La clave para perder peso, es distribuir bien tus alimentos

Distribuir bien los alimentos a lo largo del día y respetar los horarios es esencial para mantener un peso saludable. Reparte tu dieta en 4-5 comidas.

Toma tentempiés ligeros y saludables  (fruta, yogur, un bocadillo pequeño, una ensalada) ybebe líquidos. Llévatelos al trabajo. No pases hambre.

Comida: debe aportar un 35-40% de las calorías diarias.

Prepara la comida el día anterior, para evitar “comer cualquier cosa” o picar. Antes de comer bebe agua o un caldo o zumo vegetal, te ayudará a saciarte antes.

Además un poco de pan y 1 fruta. Las cantidades dependen de las necesidades calóricas. Los alimentos se pueden tomar por separado, o juntos en forma de guiso.

Si quieres controlar tu peso ponte platos pequeños y en caso de quedarte con apetito aumenta las proteínas o las verduras.

Come a horas regulares y procura no pasar períodos largos sin comer, si te saltas una comida, llegarás con más apetito a la siguiente y será más fácil que comas en exceso. Además el cuerpo utiliza mejor los alimentos si se van repartiendo a lo largo del día.

Desayuna todos los días, no desayunar favorece la obesidad. Además el desayuno mejora el bienestar y el rendimiento físico e intelectual durante la mañana. El desayuno debe aportar el 25% de las calorías diarias y en alimentos variados.

Varía los desayunos. Levántate 10 minutos antes para disponer de tiempo y deja la mesa preparada la noche anterior, salvo los alimentos que tengan que estar refrigerados. Si tienes hijos/as asegúrate de que que hagan un desayuno completo.

Merienda: debe aportar alrededor de un 15% de las calorías diarias, toma algún tentempié ligero.

Organiza mejor tus comidas. Tenemos que adaptar lo que comemos y cuándo comemos a nuestros horarios de trabajo, a jornadas muy largas, con muchas obligaciones y nos queda poco tiempo para comer bien.

A media mañana toma algún alimento, una fruta, leche, yogurt, bocadillo, sándwich o pincho pequeño. Bebe abundante agua o infusiones durante la mañana y bebidas light, o café con moderación. Si comes más tarde de las 16 h, toma algún alimento 2 horas antes.

Cena: debe aportar el 25-30 % de las calorías. Procura cenar pronto y que la cena sea ligera. Las proporciones de alimentos son similares a las de la comida, pero en menor cantidad.

Antes de acostarte, si cenas temprano, toma un vaso de leche, un yogurt desnatado o fruta

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10 consejos de una alimentación saludable

 
 
 
 
1. Coma alimentos variados
Necesitamos más de 40 nutrientes diferentes y ningún alimento por sí solo puede proporcionarlos todos. El suministro de alimentos que existe hoy en día facilita tomar una amplia variedad de alimentos, tanto comprando alimentos frescos para cocinar como comprando comidas preparadas o comida para llevar. ¡Elija los alimentos siempre de manera equilibrada! Si toma un almuerzo rico en grasa, tome una cena con poca grasa. Y si un día toma carne en la cena, intente escoger pescado al día siguiente.
2. Base su dieta en alimentos ricos en hidratos de carbono
La mayoría de la gente no toma suficientes alimentos ricos en hidratos de carbono como el pan, la pasta, el arroz, las patatas y otros cereales. Más de la mitad de las calorías de su dieta deben venir de estos alimentos. Pruebe con el pan integral, la pasta y otros cereales para aumentar su ingesta de fibra.
3. Tome muchas frutas y verduras
La mayor parte de la gente no toma la suficiente cantidad de estos alimentos que proporcionan importantes nutrientes protectores. Intente comer al menos cinco raciones al día. Pruebe nuevas recetas o vea qué platos preparados están disponibles en el supermercado.
4. Mantenga un peso corporal saludable y siéntase bien
El peso adecuado depende de muchos factores tales como el sexo, la altura, la edad y la genética. El sobrepeso aumenta el riesgo de padecer varias enfermedades tales como los problemas cardiacos y el cáncer. El exceso de grasa aparece al ingerir más calorías de las que se necesitan. Estas calorías suplementarias pueden provenir de cualquier nutriente que contenga calorías (las proteínas, las grasas, los hidratos de carbono o el alcohol) pero la grasa es la fuente más concentrada de calorías. La actividad física es un buen método para quemar calorías y puede hacerle sentirse bien. El mensaje es simple: si está ganando peso, tiene que comer menos y ser más activo.
5. Coma raciones moderadas: reduzca, no elimine alimentos
Si ingiere las raciones adecuadas de cada alimento, es más fácil comer de todos los grupos de alimentos sin necesidad de eliminar ninguno. Por ejemplo, algunas raciones razonables son: 100g de carne, media pieza de fruta, media taza de pasta cruda o 50ml de helado. Las comidas preparadas pueden ofrecer un medio práctico para controlar las raciones y a menudo aparecen las calorías que contienen en el envase, lo cual ayuda a su recuento. Si come fuera, podría compartir parte de su comida con un amigo.
6. Coma regularmente
Saltarse las comidas, sobre todo el desayuno, puede conducir a una sensación de hambre descontrolada, causando a menudo una sobre ingesta. Realizar una media mañana o una merienda puede ayudar a contener el hambre, pero no coma demasiado para no sustituir las comidas principales. No olvide contar estas tomas como parte de su consumo total de calorías.
7. Beba muchos líquidos
¡Los adultos necesitamos beber por lo menos 1,5 litros de líquidos al día! Y necesitamos más cantidad si hace calor o si realizamos mucho deporte. El agua es obviamente una buena fuente de líquidos pero la variedad puede ser tanto agradable como saludable. Otras opciones son los zumos, los refrescos, el té, el café, la leche, etc.
8. Muévase
Como hemos visto, la ingesta de demasiadas calorías y no hacer suficiente ejercicio pueden dar lugar a un aumento de peso. La actividad física moderada ayuda a quemar las calorías que nos sobran. También es bueno para el corazón y para el sistema circulatorio, y para la salud en general y el bienestar. Así que haga de la actividad física una rutina diaria. ¡Use la escalera en vez del ascensor (tanto como para subir como para bajar)!. Dé un paseo en su descanso para comer. ¡No hace falta ser un atleta para moverse!
 
9. ¡Comience ahora! y realice los cambios gradualmente
 
Realizar los cambios de su estilo de vida gradualmente es mucho más fácil que hacerlos de repente. Durante tres días, anote los alimentos y bebidas que consume entre las comidas y en las comidas. ¿Toma muy pocas raciones de fruta y verdura? Para comenzar, trate de comer solamente una ración más de fruta y verdura al día. ¿Sus alimentos preferidos son ricos en grasa y le hacen ganar peso? No elimine estos alimentos y se sienta mal, en cambio intente escoger comidas bajas en grasas o comer menos cantidad de éstos. ¡Y comience a usar la escalera en el trabajo!
 
10. Recuerde: todo es cuestión de equilibrio
 
No hay alimentos “buenos” o “malos”, sólo dietas buenas o malas. No se sienta culpable de los alimentos que le gustan, simplemente tómelos con moderación y escoja otros alimentos que le proporcionen el equilibrio y la variedad que necesita para conseguir una buena salud

 

Tips para una alimentación infantil sana

¿Recuerdas cómo aprendiste a montar en bicicleta? Lo más importante era guardar el equilibro. Una vez logrado esto, podías pedalear cómodamente, para que las ruedas girasen y la bici avanzara.

Eso es precisamente lo que pasa cuando eliges la comida adecuada. Cuando por fin consigues armonizar la cantidad y el tipo de alimentos que consumes, todos los órganos de tu cuerpo realizan su misión y el organismo funciona de forma eficaz.

Seguir al pie de la letra los 10 trucos que te proponemos, te ayudará a estar siempre sano y en forma. Es tan fácil como montar en bicicleta … una vez que consigues mantener el equilibrio.

1. Comer es divertido… ¡Disfruta la comida!

Una forma estupenda de disfrutar de las comidas es hacerlo en compañía de la familia y los amigos, en casa o en el colegio. Resulta interesante observar qué escogen los demás, o con qué rellenan sus bocadillos. ¿Has probado alguna vez a cambiar el tuyo a diario¿ Échale un vistazo a lo que llevas en la bolsa de la merienda o a lo que tienes en tu plato de comida ¿Cuántos tipos de frutas y verduras distintos ves?

2. El desayuno es una de la comidas más importantes

Nuestro cuerpo necesita energía a cada instante y, después de pasar toda una noche durmiendo, su nivel de energía es muy bajo. Los coches, los autobuses y los trenes no pueden funcionar sin combustible. Del mismo modo, necesitas un buen desayuno, ya sea para ir al colegio o para dar una vuelta durante el fin de semana.

3. Procura comer alimentos muy variados durante el día. La receta para mantenerse sano es la variedad

Para gozar de buena salud, tienes que ingerir a diario más de 40 vitaminas y minerales distintos. Como no existe un alimento que los contenga todos, es muy importante que selecciones cada día una variedad de alimentos que sea equilibrada. En realidad, no existe comida buena ni mala, así que no tienes por qué renunciar a la que te gusta. La mejor forma de llevar una dieta equilibrada, consiste en comer todos los días distintos tipos de alimentos.

4. ¿Qué alimento va ganando? Haz de los carbohidratos la base de tu alimentación

La mayoría de las personas no consumen suficiente comida rica en carbohidratos, como cereales, arroz, pasta, patatas y pan. Al menos la mitad de la calorías de tu dieta debería provenir de estos alimentos, así que no está de más que incluyas como mínimo uno de ellos en cada comida. Prueba el pan integral, la pasta y otros cereales, que te aportarán mucha fibra. ¿Has intentado hacer pan tú mismo? ¡Es divertidísimo y huele que alimenta!

5. ¡Choca esos cinco! Come fruta y verdura en cada comida, ¡y también entre horas!

La fruta y la verdura son los alimentos más ricos en vitaminas, minerales y fibra. Todos deberíamos tratar de comer cinco raciones diarias. Por ejemplo, un zumo de fruta en el desayuno, una manzana o un plátano entre horas y dos tipos de verdura en las comidas. Con eso ya tenemos el total. ¿Cuántas variedades puedes distinguir en el supermercado? ¿Por qué no pruebas algunas nuevas?

6. Detalles sobre las grasas. El exceso de grasas saturadas no es bueno para la salud

Comer muchos de esos alimentos grasos que tan buenos están (como la mantequilla, las cremas para untar, la carne y las salchichas fritas, las tartas saladas y los dulces) puede ser malo para el organismo. Así que, no lo olvides, sírvete una buena ración de pan, pero modérate con la mantequilla. Aunque hace falta algo de grasa para obtener todos los nutrientes que necesitamos, comer con moderación esos alimentos es menos arriesgado para la salud y para la báscula. De modo que, si la comida del mediodía es más bien grasa, come algo ligero en la cena.

7. ¡La merienda está servida! Come a la hora indicada y cambia con frecuencia lo que picas entre horas

Aunque comas con regularidad a lo largo del día, hay veces en que te entra hambre entre las comidas, sobre todo si has hecho mucho ejercicio físico. Los tentempiés o aperitivos pueden engañar el hambre, pero no deben nunca sustituir a las comidas, sino servir sólo de complemento. Existen de alimentos para picar a tu disposición. Puedes escoger entre patatas fritas, pipas y otros productos envasados, barras de chocolate, bizcochos y galletas. En otras ocasiones, quizá prefieras un bocadillo, fruta o verduras frescas, como apio o zanahorias. Sean cuales tus preferencias, recuerda que lo más sano para mantener una dieta equilibrada es seleccionar alimentos muy variados.

8. Sacia la sed. Bebe cuanto puedas

¿Sabías que más de la mitad de tu peso es agua? Por lo tanto, además de aportarle al cuerpo todos los alimentos que necesita a diario para estar en forma, tienes que regarlo con un mínimo de 5 vasos de líquido al día. Es muy importante tener siempre bebidas a mano para evitar la deshidratación, sobre todo cuando hace calor o cuando practicas mucho ejercicio. Por lo general, aunque no siempre, el cuerpo te la comunicará haciendo que sientas sed. El agua del grifo está bien, pero también la mineral es fantástica, así como los zumos de fruta, el té, los refrescos, la leche y las demás bebidas.

9. ¡Cuida tus dientes! Cepíllate los dientes al menos dos veces al día

Cepíllate los dientes al menos dos veces al día. Comer con demasiada frecuencia durante el día alimentos ricos en azúcar o fécula puede contribuir a la aparición de caries. Así que, ¡no te pases todo el día comiendo chuchearías y bebiendo refrescos! Si quieres conservar una sonrisa espléndida, también tendrás que lavarte los dientes dos veces al día con un dentífrico con flúor. Además, después del cepillado nocturno, no debes comer nada y beber únicamente agua.

10. ¡Muévete! Haz ejercicio a diario

Al igual que las bicicletas se oxidan si no las utilizas con frecuencia, tus músculos y huesos necesitan que los mantengas activos. El ejercicio es indispensable para mantener en forma el corazón y fortalecer los huesos. Y puede resultar muy divertido. Procura realizar algún tipo de ejercicio cada día, como ir caminando al colegio, o subir las escaleras deprisa. También los juegos que practicas en el recreo, como el fútbol o saltar a la cuerda, son un buen entrenamiento. La natación es uno de los deportes más beneficiosos par la salud.

10 Cosas por las que no bajas de peso

1. Comer porciones más grandes y con más frecuencia
Actualmente, sobre todo en las grandes cuidades, las personas comen muchas más veces fuera de casa.  “Además, las porciones ahora se duplicaron o triplicaron, lo que implica un exceso de calorías que hay que quemar”, explica la Dietista Alison Massey, del Centro de Endocrinología del Centro Médico Mercy. ¡Una bagel hace 20 años tenía 140 calorías y ahora tienen 320. Así que mucho ojo con las porciones. En México hay una equivocada idea de pensar que los buenos lugares para comer es en donde se sirven grandes porciones.
2. Demasiadas bebidas azucaradas

Una botella de 20 onzas de Coca Cola (casi 600 ml) tiene 240 calorías; un café Machiato de Starbucks, 230. Según la experta Alison Massey, “con reducir 500 calorías de nuestro consumo diario, podríamos perder casi medio kilo a la semana”.

3. Sobre-estimar las calorías que quemas en el gimnasio

Si no se hacen algunos cambios en la alimentación, el ejercicio –aunque es necesario para bajar de peso y mejorar la salud general- no es suficiente. “Algunas personas sobre-estiman la cantidad de calorías que queman cuando entrenan y no eliminan suficientes calorías de su dieta”, explica la dietista Alison Massey, del Centro Médico Mercy. Cuántas veces no pensamos que merecemos comer una dona luego de hacer ejercicio, error.

4. Subestimar las calorías que consumes

Es un problema bastante común entre las personas que están luchando la batalla del sobrepeso: distorsionar las porciones. “Algunos estudios sugieren que no se toman en cuenta las calorías cuando las porciones son grandes”, comentó la dietista del Centro Médico Mercy. También se nos olvida contar las probaditas que damos a lo largo del día.

5. Cada vez estamos más estresados

Definitivamente las prisas y el estres no nos ayudan a bajar de peso. “Cuando estamos estresados nuestro cuerpo produce cortisol, una hormona que aumenta el apetito y nos lleva a comer de más”, declaró la nutricionista Jenny Patrizia, que aparece cada mes en Despierta América, de Univisión. Aprender a relajarte será siempre un buen aliado.

6. Elegir el menú con el bolsillo

Un estudio de la Universidad de Carolina del norte en Chapel Hill halló que la gente come comida “chatarra” debido a su precio. Si los combos aumentan de valor, entonces el consumo disminuye. Un ejemplo es lo que ocurrió con la pizza. En los últimos 20 años su precio aumentó un 10 por ciento y su consumo disminuyó un 12 por ciento. Cambiar la comida chatarra por algo saludable puede tener el mismo costo y traer grandes beneficios. Fruta en lugar de frituras, ensaladas en lugar de tacos, un helado de yogur en lugar de unos pastelitos, etcétera.

7. Consumo exagerado de azúcar

Está en todos lados, galletas,  helados, jugos, dulces…y contribuye no sólo a que aumente la obesidad sino también predispone a una gran cantidad de problemas de salud como alta presión arterial, enfermedades cardíacas, diabetes y depresión. “Imagina 150 sacos de azúcar apilados en tu garaje. ¡Esto es lo que consume una persona promedio cada año!”, ilustra el Dr. Fabrizio Mancini, autor de “El poder de la autocuración”. Evitar el consumo de azúcar y harinas refinadas, así como el alcohol, ayudarán con la meta de perder los kilos que te sobran.

8. Tener una actitud pesimista frente a la dieta

¿Si eres optimista, sentirás que puedes tomar el control de tu vida e influir mejor en tu salud”, dijo el Dr. Fabrizio Mancini. “Un optimista después de ir al médico dice: el doctor tiene razón. He comido mucha comida chatarra, necesito comer más frutas y vegetales y cortar con tantas calorías. Voy a empezar a ir al gimnasio al menos tres veces por semana. Un pesimista, en cambio, se sentirá desprotegido, por lo que nunca tomará decisiones saludables”. Según el Dr. Mancini, los pesimistas siempre tienen profecías negativas auto-cumplidas.

9.Dedicarle poco tiempo a las comidas

Si pasas muchas horas sin alimentarte, la siguiente vez que comas lo harás con muchísima hambre y seguro te darás un atracón. Además, tal como explica la Dra. Jessica Bartfield, especialista en pérdida de peso del Hospital Loyola Gottlieb Memorial, “el cuerpo necesita un flujo constante de glucosa durante el día para mantener el nivel de energía y prevenir que el metabolismo se haga más lento”.

10. No dormir lo suficiente

En artículos anteriores hemos hablado de ello, dormir poco o mal influye en el sobrepeso. “Diversos estudios han demostrado que las personas que duermen menos de seis horas tienen niveles elevados de Ghrelin, una hormona que estimula el apetito, especialmente de alimentos altos en carbohidratos o calorías”, describe la Dra. Jessica Bartfield.

¿Hambre física o emocional?

Cuando los psicólogos trabajan con el tema de la sobrealimentación, hablamos principalmente sobre el hambre emocional, tema esencial dentro de los problemas de sobrepeso y obesidad.  Sin embargo, ¿cómo podemos reconocer cuando tenemos hambre emocional si muchas veces no llegamos a reconocer nuestra hambre fisiológica?

Vivimos tan a prisa y estresadas que hemos aprendido a aplazar o ignorar las señales que nos manda nuestro cuerpo. ¿Cuántas veces tenemos frío y no nos tapamos porque “así nos vemos bien”, “el suéter está muy lejos”, “ahorita voy”? ¿Cuántas veces tenemos sed y nos tomamos una taza de café en vez de un vaso con agua? Y que ni se nos ocurra querer ir al baño cuando estamos en medio de una junta o un examen, “vejiga, ¡aguántate!”.

No obstante, nuestro cuerpo es muy sabio y nos pide lo que necesita mandando señales claras a las cuales generalmente no les hacemos caso. Entonces, ¿cómo queremos reconocer nuestros sentimientos y hambre emocional si ni siquiera le hacemos caso a las claves básicas de nuestro cuerpo?

Es por eso que uno de los primeros pasos para comenzar a trabajar en nuestra alimentación es escuchar y darle a nuestro organismo lo que necesita. En relación a los alimentos, las siguientes son señales de hambre física y saciedad con las cuales debemos empezar a trabajar para después comenzar con el manejo del hambre emocional. Es recomendable comer inmediatamente cuando se presentan estas señales y parar cuando las de saciedad se hacen presentes. Un tip es comer lentamente para darle tiempo a nuestro sistema de enviar estas claves a nuestro cerebro.

Señales de hambre física:

  • Ruidos o dolor estomacal
  • Sensación de vacío en el estómago
  • Dolor de cabeza
  • Falta de atención o concentración
  • Debilidad o cansancio
  • Mareo
  • Irritabilidad

Señales de saciedad (parar de comer cuando se presentan):

  • Se deja de experimentar hambre y hay una sensación de comodidad
  • El cuerpo obtiene energía y se siente “ligero”
  • La comida pierde su sabor, por lo tanto los bocados no saben tan deliciosos como los primeros

Debemos evitar seguir comiendo hasta sentirnos sumamente “llenas” o hasta que nos aprieta el pantalón, ya que en esos momentos estamos haciendo a un lado las claves que nos manda el cerebro y estamos respondiendo al hambre emocional, alimentándonos más por placer o ansiedad que por las necesidades de nuestro cuerpo.

¿Tenedor grande = Panza plana?

¿Tenedor grande = Panza plana?

Los cubiertos que eliges pueden ser tan relevantes para tu cintura como lo que sirves en tu plato. Los comensales que comieron contenedores más grandes ingirieron una menor cantidad de alimento que quienes usaron más pequeños.

De acuerdo con un estudio publicado en la Journal of Costumer Reseach. Esto puede deberse a que las mordidas más grandes engañan a tu cerebro y estomago haciéndote sentir satisfecha más rápido. Y aun cuando un plato para ensalada te ayuda a controlar el tamaño de tus porciones probablemente sea una opción inteligente comer en un recipiente de vidrio pesado.

Una investigación nueva de la universidad de Oxford en el Reino Unido demostró que los alimentos provenientes de contenedores pesados fueron clasificados como de mejor sabor y más costosos.

Una estrategia para recortar calorías que no te dejará hambrienta: Añade puré de vegetales a tus sopas y guisados. Las personas cuyos platillos contenían una cuarta parte de vegetales machacados comieron 357 unidades calóricas menos al día, de acuerdo con la American Journal of Clinical Nutrition. Ojo mamás: este truco también funciona para los niños.

La soja reduce riesgo de enfermedad pulmonar

Las personas que comen muchos productos de soja no sólo tienen un mejor funcionamiento pulmonar sino que también son menos propensos a desarrollar una enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y otros síntomas respiratorios.
Los investigadores, dirigidos por Andy Lee, trabajaron con un equipo de médicos respiratorios para reunir a 300 pacientes con EPOC de seis hospitales japoneses y a 340 individuos control emparejados según edad de las mismas áreas que los pacientes en relación a su consumo de soja. Los resultados del estudio de la Universidad de Tecnología de Curtin en Australia se publican en la revista “Respiratory Research”.
Según señala Fumi Hirayama, coautor del estudio, “el consumo de soja correlacionaba de forma positiva con el funcionamiento pulmonar y estaba inversamente asociado con el riesgo de EPOC. Se ha sugerido que los flavonoides de los alimentos de soja actúan como un agente antiinflamatorio en los pulmones y que protegen frente a los carcinógenos del tabaco a los fumadores. Sin embargo, se necesita más investigación para comprender el mecanismo biológico subyacente”.
La soja es la base de muchos alimentos japoneses, incluyendo el tofu, el natto, la sopa de miso, los brotes y la leche de soja. Se ha afirmado que los alimentos de soja reducen el colesterol y alivian los síntomas de la menopausia. Este es el primer estudio que demuestra la asociación entre el consumo de un alimento saludable y una reducción del riesgo de desarrollar EPOC.
La EPOC se caracteriza por un progresivo declive del funcionamiento pulmonar y engloba a la bronquitis crónica y al enfisema. El tabaquismo de cigarrillos a largo plazo produce casi el 90 por ciento de los casos de EPOC. La investigación muestra sólo una asociación entre el consumo de soja y un menor riesgo de desarrollar el trastorno, aunque la mejor forma de evitarlo sigue siendo abstenerse por completo del tabaco.
Información básica no exhaustiva proporcionada con fines meramente informativos. Para ahondar con mayor profundidad sobre información relativa a herbolaria, dietas, sustancias o terapias de salud natural pregunte a su médico o consulte publicaciones científicas especializadas. Dienut, no se responsabiliza de ningún daño o problema relacionado con la utilización de sustancias, dietas o tratamientos naturales, su uso será responsabilidad absoluta de quien las usa, consuma y prescriba. Consulte a su médico antes de tomar cualquier tratamiento o sustancia. La información de este sitio No sustituye la atención médica y la consulta con profesionales en el área de salud. Consulte a su médico antes de iniciar cualquier tratamiento, dieta o programa físico.

Proteínas: beneficios y recomendaciones

Uno de los nutrientes que no puede faltar en una alimentación saludable son las proteínas. Esenciales para mantener una buena salud, son imprescindibles para:
  • formar y mantener músculos y tejidos.
  • transportar sustancias en la sangre (por ejemplo oxígeno).
  • aumentar las defensas a través de la producción de anticuerpos.
  • sintetizar enzimas, hormonas y neurotrasmisores: sustancias necesarias para asegurar una correcta digestión, regular funciones corporales y garantizar un buen funcionamiento del sistema nervioso.

¿Cómo saber cuántas proteínas necesito?
Un bajo consumo de proteínas se evidencia en pérdida de masa muscular, debilitamiento del sistema inmunitario y menor rendimiento físico e intelectual. Para evitar estas consecuencias, la Organización Mundial de la Salud recomienda (en el caso de los adultos sanos) consumir diariamente 0,8 g de proteínas por cada kg de peso corporal. Así, una persona de 70 kg necesitaría alrededor de 56 g de proteínas por día.
Si bien la alimentación habitual cubre ampliamente las necesidades de proteínas, debes recordar que en algunas etapas de la vida los requerimientos son mayores. Este es el caso de:

  • embarazadas, debido a la formación de nuevos tejidos.
  • madres en lactancia, para asegurar una adecuada producción de leche.
  • niños y adolescentes, por su rápido crecimiento y desarrollo.

¿En qué alimentos las encuentro?
Aquí tienes los valores de algunos de los alimentos con mayor contenido proteico:

  • Una clara de huevo aporta 6 g.
  • Un vaso de leche (entera o descremada) contiene 6,4 g.
  • Una feta de queso aporta 6,2 g.
  • Un vaso de yogur bebible común tiene 6,2 g, mientras que uno light aporta casi 10 g.
  • En 200 g de carne hay 44 g de proteínas.
Otros alimentos que también contienen proteínas son los cereales (arroz, trigo, maíz, etc.), leguminosas (porotos, lentejas, garbanzos), frutos secos (nueces, almendras) y semillas. Sin embargo, por tratarse de proteínas incompletas (no contienen todos los aminoácidos en las cantidades necesarias), deben combinarse correctamente para lograr un buen aporte.
Información básica no exhaustiva proporcionada con fines meramente informativos. Para ahondar con mayor profundidad sobre información relativa a herbolaria, dietas, sustancias o terapias de salud natural pregunte a su médico o consulte publicaciones científicas especializadas. Dienut, no se responsabiliza de ningún daño o problema relacionado con la utilización de sustancias, dietas o tratamientos naturales, su uso será responsabilidad absoluta de quien las usa, consuma y prescriba. Consulte a su médico antes de tomar cualquier tratamiento o sustancia. La información de este sitio No sustituye la atención médica y la consulta con profesionales en el área de salud. Consulte a su médico antes de iniciar cualquier tratamiento, dieta o programa físico.