Alimentación para vivir a plenitud en la tercera edad

El adulto mayor debe prestar atención a su dieta diaria.

Ello es parte importante de los hábitos que condicionan la salud en cualquier etapa de la vida.
Si usted atraviesa por esta etapa de su vida tome en cuenta que es un error frecuente el desentenderse de las tareas rutinarias como ir de compras al mercado o cocinar. Esta actividad le reportará los beneficios propios de una dieta sana y le servirá para ejercitar la mente.
Al disminuir la actividad física en la madurez, se requiere consumir menos calorías. El envejecimiento produce una pérdida de masa muscular y un aumento del porcentaje de la grasa corporal.
No sería extraño que sienta ausencia de interés por la comida debido a diversas causas: desde dificultad creciente para digerir ciertos alimentos, poca sensación gustativa por el sabor, hasta depresión y soledad.
En la tercera edad, las personas tienen más posibilidades de padecer problemas de anemia, hipertensión o diabetes. Pero con una alimentación sana y equilibrada pueden prevenir continuas visitas al médico por constantes dolencias.
La dieta en esta etapa de la vida debe manejarse con los nutrientes que mantienen en óptimas condiciones al individuo a partir de los 65 años, edad en la que la composición del cuerpo sufre cambios específicos como alteración metabólica de glucosa y lípidos en la sangre, cambios sensoriales con alteración del gusto, olfato, visión y audición, y disminución de la actividad gastrointestinal.
Tome nota de las siguientes pautas que le damos para gozar de una buena nutrición y salud a esta edad.
 

Organice su tiempo

Realice una compra semanalmente planificando los alimentos que necesita. Aunque viva solo, anímese a cocinar. Hacer menos cantidad no es excusa, ya que puede congelar varias raciones para los días que no tenga ganas de cocinar.
Preparar los ingredientes y estar pendiente de los tiempos de cocción son ejercicios rutinarios que le distraerán y le beneficiarán indirectamente.
 

¿Qué debe comer?

Haga por lo menos tres comidas al día sin olvidarse del desayuno. Una dentadura débil no es razón suficiente para erradicar de su dieta productos tan esenciales como la carne. Si es su caso, la solución puede estar en los purés con todo tipo de ingredientes: verduras, pescado y, por supuesto, carnes.
Coma diariamente distintos tipos de cereales, como pan, arroz y fideos. La fibra le ayudará a mantener un buen funcionamiento intestinal y reducir el riesgo de enfermedades crónicas en el corazón y la diabetes tipo 2.
Consuma al menos dos litros de agua al día (de 8 a 10 vasos). Aunque no tenga sed es imprescindible que se proteja ante una posible deshidratación. Además, tome leche, zumos e infusiones que le aportarán nutrientes, proteínas y calcio.
Aunque viva solo, anímese a cocinar sus propias comidas. Preparar los ingredientes y estar pendiente de los tiempos de cocción son ejercicios rutinarios que lo beneficiarán y distraerán.
Las carnes blancas son mejores que las rojas.Incorpore a su compra semanal carne de pavo o de pollo, siempre sin piel para disminuir la cantidad de grasa. No abuse del café ni del alcohol.
Las verduras, legumbres, hortalizas y pescado deben tener un papel esencial en su dieta diaria. Los lácteos deben ser su mejor aliado contra la osteoporosis: opte por leche, quesos y yogurt, y si son desnatados, mucho mejor.
 

¿Qué debe evitar?

Reduzca las calorías de su dieta porque su actividad física es menor.Cuídese del colesterol. Deje a un lado los fritos y, en caso de hacerlos, utilice aceite de oliva.Coma embutidos solo de forma excepcional, aligual que los dulces.
No abuse de la sal. Es importante que los alimentos estén bien condimentados porque comer es un placer en cualquier etapa de la vida, y precisamente a edades avanzadas, en las que es habitual el consumo de medicamentos, la hora de la comida no puede ser un suplicio más.
Añadiendo especias como el tomillo, el romero o el laurel, proporcionará sabor a sus platos, a la vez que prevendrá la hipertensión.
Recuerde que nunca es demasiado tarde para hacer cambios saludables en la vida.
 
 

Ejercicio para la tercera edad

El hecho de realizar ejercicios es algo beneficioso en cualquier etapa de la vida. En personas de la tercera edad, se ha visto que reduce la fatiga, eleva la sensación de bienestar, reduce síntomas de depresión, disminuye el riesgo de caídas, fortalece los huesos, disminuye la presión arterial y el riesgo de tener osteoporosis, las cuales son las razones fundamentales para enfatizar el hacer actividad física en este grupo.

Según los últimos lineamientos publicados por el Departamento de Servicios de Salud de Estados Unidos, la actividad física es esencial para un envejecimiento saludable. Sin embargo, las personas mayores de 65 años de edad son quienes menor actividad física realizan.

Los lineamientos para este grupo de edad se centran en realizar tanto ejercicios de tipo aeróbico como ejercicios para fortalecer los músculos. Es necesario tomar en cuenta que si un adulto mayor no se encuentra actualmente realizando actividad física, debe iniciarla de manera gradual para poder llegar a las metas establecidas.

Debido a que los adultos mayores son muy propensos a lesiones, inicialmente se les recomienda evitar las actividades aeróbicas intensas y más bien incrementar gradualmente el número de días a la semana que hacen actividad física y la duración de la actividad.  Inicialmente, deben  comenzar con un máximo de 10 minutos de actividad física de baja intensidad, como por ejemplocaminar .

Los lineamientos planteados por el Departamento de Servicios de Salud de Estados Unidos indican que los adultos mayores que no se encuentran físicamente activos deben enfocarse en realizar al menos 150 minutos de actividad física moderada a la semana, junto con actividades que fortalezcan sus músculos 2 a 3 veces a la semana, de manera no consecutiva (es decir, en días alternos). Estos últimos son importantes, ya que al tener fuertes los músculos de las piernas y caderas, es menos probable que ocurra una caída.

La reducción de las caídas es una de las situaciones más recalcadas con el ejercicio, ya que este grupo de población es muy susceptible a padecer de osteoporosis, y una caída puede provocar una lesión que tarde mucho tiempo en sanar.  Es por esto que también se recomienda realizar actividades que fortalezcan el equilibrio tres veces o más por semana.  Dentro de las actividades a realizar están: caminar en reversa, caminar con los talones o las puntas de los pies, levantarse de las sillas sin apoyo de las manos o brazos y, de vez en cuando, caminar en línea recta con un pie delante del otro.

Si las personas mayores no pueden realizar al menos 150 minutos de ejercicio a la semana debido a una condición crónica, deben estar físicamente activos según lo permita su habilidad y condición, de una manera segura.

Se debe tener en cuenta que el ejercicio no debe causar dolor ni dejar a la persona muy cansada.  Es aceptable sentir un poco de molestia, incomodidad o fatiga, teniendo en mente que esta sensación irá disminuyendo mientras más se realice la actividad física. Debe recordarse también finalizar el ejercicio realizado con una rutina de estiramiento, para hacer el enfriamiento.

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