para hacer ejercicios.

Si trabajar desde tu hogar no es una opción, trata de apartar por lo menos dos días a la semana en los cuales no trabajes hasta tarde. En esos días, haz del ejercicio tu prioridad y no te sientas culpable por no trabajar horas extras en la oficina.

Después del trabajo, quizás pasas horas en el tráfico mientras tu auto avanza milímetro a milímetro, al igual que miles de personas cada día. En lugar de atascarte en el tráfico, ¡podrías hacer ejercicio! Asiste a un gimnasio cerca de tu oficina en vez de conducir a la casa después que sales del trabajo. Así, cuando llegues a tu hogar, te habrás evitado las horas pico del tráfico y podrás relajarte, sabiendo que hiciste algo por tu cuerpo.

Otra opción es llevar ropa de ejercicio al trabajo y correr o caminar en algún lugar cercano. Estas alternativas también pueden ayudarte a evitar ciertas actividades de ocio que son tan tentadoras al llegar a la casa, como el ver televisión, comer bocadillos poco saludables o jugar con la computadora, entre otros.

De igual manera, puedes aprovechar la hora del almuerzo para realizar alguna actividad física si conoces de algún lugar conveniente. Si tu gimnasio queda cerca de la oficina, incluso podrías darte el lujo de ducharte después del ejercicio. Si eres de los que te tardas en arreglarte, el caminar a paso vigoroso podría ser una buena opción.

¿Qué esperas? Ya no pierdas tu tiempo en otras cosas. Deja de leer este artículo y ¡sal ya a hacer ejercicio!

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Ejercicio en familia

¿Quieres que tu familia se mantenga lo más sana posible? ¡Pues motívalos a que hagan ejercicios con frecuencia!

La mejor estrategia para promover la actividad física en la familia es dar el ejemplo y tratar de integrar al máximo a todos los miembros en tu rutina de ejercicios. No hace falta ir al gimnasio o correr sin compañía para estar en forma, pues existe toda una gama de ejercicios que se pueden hacer en conjunto y ponen a todos en movimiento.

Muchos padres se sienten culpables cuando hacen ejercicio porque piensan que están dedicando menos tiempo a sus hijos. Por lo tanto, al ejercitarse en familia, se sentirán mejor y contribuirán a mantener la salud familiar.

Para que el ejercicio sea un placer familiar

Aquí te damos algunos consejos para lograr que a tu familia le encante el ejercicio. Prueba utilizar todas las estrategias que se te ocurran hasta que descubras el enfoque ideal para ti y para tu familia:

  • En primer lugar, habla con tu pareja sobre tus metas físicas y el efecto que tendría el ejercicio en la familia.
  • Ten siempre una actitud positiva con respecto al ejercicio en todo el ámbito familiar.
  • Todos deben alentarse mutuamente y apoyar las actividades de cada uno de los miembros.
  • Empieza a cambiar tu concepto de ejercicio y acepta otras posibilidades; la actividad física no tiene por qué limitarse a caminar, trotar, montar bicicleta o ir al gimnasio. A veces el trabajo en el jardín o la limpieza de la casa equivalen a tu cuota de ejercicios. Este tipo de actividades y quehaceres queman calorías y son beneficiosos para la salud.
  • Al comienzo, puedes caminar con tu familia. Sin embargo, es probable que los niños pequeños prefieran ir en bicicleta mientras tú y tu pareja trotan o caminan. Cuando recorran la urbanización, dile a los niños que cada vez escojan un camino diferente para hacerlo más interesante y lograr que estén más motivados por el ejercicio. Puedes incluir juegos u otras actividades para entretenerlos durante el recorrido, como contar los perros que ven, etc.
  • Si no vives en un lugar tranquilo para hacer ejercicio al aire libre con tu familia, puedes ir a un centro deportivo cercano y trotar en la pista mientras los niños juegan en el campo interior. La mayoría de las escuelas abren sus instalaciones deportivas al público después de las horas de clase.
  • Si deseas cambiar la rutina, planifica salidas familiares diferentes y frecuentes como ir de excursión a un parque, patinar sobre hielo, nadar en la piscina pública, jugar fútbol en un campo cercano o montar bicicleta en un camino asfaltado. Lo importante es hacer una actividad divertida y agradable para todos.
  • Trata de variar las distintas opciones para evitar el aburrimiento. Puedes invitar a otros familiares y hacer otro tipo de deporte o actividades en conjunto.
  • ¡Hasta los más pequeños de la casa pueden acompañar a la familia! En el mercado existen portabebés y coches de todo tipo que se adaptan de maravilla al ejercicio al aire libre. Mientras los bebés sean todavía muy pequeños, tú o tu pareja pueden llevarlos cargados en el pecho en una mochila portabebés y, una vez que puedan sostener la cabeza, colocárselos en la espalda. También hay sillas o cestas que se instalan en la bicicleta para llevar a los niños pequeños. Recuerda que no es conveniente usar audífonos al pasear en bicicleta, ya que pueden impedirte oír algunos ruidos importantes a tu alrededor, como el claxon de un carro.
  • Si tus hijos juegan béisbol, fútbol (soccer) o fútbol americano, o si tus hijas son porristas, puedes caminar cerca de los campos o parques donde juegan o hacen sus prácticas y verlos en actividad. Invita a otros padres a caminar o a trotar contigo para que se conozcan mejor y entablen una amistad.
  • Las mascotas también son parte importante de la familia. Por lo tanto, si tu mascota es un perro, ¡no te olvides de llevarlo a hacer ejercicio con la familia al aire libre!

Si conviertes el ejercicio en un componente esencial de tu vida familiar, le inculcarás a tus hijos hábitos saludables desde sus primeros años de vida, por lo que es mucho más probable que sigan realizando alguna actividad física cuando sean mayores. De esta manera, tus hijos serán adultos saludables. Además, para ti será mucho más fácil mantenerte en forma si tu familia comprende la importancia del ejercicio y si está realmente dispuesta a llevar un estilo de vida activo contigo.

Información básica no exhaustiva proporcionada con fines meramente informativos. Para ahondar con mayor profundidad sobre información relativa a herbolaria, dietas, sustancias o terapias de salud natural pregunte a su médico o consulte publicaciones científicas especializadas. Dienut, no se responsabiliza de ningún daño o problema relacionado con la utilización de sustancias, dietas o tratamientos naturales, su uso será responsabilidad absoluta de quien las usa, consuma y prescriba. Consulte a su médico antes de tomar cualquier tratamiento o sustancia. La información de este sitio No sustituye la atención médica y la consulta con profesionales en el área de salud. Consulte a su médico antes de iniciar cualquier tratamiento, dieta o programa físico.

El ejercicio ayuda al corazón femenino

Alrededor del 60 por ciento de la protección ofrecida a las mujeres por medio de los ejercicios contra la enfermedad cardíaca y el accidente cerebrovascular proviene de su efecto sobre ciertos factores de riesgo, señala un estudio publicado en la revista Circulation.

Los investigadores evaluaron los factores de riesgo cardiovasculares y los niveles de ejercicio en más de 27.000 mujeres de entre 45 a 90 años (con una edad media de 55 años) inscritas en el Women’s Health Study, que fueron evaluadas en un seguimiento medico que duró más de 11 años. Los científicos concluyeron que las mujeres que más se ejercitaban eran 40 por ciento menos propensas a sufrir un ataque cardíaco o un accidente cerebrovascular que las que hacían la menor cantidad de ejercicio.

«La actividad física regular es enormemente beneficiosa en la prevención del ataque cardíaco y el accidente cerebrovascular», dijo en un comunicado la autora principal, la Dra. Samia Mora, catedrática en la Facultad de Medicina de Harvard en las divisiones de medicina preventiva y cardiovascular en el Hospital Brigham and Women’s de Boston.

«Hallamos que incluso los cambios modestos en los factores de riesgo para la enfermedad cardiaca y el accidente cerebrovascular, sobre todo los relacionados con la inflamación/hemostasis y la presión arterial, pueden tener un impacto profundo en la prevención de eventos clínicos. Este estudio es el primero en examinar la importancia de una variedad de factores de riesgo conocidos para explicar cómo la actividad física previene la enfermedad cardiaca y el accidente cerebrovascular», apuntó Mora.

El equipo de Harvard halló que los cambios relacionados con el ejercicio en biomarcadores inflamatorios y hemostáticos (fibrinógenos, proteína C reactiva y molécula 1 de adhesión intracelular) tuvieron el mayor impacto, y redujeron el riesgo de el ataque cardíaco y accidente cerebrovascular en un 33 por ciento. «Los factores inflamatorios y hemostáticos como grupo tienen funciones y papeles superpuestos y, en nuestro estudio, tuvieron el mayor efecto en la mediación de la cardioprotección relacionada con el ejercicio, más que la presión arterial y el peso corporal», apuntó Mora.

La mejora relacionada con el ejercicio en la presión arterial fue el segundo efecto más importante (una reducción de 27 por ciento en el riesgo), seguido de los lípidos (grasas sanguíneas), índice de masa corporal, anormalidades en la glucosa, función renal, y homocisteína.

Debido a la falta de evidencia clínica, la inclusión de biomarcadores inflamatorios y hemostáticos como factores de riesgo en la evaluación de la enfermedad cardiovascular aún no es reconocida por la American Heart Association.

Información básica no exhaustiva proporcionada con fines meramente informativos. Para ahondar con mayor profundidad sobre información relativa a herbolaria, dietas, sustancias o terapias de salud natural pregunte a su médico o consulte publicaciones científicas especializadas. Dienut, no se responsabiliza de ningún daño o problema relacionado con la utilización de sustancias, dietas o tratamientos naturales, su uso será responsabilidad absoluta de quien las usa, consuma y prescriba. Consulte a su médico antes de tomar cualquier tratamiento o sustancia. La información de este sitio No sustituye la atención médica y la consulta con profesionales en el área de salud. Consulte a su médico antes de iniciar cualquier tratamiento, dieta o programa físico.

Nunca es tarde para comenzar

Las investigaciones en este campo coinciden en que el secreto de una vejez sana y feliz está en mantenerse activo y que, a su vez, esto es favorecido enormemente cuando la persona ha practicado ejercicios de manera disciplinada desde joven.

No es verdad

Esta afirmación descarta la creencia popular de que la vejez es una etapa de la vida que se caracteriza inevitablemente por la imposibilidad de hacer casi de todo. Ahora existe una nueva verdad, ya demostrada en los países desarrollados: la vejez es una bella época de la vida que debe permitirnos disfrutar de la experiencia adquirida con el paso de los años, del cariño de los nietos y de la posibilidad de hacer, sin ningún apuro, casi todo lo que es necesario hacer para ser felices.

Hoy sabemos que las limitaciones que se asociaban a la vejez no eran producto del inexorable transcurrir del tiempo, sino del impacto de las enfermedades sufridas en las etapas precedentes del ciclo vital. Actualmente, reconocemos que el ejercicio juega un papel muy importante en la prevención de estas enfermedades.

Por eso, es necesario promover un programa de actividad física disciplinada a los esquemas de vida de los niños y los jóvenes desde etapas muy tempranas y hacer todo los esfuerzos posibles para convencer a los demás de que nunca es tarde para comenzar. Siempre podremos beneficiarnos de la acción favorable del trabajo muscular sobre cada uno de nuestros órganos y sistemas.

Encuentra la juventud

Son muchos los trabajos científicos que han permitido concluir, sin lugar a dudas, que las funciones orgánicas, en vez de decaer, pueden mejorar en los llamados “años dorados”. En diversas instituciones de investigación se ha sometido a personas de más de sesenta años a programas especiales de levantamiento de pesas, lográndose una recuperación y mantenimiento de la masa muscular con una eficiencia mayor que en grupos más jóvenes de la población. En muchos casos, se ha logrado que personas de hasta noventa años logren abandonar sus bastones y sillas de rueda a través de la actividad física, rescatando así la calidad de vida que habían perdido.

La elasticidad de los tejidos del sistema muscular y articular, que es fundamental para la realización de movimientos, la fortaleza y la capacidad aeróbica, que constituyen la base del bienestar físico, sólo se logran con un buen programa de ejercicios. Este bienestar será mayor mientras más temprano comencemos la preparación de nuestros músculos, articulaciones, corazón y pulmones, para que puedan ayudarnos a vivir activos por un número mayor de años.

Por supuesto que, mientras más años de inactividad ha pasado una persona, más cuidado debe tener en la selección de un programa de ejercicios; sin olvidar que es indispensable una buena evaluación médica previa.

Nunca es tarde para comenzar; puede ser tarde para no comenzar.

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