Si antes de embarazarte mantenías una vida activa, no hay razón para dejar de hacerlo. Por el contrario, si llevabas una vida sedentaria, no es el momento indicado para tomar el ejercicio tan a pecho, pero tampoco existe justificación para no ejercitarte.
Aquí te presentamos una serie de ejercicios ideales para ti, pues no necesitarás ir a un gimnasio, ni comprar aparatos sofisticados, y obtendrás los mismos beneficios si lo realizas disciplinadamente. Sigue estos pasos y te darás cuenta de qué hablamos.
- Para comenzar: Camina despacio por unos cinco minutos para iniciar tu calentamiento. Continúa durante otros 5 minutos despacio para enfriarte, reduciendo la velocidad; esto te ayuda a regular tu ritmo cardíaco, tu presión y a eliminar las toxinas de tu cuerpo.
- En la primera semana: Busca un camino plano, camina a paso lento, pero potente, y trata de caminar una milla; hazlo tres días a la semana y mide el tiempo que demoras haciéndolo.
- En las siguientes semanas: Agrega a tu caminata 2 minutos extra cada semana, tratando de acelerar un poco más el paso. De vez en cuando, puedes cambiar tu ruta. Busca caminos en donde tengas que realizar un poco más de esfuerzo, como pequeñas subidas sin desniveles.
Caminar es beneficioso para tu embarazo, pues se trabajan muchos músculos, se promueve el tono muscular, se fortalece el corazón y se mejora la circulación, la movilidad y la flexibilidad. Además, el riesgo de lastimarte es menor que con otros ejercicios. Algunas otras ventajas de la caminata es que la puedes hacer en cualquier época del año y a la hora que desees, durante los tres trimestres del embarazo, sin importar tu nivel de aptitud física previa.
Ejercitarte durante el embarazo también te libera de las tensiones del quéhacer diario, al mismo tiempo que promueves la salud del bebé que estás formando en tu vientre.
A continuación, te damos algunos consejos que puedes seguir de acuerdo al trimestre de tu embarazo:
- Primer trimestre: Busca un amigo o compañero de caminata que te mantenga motivada para caminar. Durante los primeros meses, los hábitos de caminata no cambian mucho, pero asegúrate de usar zapatos adecuados (antideslizantes); usa un buen bloqueador solar y evita caminar bajo el sol cuando los rayos son más intensos (mejor hazlo por una arboleda y siempre lleva contigo una botella de agua para evitar la deshidratación y el sobrecalentamiento que es perjudicial para ti y tu bebé).
- Segundo trimestre: Continúa con las mismas medidas de protección que en el primer semestre y presta atención a tu postura a la hora de caminar, mantente erguida y mueve tus brazos mientras caminas para guardar el equilibrio.
- Tercer trimestre: Evita terrenos desiguales que pueden hacerte caer. Talvez prefieras no alejarte mucho de la casa o de lugares accesibles a medida que se acerca tu fecha de parto.
Sólo debes dejar de caminar si te sientes muy cansada. Es importante que recuerdes que la cantidad de ejercicio que hagas va a depender mucho de tu condición física.
Una vez que tengas a tu bebé puedes continuar caminando, espera unas 4 a 6 semanas después del parto y podrás ejercitarte llevando a tu bebé en cochecito o en canguro (saco para cargar al bebé o porta bebés) y de esa manera disfrutar de su compañía.
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