Descubre por qué comer carbohidratos puede ayudarte a adelgazar, y cómo hacerlo correctamente
Las papas tienen mala fama y normalmente se considera que comerlas es sinónimo de consumir calorías que ensanchan tu cintura de forma absurda.
Pero algunos estudios nuevos las colocan de manera sorpresiva justo en el centro del más reciente revuelo en noticias sobre pérdida de peso, al lado de algunos otros carbohidratos que ha sufrido de difamación, como en arroz y el maíz. La razón: todos estos alimentos contiene almidón resistente, un tipo de fibra muy particular del cual se hablará mucho en los próximos años. Los expertos concuerdan en que es uno delos descubrimientos más emocionantes del campo de la nutrición en los últimos tiempos. “El almidón resistente tiene el potencial de convertirse en la siguiente tendencia de vanguardia en el campo de la nutrición”, asegura la doctora Leslie Bonci, autora de la guía Guide to Better Digestion, de la American Dietetic Association. Más de 160 protocolos han comprobado los beneficios para la salud y los efectos sobre la pérdida de peso de este nutriente, el cual se ha difundido muy poco aún.
Almidón Resistente: El nuevo supernutriente
A pesar de que éstas sean las primeras noticias que recibes sobre el almidón resistente, muy probablemente ha formado parte de tu alimentación por mucho tiempo. Es un tipo de fibra alimenticia que se encuentra de forma natural en varios alimentos ricos en calorías, como las papas, granos y frijoles, en especial cuando estos productos se han cocinado y enfriado. El origen de su nombre se debe a que “resiste” la digestión en el cuerpo, y bien y si bien es cierto que esto también implica a otros tipos de fibra, lo que hace tan especial al almidón resistente es el impacto que tiene en la pérdida de peso y la salud en general. Nadie le gana como herramienta para bajar kilogramos: no sólo incrementa la habilidad del cuerpo para quemar grasa, sino que también te da la sensación de estar satisfecha, y reduce el hambre. Sus beneficios son en verdad impresionantes: los estudios muestran que mejora el control de azúcar sanguíneo, eleva de forma palpable la inmunidad en el cuerpo y contribuye a reducir el riesgo de desarrollar cáncer.
El almidón resistente es voluminoso, por lo que ocupa bastante espacio en tu sistema digestivo y al no poder digerirlo o absorberlo, nunca entra al torrente. Eso significa que elude el destino de la mayor parte de los carbohidratos, los cuales se almacenan como grasa cuando comes más de lo que puedes quemar. Aquí te presentamos otras dos formas clave en las cuales el almidón resistente te puede ayudar a quitarte de encima esos indeseables kilitos de más:
Aumenta tu quema calórica
A diferencia de otros tipos de fibra, el almidón resistente se fermenta al llegar al intestino grueso. Este proceso genera ácidos grasos benéficos, incluyendo uno llamado butirato, que inhibiría la capacidad del cuerpo para quemar carbohidratos. “Esto impide que el hígado use los carbohidratos. “Esto impide que el hígado use los carbohidratos como combustible y, en su lugar, se quema la grasa corporal acumulada y la recién consumida”, nos explica la doctora Janine Higgins, directora de investigación sobre nutrición del Centro de Investigación Clínica General para Adultos y Pediátrica, de la Universidad DE Colorado. Los Carbohidratos son la fuente de energía preferida del cuerpo, tal como en el motor de tu auto se consume gasolina. La acción del butirato es principalmente la de evitar que parte de ese combustible llegue al tanque, por lo que las células optan por tomar la energía de la grasa acumulada. Un estudio encontró que con sólo remplazar el 5.4% de total del consumo de carbohidratos por almidón resistente, se propicia un incremento de 20 a 30 % en la quema de grasa después de comer.
Desactiva las hormonas causantes del hambre Estudios en animales revelan que el almidón resistente lanza una señal al cuerpo para que éste segregue más hormonas que propician la sensación de saciedad.
Una comida con almidón resistente detona una respuesta hormonal para apagar el switch del hambre, por lo que al final ingieres menos. La investigación muestra que no obtienes este beneficio con otras fuentes de fibra.
Combate con papas
El estudio sobre el almidón resistente no sólo abarcó la pérdida de peso: este poderoso nutriente también recibe elogios por combatir con eficacia algunas enfermedades. Tales reconocimientos provienen de instituciones como la Organización Mundial DE la Salud. Aquí te mostramos por qué los científicos alrededor del mundo están tan emocionados por sus beneficios sobre la salud:
Puede prevenir el cáncer
Las investigaciones demuestran que el butirato generado por el almidón resistente puede conservar el recubrimiento del colon, protegiendo su ADN de daños y trastornos, los cuales derivarían después en enfermedades degenerativas. También puede favorecer un descenso del pH dentro del colon, lo cual eleva la absorción de calcio y bloquea la asimilación de sustancias cancerígenas.
Puede combatir la diabetes y padecimientos cardiacos Como otras fibras, el almidón resistente ayuda a mantener estables los niveles de azúcar en la sangre. “Al evadirse el proceso de digestión normal, después de una comida rica en almidón resistente se observan niveles de azúcar en sangre e insulina más bajos”, asegura la doctora Chistine Gerbstadt (especialista certificada en dietas y educadora en diabetes), quien es vocera de la American Dietetic Association. El control de los niveles de dulce en el torrente se traduce en mayor energía sostenida. También significa protección al corazón a largo plazo, porque las altas concentraciones crónicas de azúcar e insulina causan que las delicadas arterias se endurezcan y obstruyan.
Reactiva tu sistema inmunológico
“Es muy difícil combatir las enfermedades cuando posees niveles bajos de bacterias benéficas en tu sistema digestivo”, asegura la doctora Joanne Slavin, quien también es dietista certificada y profesora en la Universidad de Minnesota, en Estados Unidos. El almidón resistente podría acelerar el crecimiento de probióticos, el mismo tipo de bacterias saludables que se encuentran en el yogurt y que mantienen a las bacterias nocivas bajo control.
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