Desde hace algunos años, los productos integrales tomaron cuenta de estanterías y más estanterías en los supermercados, ganaran tiendas especializadas en ellos y fieles admiradores que procuran cuidar su salud de forma natural.
Sin embargo, antes de colocar estos supuestos alimentos naturales en tu mesa, es importante entender que son los alimentos integrales y luego cuestionarse ¿lo que compro realmente es integral? Hay muchas trampas en los embalajes y en los supermercados para desviar tu atención de lo que realmente importa.
Los alimentos integrales son granos y cereales – como el arroz, trigo, avena, centena y sus derivados, como la harina y el pan – que no pasaron por ningún proceso de refinación. Si es así, estos alimentos conservan sus características originales. La cascara, por ejemplo, donde se encuentra la mayor concentración de minerales,vitaminas y fibras, es lo primero a ser descartado en el proceso industrial.
Los productos integrales, como su propio nombre dice, están íntegros, mantienen su estructura con todos sus nutrientes, tan importantes para nuestra salud.
Los granos y cereales son nuestra principal fuente de fibra, gran responsable por el buen funcionamiento de nuestro intestino y por la sensación de saciedad, aliada de las dietas para adelgazar. Si, además, los granos son integrales, darás a tu cuerpo más nutrientes para mantener tu salud perfecta. La cantidad de fibra diaria recomendada es de 30 gramos.
Pese a todas estas ventajas, la mayoría de las personas prefieren consumir los alimentos procesados. La razón es porque estos productos tienen una vida más larga, son más baratos y tienen un sabor y textura más agradables.
No confundas alimentos integrales con alimentos orgánicos. Los orgánicos son alimentos cultivados sin tóxicos o abonos químicos, pero no son necesariamente integrales.
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