El consumo excesivo de sal, una alimentación sin las proteínas y nutrientes necesarios, las Fluctuaciones hormonales durante la menstruación y el embarazo, un estilo de vida sedentario, altas temperaturas, medicamentos como los esteroides y enfermedades como la insuficiencia renal crónica, insuficiencia cardíaca, hipotiroidismo y cáncer.
Tambíén existen otras causas de origen traumático (golpes), las cuales provocan inflamación localizada.