La mayoría de padres probablemente no se plantean que sus hijos puedan tener el colesterol alto ni qué implicaciones podría tener ese hallazgo. Pero tener el colesterol alto es uno de los principales factores que predisponen a desarrollar enfermedades cardíacas y apoplejía, y las investigaciones médicas muestran que muchas enfermedades cardiovasculares tienen su origen en la infancia. Con el incremento espectacular de la obesidad infantil, cada vez hay más niños que corren el riesgo de desarrollar este tipo de enfermedades.
Los problemas asociados al colesterol alto por lo general no dan síntomas inmediatos, de ahí que establecer una relación entre la salud del niño y su colesterol pueda ser complicado. Pero es importante conocer la concentración de colesterol en sangre de su hijo, sobre todo si tiene antecedentes familiares de hipercolesterolemia (colesterol alto) o enfermedad cardíaca prematura.
Si a su hijo le encuentran el colesterol alto ahora, usted y el pediatra podrán trabajar conjuntamente para introducir cambios en la vida de su hijo a fin de reducir las probabilidades de que desarrolle una enfermedad cardíaca más adelante.
El colesterol
El colesterol es una sustancia de consistencia similar a la cera que se fabrica en el hígado. Es uno de los lípidos, o grasas, que fabrica el cuerpo y se utiliza para formar las membranas celulares y algunas hormonas.
Aunque usted no volviera a probar los helados o las hamburguesas con queso en su vida, su cuerpo fabricaría suficiente colesterol para funcionar bien. Eso es porque el hígado fabrica suficiente colesterol para que el cuerpo funcione correctamente. De hecho, el hígado produce aproximadamente 1.000 miligramos de colesterol cada día. El resto procede de los alimentos que ingerimos.
Aunque las verduras y hortalizas, las frutas y los cereales no contienen colesterol, los siguientes alimentos de origen animal sí lo contienen por lo tanto modere su consumo:
•yema del huevo
•carne (rojas y blancas)
•chorizo, manteca, salami
•marisco
•productos lácteos (incluyendo la leche, el queso y los helados)
Hay tres factores que contribuyen a que la concentración de colesterol en sangre sea alta:
- la dieta: una dieta rica en grasas, sobre todo saturadas y trans.
- la herencia: tener uno o dos progenitores con colesterol alto.
- la obesidad: relacionada tanto con la dieta como con la falta de ejercicio físico.
Los niños que son activos desde el punto de vista físico, comen alimentos saludables, no tienen antecedentes familiares de colesterol alto y no tienen sobrepeso ni obesidad probablemente no corren el riesgo de tener el colesterol alto. El pediatra decidirá si deberían analizarle o no la concentración de colesterol en sangre a su hijo.
10 formas de bajar el colesterol
Aquí tiene 10 formas de ayudar a mantener el colesterol de su familia dentro de los límites saludables:
*Conozca su concentración de colesterol y, si es alta, solicite que se la analicen a su hijo.
*Sigan una dieta rica en fruta, verdura y cereales integrales.
*Elija carnes magras y alternativas vegetales como fuentes de proteínas, así como pescado, legumbres (alubias, guisantes, lentejas), tofu y otros derivados de la soja.
*Lea el apartado de información nutricional de las etiquetas de todos los alimentos que las lleven a fin de limitar la ingesta de colesterol y de grasas saturadas y trans.
*Elija leche y productos lácteos desnatados y semidesnatados.
*Manténgase alejado de las grasas sólidas.
* Utilice aceites vegetales para cocinar y margarina blanda para la mesa.
*Limite las bebidas y alimentos con azúcares añadidos.
*Limite los platos precocinados y sirva tentempiés saludables, como la fruta fresca, la verdura untada o bañada en aliños o salsas bajos en grasas, las palomitas bajas en calorías y el yogur semidesnatado.
*Haga mucho ejercicio. El ejercicio ayuda a aumentar la concentración de colesterol HDL en sangre —¡lo que es muy bueno! Los niños de dos años en adelante y los adolescentes deberían estar físicamente activos por lo menos 60 minutos cada día.
*Convierta el estilo de vida saludable en un asunto que incumbe a toda la familia. Los niños no suelen ser los únicos que están en situación de riesgo, de modo que es importante que toda la familia haga un esfuerzo para vivir de forma saludable. Los pasos que dé para mejorar el estilo de vida de su familia pueden tener un efecto positivo en la salud familiar no sólo en el presente sino también de cara al futuro.