La carne es una fuente importante de proteínas de alto valor biológico, de vitamina B12, hierro, potasio, fósforo y zinc. Debido a su gran importancia para nuestro cuerpo, es muy imprescindible saber elegir a la hora de ir al supermercado o a la carnicería. Aquí te dejamos una guía para la compra de carne:
- Siempre busque carne de res de color rojo cereza brillante, los colores café o negruzco pueden significar que la carne empieza a deteriorarse. Pero si se anuncia como ternera esta no debe ser rojo brillante, sino de color casi blanco o ligeramente rosa, parecida al color de la carne de cerdo.
- Si la compra en charola, compruebe que la misma esté intacta y no tenga ningún daño. La carne debe estar fría y debe estar envuelta de forma segura en la charola.
- La charola o la bolsa al vacío no debe presentar un desjugue importante. Podría significar que se rompió la cadena de frío y la temperatura de la carne superó la deseada (siempre inferior a 4 grados centígrados). Esto hará que el sabor de la carne sea de calidad inferior.
- Si va a hacer varias compras de alimentos u otras mercancías, nunca compre la carne al principio, déjela para el último. Los expendios deben exhibir la carne bien fría y una vez que usted la escoja y adquiera, la responsabilidad de mantenerla fría por su vida útil e inocuidad pasa a ser suya.
- Si gusta carne de buena calidad para preparar un platillo exquisito, escoja la carne con un marmoleo ligero a abundante, distribuido uniformemente por toda la superficie del bistec y con una cobertura moderada de grasa exterior que ayudará a mejorar la suavidad y el sabor. Recuerde que el sabor está en la grasa.
- Si puede informarse del grado de calidad de la carne o las características de la marca comercial que va a adquirir, mucho mejor. Pregúntele al gerente del supermercado o a su proveedor.
Recuerda que una vez adquirida, la carne hay que conservarla en frío. Hay que lavarse las manso antes y después de tocar la carne cruda para evitar contaminaciones bacterianas.