No olvides que una dieta debe ser personalizada, sin embargo acá te damos algunos consejos que podrían ayudarte.
– El aporte extra de calorías debe ser base de alimentos ricos en hidratos de carbono como pan, pastas, patatas o arroz.
– En cuanto al aporte de grasas, conviene que éstas sean de buena calidad para que sean más saludables, como por ejemplo las que provienen de frutos secos, aceite de oliva, aceitunas o aguacate.
– Los alimentos entre comidas no deben restar el apetito para las comidas principales.
– Para las meriendas se aconsejan alimentos con elevado contenido calórico y nutrientes, por ejemplo: frutos secos como cacahuetes, almendras, nueces avellanas, pistachos o piñones.
– Algunos alimentos y encurtidos ayudan a abrir el apetito, como las cebolletas, aceitunas o pepinillos. Por eso se recomienda comerlos antes de las comidas principales. El aroma del pan recién horneado u otras comidas son también estiumulantes del apetito.
– Los “snacks”, refrescos y los dulces aportan muchas calorías pero no te alimentan.
– Se puede aumentar el valor calórico de las comidas añadiendo, por ejemplo, mayor cantidad de aceite a sopas, cremas o salsas, huevo, queso, mantequilla o nata.
– Conviene beber zumos, leche entera, batidos de frutas (además de agua) para hidratar y nutrir el cuerpo entre horas.
Finalmente no te olvides del ejercicio físico que te ayudará a aumentar la masa muscular, además que practicar ejercicio estimula el apetito y mejora el estado de ánimo.