La dieta es vital en el tratamiento de la hepatitis, cualquiera que sea su tipo, pues ayudará a la regeneración de las células del hígado dañadas.
La dieta para la hepatitis tiene como principales objetivos: brindar suficiente cantidad de calorías, controlar la cantidad de proteínas, controlar el riesgo de obesidad .
Una alimentación adecuada para un paciente con hepatitis le ayudará a mantener el balance de líquidos y electrolitos en su organismo.
Lo que debes evitar:
• Alimentos ricos en sal como la mayonesa, ketchup y las sopas en conserva.
• Las bebidas alcohólicas y las bebidas con gas
• Las grasas (carnes rojas, leche entera y sus derivados, los embutidos, el pescado con mucha grasa.
• Productos de bollería
• Comidas fritas y precocinadas
• Debes tener cuidado con las vitaminas, pues su exceso es tóxico para el hígado, especialmente las vitaminas A y D.
• Ciertas plantas medicinales pueden ser tóxicas para el hígado, como: el Senecio, Heliotropium, Crotalaria, gordolobo, té de mate, Jin Blu huan, chaparral, consuelda u oreja de burro, escutelaria, muérdago, aceite de margosa y poleo.
Alimentos recomendados:
Existen varios alimentos que puedes consumir, especialmente los llamados “súper alimentos de la hepatitis”. Estos son: las alcachofas, manzanas, peras, ajos, cebollas y la avena. Además:
• Los frutos secos, cereales integrales y legumbres.
• Piñas, mangos, melocotones, plátanos, limones, mandarinas, naranjas, melones, ciruelas, albaricoques, uvas, fresas
• Pepinos, lechuga, coles, espárragos, achicoria, pimientos, judías verdes, patatas, maíz, espinacas, aceitunas, cebada.