10 Consejos Para Cuidar el Planeta

10 CONSEJOS SENCILLOS PARA CUIDAR EL PLANETA.

1. Paga tus cuentas por Internet

Si pides que dejen de enviarte las facturas por correo a tu casa, no sólo salvarás los árboles necesarios para fabricar ese papel, sino que se ahorrará el combustible de los aviones y camiones que transportan las cartas con los recibos y los cheques. También reducirás tus visitas al banco.

Si todos los hogares de Estados Unidos pagaran sus facturas por Internet, se evitarían 1,600 millones de toneladas en residuos de papel y 2.1 millones de toneladas de gases de efecto invernadero.

2. Cambia las bombillas

Seguramente las luces de tu casa podrían consumir mucha menos energía. Las bombillas fluorescentes compactas (CFL, por sus siglas en inglés) son más caras que las tradicionales, pero sólo consumen la cuarta parte de energía y duran muchos más años. Busca en las tiendas las siglas CFL, el logo de Energy Star o simplemente las bombillas que pongan «energy savers»

3. ¿Papel o plástico? Ninguno

Si aún no vas al supermercado con tus bolsas de tela, no sólo no estás ayudando al medio ambiente, sino que no eres cool. Cada año se distribuyen más de 500 mil millones de bolsas de plástico, pero se reciclan menos del 3% de ellas. El polietileno con el que están fabricadas tarda mil años en biodegradarse. Hazte con unas sencillas bolsas de tela para hacer la compra, que además lucen mucho mejor que las del supermercado.

4. Cierra el grifo

El agua es un bien escaso que debemos cuidar como un tesoro. En nuestro aseo personal, cerrar el grifo mientras nos lavamos los dientes o nos afeitamos supone ahorrar más del 90% del agua que consumimos si la dejamos correr. Si además cierras el grifo al ducharte mientras te enjabonas y antes de aclararte, también ahorrarás muchísima agua.

5. Comprueba el aire de las llantas

Mantener las ruedas de tu auto con una presión no adecuada puede suponer hasta un 3% más de gasto de combustible. Cargar peso inútil en el maletero o abusar del aire acondicionado también aumentan el gasto. Por otro lado, revisar el motor y cambiar el filtro del aire pueden mejorar el rendimiento de tu automóvil hasta en un 10%.

6. Desenchufa los electrodomésticos

Esa lucecita roja que te avisa de que el DVD o el aparato de música están en stand by gasta más de lo que piensas. En algunos equipos de escaso uso -pero que están siempre conectados- el gasto stand by puede llegar a suponer el 90% del consumo eléctrico de ese aparato. Desenchufa los electrodomésticos si no los utilizas muy a menudo y ahorrarás entre el 5% y el 10% de tu cuenta de electricidad.

7. Evita lo desechable

Hoy en día, la mayoría de la gente almuerza fuera de casa. En la cocina del lugar de trabajo o en algunos restaurantes es habitual que los cubiertos y los vasos sean desechables.

Comer cada día con utensilios de plástico nuevos y utilizar un vasito de poliestireno para cada café o vaso de agua es un desperdicio que debemos evitar. Lleva a la oficina tus cubiertos metálicos y mantén allí para tu café una taza que, además, es mucho más bonita.

8. Abre las ventanas

Cada estadounidense lanza de media a la atmósfera 25 toneladas de CO2 al año, y gran parte de esa cantidad procede de su propia casa. Algunos consejos para reducir esas emisiones: abrir la ventana en vez de poner el aire acondicionado, ajustar el termostato un par de grados más arriba en verano y un par de grados más bajo en invierno, sellar puertas y ventanas, utilizar el lavavajillas sólo cuando esté lleno o lavar la ropa en el ciclo frío o templado.

9. Planta tus propias lechugas

Si los Obama han puesto un pequeño huerto en la Casa Blanca, ¿por qué no tú también?

Estados Unidos gasta al año más de $5 mil millones en fertilizantes que acaban regando el subsuelo de químicos y aceleran la emisión de óxido nitroso, un gas de efecto invernadero.

Planta tu propio huerto y utiliza composta y fertilizantes naturales. Cuidarás el medio ambiente, ahorrarás en el supermercado y tus verduras sabrán mucho mejor.

10. En general, consume menos

Gran parte de nuestros esfuerzos por llevar una vida más «verde» pueden resumirse en una filosofía muy simple: consume menos y lleva una vida más sencilla. Vivimos en una sociedad extremadamente consumista que necesita nuevos productos continuamente, pero, ¿realmente es necesario todo lo que compramos?

Plantéate alargar la vida de tu ropa o intercambiarla con tus amistades; reutilizar productos que, aunque no estén nuevos, aún tienen una larga vida por delante; subirte más a la bicicleta y menos al auto… y aprende a disfrutar de las cosas sencillas.

México: abierto a plantaciones de árboles

México: puerta abierta a plantaciones de árboles «neoliberales»

México está integrado a un modelo que prioriza las necesidades de la demanda del capital industrial transnacional orientado a la exportación. A esa demanda se subordina la política ambiental y los derechos de los pueblos indígenas y campesinos (ver Boletín 14 del WRM).

Dentro de ese esquema entra la plantación de miles de hectáreas de árboles celulósicos como el eucalipto, de especies de rápido crecimiento como la teca, melina, pawlonia, cedro rosado. Según palabras del director de la Comisión Nacional Forestal (Conafor), Alberto Cárdenas Jiménez, resultan muy «positivos» los cambios realizados por el congreso a la Ley Forestal el pasado mes de diciembre pues «El asunto de las plantaciones quedó desregulado a su máxima expresión». Eso quiere decir que se abrirán aún más las puertas para el ingreso masivo del «perfecto árbol neoliberal», el eucalipto, al decir de Jaime Avilés, columnista del diario mexicano La Jornada, porque crece rápido, mata todo lo que está a su alrededor y genera grandes ganancias para muy poca gente.

El Plan Puebla Panamá (PPP), que busca convertir a México y Centroamérica en una gran zona de libre comercio, con incontables maquiladoras y «canales de tierra» para incrementar el comercio interoceánico, tiene como uno de sus componentes la plantación a gran escala de monocultivos de ese tipo de árbol. Algunas de esas plantaciones serán proveedoras de madera y celulosa. Otras tal vez sirvan de «sumideros de carbono», un truco más de las transnacionales para evitar reducir las emisiones de gases contaminantes de los automóviles y grandes industrias en los llamados países desarrollados, que han provocado el calentamiento de la atmósfera.

Como parte del Mecanismo de Desarrollo Limpio del Protocolo de Kioto, los sumideros de carbono dan carta blanca a países e industrias para seguir contaminando, siempre y cuando financien proyectos «ecológicos» en el Tercer Mundo que supuestamente compensen la contaminación creada. Entre esos proyectos se incluye la plantación de árboles. Alguno podría pensar: ¿Qué problema puede haber con eso? ¿Acaso los ecologistas no se la pasan despotricando para que se siembren árboles? El WRM ha explicitado largamente la gran diferencia que existe entre los bosques y las plantaciones en gran escala de monocultivos de árboles, que presentan los mismos problemas ecológicos que los monocultivos agrícolas.

Dice el profesor Andrés Barreda, de la Universidad Nacional Autónoma de México, que las plantaciones forestales industriales «en realidad no son los complejos ecosistemas que nombramos genéricamente como bosques sino monocultivos estrictos emplazados sobre gigantescas áreas productivas (de varias decenas de miles de hectáreas) que vienen asociadas a la necesaria expulsión de la población rural, al desempleo que se refuerza con la mecanización de la producción forestal, al empleo intensivo de fertilizantes, pesticidas, herbicidas, etc., al desarrollo de plagas, al agotamiento y contaminación de los mantos freáticos, a la destrucción de la biodiversidad». Con los sumideros de carbono, «se introducen directamente empresas transnacionales en los procesos comunitarios de gestión de los bosques. Se involucra a las comunidades dentro de una gran manipulación de escala mundial según la cual son las mismas empresas transnacionales que contaminan y que más amenazan con seguirlo haciendo, sin resolver ninguna de las causas reales del calentamiento atmosférico, las que justamente se visten de hadas madrinas para el apoyo de las depauperadas comunidades campesinas».

En el actual proceso de privatización de las riquezas biológicas, las transnacionales se instalan peligrosamente en zonas clave de los corredores biológicos. Es así que otro componente ambiental del Plan Puebla Panamá lo constituye el Corredor Biológico Mesoamericano, que vinculará cientos de áreas naturales protegidas en la región para formar una sola zona de conservación. Grupos de la sociedad civil, ecologistas e indígenas denuncian el Corredor como una maniobra de relaciones públicas para legitimar el Plan Puebla Panamá ante el sector ambientalista.