Cuida tu salud y peso durante Semana Santa

Ahora que estamos próximos a la Semana Santa, ¿Dejarás de lado la dieta y la alimentación saludable? Muchos aprovechan estos días de descanso para irse de viaje y disfrutar del buen clima con amigos o en familia, no obstante salir de vacaciones no significa tener que dejar la dieta de lado y echar por la borda el esfuerzo realizado previamente.

En verano salimos con mayor frecuencia y muchas veces nos encontramos fuera de casa a la hora de comer, lo cual puede hacernos cambiar algunos hábitos alimentarios. Sin embargo, si no queremos terminar con unos kilitos de más, es importante no descuidarnos y continuar con los hábitos de alimentación saludable en estos días. Recuerda que puedes disfrutar de la comida tradicional de la época, pero la clave estará siempre en la moderación.

Si vas a ir a la playa en estos días ten cuidado, ya que el turismo de playa es especialmente peligroso, pues si te la pasas tomando el sol, durmiendo y comiendo, será muy fácil regresar del descanso con unos kilitos de más.

Para no tener que lamentar los kilos de más al regresar del descanso, toma en cuenta las siguientes recomendaciones:

Mantente hidratado(a):
En verano se duplican los líquidos que se pierden durante el día, por lo que es indispensable beber lo suficiente para mantenerse hidratado. No te excedas con los refrescos, pues no te quitarán la sed y contienen demasiados azúcares. Evita o modera el consumo de bebidas alcohólicas ya que suman muchas calorías vacías. Para calmar la sed ten siempre a mano agua pura.

Mantente activo(a)
En verano apetece más estar en la calle, por lo que resulta buena época para moverse más de lo habitual. Consíguete una bonita gorra o sombrero y paséate siempre que el día no sea demasiado caluroso. Si estás en la playa date un paseo por la orilla, nada un rato, juega voleibol o haz otra actividad física. Si no sales de paseo procura no mantenerte muy sedentario(a) durante estos días, ni te acuestes a dormir. Aprovecha para salir a caminar o practicar algún deporte con amigos o familiares.

Basa tu dieta en cereales y sus derivados y consume proteínas:
La alimentación de verano debe incluir pan, pastas, arroz, hortalizas y verduras, que proporcionan hidratos de carbono, minerales y vitaminas. Estos son necesarios, ya que las actividades al aire libre propias de la época, nos someten a una sobreactividad. Lo recomendable es elegir cereales integrales que aportan fibra. Por otro lado, las proteínas son también fundamentales para una dieta equilibrada. Consume carnes magras, mariscos, pescados, huevos y legumbres, al menos tres veces por semana. Evita los embutidos y las carnes grasas.

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Planifica las comidas y cenas:
Durante estos días los horarios de las comidas suelen alterarse. Evita pasar muchas horas sin comer, pues te será muy difícil controlarte en la siguiente comida y quizás te excedas. Durante las vacaciones, lo mejor es comer cada poco tiempo pero no demasiado. Procura hacer un desayuno fuerte, especialmente si vas a salir a turistear o a hacer algún tipo de actividad física. Una buena idea es llevar aperitivos sanos para comer entre horas, así no tendrás tanta hambre en la siguiente comida y evitarás la tentación de comprar comida chatarra en el camino. Puedes también llevar alguna pieza de fruta, una barrita de muesli, queso bajo en grasas, frutos secos o un sandwich de pan integral.

Si vas a cocinar o a preparar postres o dulces tradicionales de la época, utiliza menos azúcar, leche y nata bajas en calorías y más frutas frescas. Cocina en casa todo lo que se consumirá del jueves santo al domingo de Pascua, de esta forma podrás controlar la calidad de los productos y compartir con tus seres queridos una comida sabrosa y saludable.

Cuando comas fuera, recuerda hacerlo en pequeñas cantidades. No te comas todo lo que te pongan en el plato, sobre todo si ya estás acostumbrado(a) a comer poco. Trata de elegir siempre pan integral que es rico en fibra y tiene un menor contenido calórico. Evita que todas las comidas sean ricas en condimentos y grasas y si no puedes resistir la tentación de algunos fritos, escoge las verduras, pollo o pescado para la cena.

Cuidado con el buffet libre y con los restaurantes de comida rápida
Esta modalidad nos hace comer de más. Al tener la comida siempre disponible y con tanta variedad, es difícil elegir sólo un plato. Sin embargo, acudir a un buffet no significa que debas comer de todo. Por lo general tienen ensaladas y pescados más sanos y naturales, así que usa la cabeza en todo momento y no picotees de esto y de aquello. Una buena idea es servirte primero una ensalada o algunos vegetales, así llegarás con menos ansias al plato fuerte.

Evita los restaurantes de comida rápida, si tienes prisa o no quieres gastar mucho dinero, hay otras opciones. Es mejor comprar pan integral, lechuga, tomate y pavo y prepararte un sándwich, que tomar una hamburguesa en un restaurante de comida rápida.

Vigila los postres:
Como postre elige fruta o yogur, aunque de vez en cuando puedes concederte un pequeño antojo, pero no todos los días. Si vas a tomar un helado, prefiere aquellos elaborados a base de agua y frutas, en vez de los de crema que tienen el doble de calorías. No olvides que es mucho más sano y refrescante comerte una pieza de fruta.

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