Dejar de fumar de manera repentina podría ser la mejor estrategia para los fumadores

Con frecuencia se les dice a los fumadores que la mejor manera de dejar su hábito es que tengan un plan de acción, que especifiquen el día y la estrategia para empezar a dejar de fumar. Pero, ¿podría ese consejo ser contraproducente?

En un estudio reciente para responder a esa pregunta, los fumadores que dejaron el hábito de modo espontáneo, sin planificación previa, tuvieron una mayor probabilidad de éxito que aquellos que lo planearon con antelación. Al parecer los resultados, que aparecen en el British Medical Journal, ponen en entredicho la guía tradicional para dejar de fumar.

El Dr. Michael Siegel, profesor de ciencias sociales y del comportamiento de la Universidad de Boston, que evalúa las políticas para el control del tabaco y el comportamiento respecto al tabaquismo., dijo que los hallazgos tienen mucho sentido.

«Los intentos planificados de dejar de fumar se ponen en marcha de manera gradual y el nivel de motivación probablemente es menor», apuntó. «Sin embargo, estos intentos repentinos sin planificar reflejan posiblemente algún evento inesperado o de gran tensión que hace que aflore de manera precipitada un elevado nivel de motivación para dejar el hábito. Debido a ello, estos intentos son mucho más exitosos», razonó.

Los autores del estudio, Robert West y Taj Sohal, equiparan el intento no planificado de dejar de fumar con lo que los matemáticos denominan la «teoría de la catástrofe». La idea es simple. Cuando se acumulan tensiones, incluso los desencadenantes pequeños pueden poner en marcha cambios dramáticos y repentinos. En la naturaleza, esas fuerzas pueden llevar, apuntan, a una avalancha. Casi de igual manera, un fumador disgustado con su hábito, crea una tensión que, con el tiempo, da origen a una decisión que lo lleva a dejar el hábito.

Siegel apuntó que el estudio subraya la necesidad de centrarse en la motivación de los fumadores para dejar de fumar. Alegó que se ha puesto mucho énfasis en promover ayudas farmacéuticas para ayudar a la gente a dejar de fumar. «Si pudiéramos hacer que los fumadores se motivaran lo suficiente, lograrían dejar de fumar con éxito, independientemente del mecanismo».

Thomas Glynn, director de ciencias y tendencias oncológicas, y director de programas internacionales antitabaco de la American Cancer Society en Washington, D.C., aseguró que la investigación es intrigante.

«Desde luego, lo que este estudio requiere es que demos un paso atrás y analicemos los diferentes estilos de toma de decisiones de la gente», señaló. Pero sin tener a mano otros estudios que confirmen estos resultados, la asociación contra el cáncer no contemplará replantear su recomendación para dejar de fumar. «Con certeza, no queremos hacer cambios basándonos en un solo estudio, sobre todo de uno que depende de datos retrospectivos», agregó.

Para su estudio, los investigadores compararon los datos de 918 fumadores que habían hecho al menos un intento de dejar de fumar con las experiencias de 996 ex fumadores que habían tenido éxito. Casi la mitad, el 48.6 por ciento, de los fumadores dijo que sus intentos más recientes de dejar de fumar no habían sido planificados por anticipado y que esos intentos espontáneos tenían una mayor probabilidad de éxito durante al menos seis meses.

De hecho, las probabilidades de dejar de fumar con éxito durante al menos seis meses fueron más altas entre los que intentaron dejar de fumar sin planificación previa que entre los que habían planeado algo.

Suponiendo que su teoría sea correcta, los investigadores proponen que las campañas de salud pública se centren en lo que ellos llaman las «3 T» — crear tensiones de motivación en los fumadores, hacer que los que están a punto de cambiar tomen acciones y darles apoyo contratamiento, como parches de nicotina y asesoramiento.

«En la práctica, la preocupación por la salud y el agobio de cubrir los costos del tabaco parecen ser las principales fuentes de tensión, según informan las personas», dijo West, profesor de psicología de la salud del Colegio Universitario de Londres y autor principal del estudio.

En cuanto a lo que desencadena en última instancia el intento de dejar de fumar, West ha recopilado una lista basada en los resultados de encuestas mensuales que él mismo ha realizado a personas sobre sus intentos más recientes para dejar de fumar. Para algunos, tiene que ver con la salud. Les preocupa tener problemas de salud en el presente o el futuro, un profesional de salud les aconseja dejar de fumar o desean quedar embarazadas. Otros dejan de fumar porque conocen a alguien que lo está haciendo, deciden que es demasiado costoso encarar las restricciones antitabaco, o se ven presionados por la familia o amigos.

«Para la mayoría de los fumadores, dejar de fumar es un proceso que podría acabar bien para muchas personas, más de lo imaginado si este estudio demuestra ser correcto, si toman la decisión de manera espontánea», observó Glynn. «Sin embargo, lo que conduce a ese día puede deberse a la culminación de una serie de decisiones a lo largo de un periodo de años».

Algo que no quedó claro en el estudio, agregó, es si las personas definían ese proceso como «planificado» o «no planificado».

Entonces, «¿dejar de fumar de manera repentina es la mejor estrategia? o, ¿es mejor la planificación para algunos? «La verdad es que desconocemos cuál es la mejor estrategia», admitió West, que reconoció que la planificación podría ayudar a algunos a dejar de fumar.

«Lo más importante», agregó, «es que los fumadores tengan en cuenta que si experimentan fuertes ansias de fumar o si se sienten muy mal a causa de los síntomas de abstinencia, pueden buscar la ayuda de parches de nicotina u otros medicamentos, incluso pueden buscar el apoyo de un especialista, ya sea por vía telefónica o contacto directo».

Más información

Los U.S. Centers for Disease Control and Prevention ofrecen más consejos para los fumadores que están listos para dejar de fumar .

FUENTES; Robert West, Ph.D., professor, health psychology, and director, tobacco studies, Cancer Research UK Health Behaviour Unit, University College London; Michael Siegel, M.D., M.P.H., professor, social and behavioral sciences, Boston University; Thomas J. Glynn, Ph.D., director, cancer science and trends, and director, international tobacco programs, American Cancer Society, Washington, D.C.; Jan. 28, 2006, British Medical Journal © Derechos de autor 2007, ScoutNews, LLC