El salvado es incluido por muchos en su dieta conocedores de las ventajas que ofrece para la salud. Si bien el salvado no es un alimento en sí es un gran complemento para una dieta pues es asombroso la cantidad de nutrientes que esconde. Es tan pequeño como beneficioso para nuestra salud pues ayuda a solucionar todo tipo de problemas.
Existen cuatro tipos fundamentales de salvado: el salvado de avena, el de trigo, el de arroz y el de maiz. Todos ellos tienen agua, calorías, grasas, hidratos de carbono, fibras, potasio,fósforo, hierro, sodio, magnesio, calcio, cinc, cobre, manganeso,vitamina C, A, B1, B2, B3, B6,vitamina E y ácido fólico.
El salvado ayuda a combatir el estreñimiento, el colesterol, la acidez de estómago, ayuda a regular los niveles de azúcar en sangre, ayuda en la reducción de algunos tipos de cáncer, ayuda a prevenir las hemorroides, la diverticulitis y es muy útil en dietas de adelgazamiento. Ademas es un gran aliado para los diabéticos pues les ayuda a controlar la glucemia.
Pero el salvado debe tomarse con mucha precaución pues mal ingerido puede traer más desventajas que ventajas. La ingestión de salvado en dosis excesivas puede producir problemas como diarrea, flatulencias, déficit de minerales, hinchazón de vientre o incluso oclusiones intestinales. La dosis preventiva suele ser de una cucharada mezclada con zumos, leche, yogur, patata, etc. Si la deseamos usar para combatir alguna patología debemos consultar a nuestro médico ya que las dosis deben ser diferentes según el uso que queramos darle.
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