Dieta contra la ansiedad

Es una de las palabras más utilizadas en el lenguaje moderno. ¿Quién no ha sentido ansiedad ante una entrevista de trabajo, un examen, una cita? Sin embargo, cuando esa sensación que invade todo el cuerpo aparece con inusual frecuencia puede ser una señal de alerta de un trastorno que también se puede prevenir a través de la alimentación.
La ansiedad es una alteración que se acompaña de sentimientos de angustia, desánimo y nerviosismo. Aunque se trata de un fenómeno psíquico, se manifiesta en gran medida en forma física, e influye sobre diversos órganos del cuerpo en forma de taquicardia, dolor estomacal, cefalea, diarreas o estreñimiento.

Por eso, los expertos aseguran que se puede controlar la ansiedad si se evitan los factores que la potencian como:
Las dietas desequilibradas. Rutinas deficitarias en hidratos de carbono, vitaminas y minerales, todos ellos necesarios para el buen funcionamiento del sistema nervioso.
El desorden en las comidas. Por ejemplo, sí sólo comes dos o tres veces al día, transcurre demasiado tiempo entre una comida y otra, lo que acentúa la ansiedad.
El abuso del alcohol, fumar, así como la ingesta de estimulantes (cafeína, teína, guaraná).
La falta de descanso. Es esencial un sueño descansado para prevenir este estado.
 
Si no se ha podido controlar, la alimentación también sirve para combatirla de modo eficaz:
 

  • Amplía el número de comidas al día a 5 ó 6, respetando siempre los mismos horarios. Conviene que retrases unos minutos la comida a partir del momento en el que experimentes las primeras sensaciones de hambre.
  • Come sentado, dedicando el tiempo necesario a cada plato y de forma ordenada.
  • Después de servir la comida en el plato retira la fuente de la mesa.
  • Evita sobremesas excesivamente largas.
  • Planifica los menús con antelación, eso resta preocupaciones que pueden llevar a la ansiedad.
  • Realiza actividades fuera de los horarios de comidas que no te permitan comer al mismo tiempo.
  • Evita tensiones que en primer lugar crean ansiedad y más tarde conducen a comer más de lo que necesitas.

Si te encuentras en una de las tantas encrucijadas diarias y sientes que se elevan tus niveles de ansiedad, no dudes en respirar profundo. Volver a estar en control te ayudará en tu dieta y evitará que corras tras el primer dulce falsamente reparador.
 

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