Ya no hay excusas para no hacer ejercicio. Por el contrario, si los movimientos no les causan dolores, taquicardia o agitan la respiración, los pacientes de cáncer pueden mejorar su calidad de vida y sus funciones fisiológicas a través de la práctica de actividad física. Esto es lo que muestran las investigaciones más recientes, según explica la Asociación Americana de Cáncer. Demasiado descanso puede provocar pérdida de las funciones, fuerza y movilidad de una persona que padece una enfermedad crónica. Si bien el 70% de los pacientes que están realizando tratamientos de quimioterapia y radiación siente una pérdida de energía, si no practican algún tipo de actividad física, perderán masa muscular y también la flexibilidad.
Un plan a medida
Antes de iniciar los ejercicios, cada paciente debe conversar con su médico, para diseñar un plan de actividades que tenga en cuenta su estado y sus limitaciones. Esto es fundamental, advierte la Asociación Americana de Cáncer, en el caso de los pacientes que reciben tratamientos que afectan sus pulmones o corazón.
• Cómo empezar: Inicia tu programa de ejercicios lentamente. Primero, comienza con un precalentamiento al menos por dos o tres minutos con ejercicios como: encogerte de hombros, levantar los brazos por sobre la cabeza, hacer movimientos con los pies, marchar y levantar las rodillas. Apenas haya alguna señal de cansancio, detente a descansar. Con unos pocos minutos por día, es suficiente. A medida que el cuerpo lo permita, aumenta gradualmente el tiempo de ejercicios.
• Cuándo detenerse: Divide el tiempo que piensas dedicarle al ejercicio en períodos cortos y descansa en los intervalos. Por ejemplo si vas a salir a caminar: camina 10 minutos y descansa, y así hasta llegar a los 30 minutos.
• Cuáles ejercicios elegir: Además de ejercicios aeróbicos, incluye ejercicios de fuerza y flexibilidad para entrenar los grandes grupos musculares. También, practica ejercicios de resistencia que te ayuden a tener una estructura ósea y muscular firme.
• No te olvides de tus articulaciones: En cada práctica, agrega ejercicios que te ayuden a tener flexibilidad en tus articulaciones. Algunos ejemplos: de pie, apoya tus manos en alguna superficie a la altura de la cadera, y ponte lentamente en puntas de pie. Mantén esta posición por 5 segundos y luego descansa. Repite cinco veces. Otro ejercicio: en la misma posición anterior, con una pierna flexionada hacia atrás, ponte en punta de pie (con la pierna que tienes apoyada). Luego, cambia de pierna.
• Cómo terminar cada práctica: Finaliza siempre con ejercicios de estiramiento y flexibilidad. Estírate por 15 o 30 segundos y luego relájate, mientras respiras.
Además de notarse los cambios en el cuerpo, también se observarán en el espíritu. El ejercicio renueva las energías y nos hace sentir imbatibles. Y eso, sin duda, es un excelente pensamiento para combatir el cáncer.
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