Causas de la mala alimentación

Los síntomas de una malnutrición  son muchos y muy variados. Lo peor es que muchas veces se achacan a otras enfermedades transitorias y los dejamos pasar agravando la situación. Para solucionar esto, lo mejor es conocer los síntomas que puedan presentarse y ante ellos acudir a nuestro médico  para que pueda realizar las pruebas pertinentes.

Los síntomas son:

– Cefaleas

– Mareos

– Malestar general

– Cansancio

– Necesitar más horas de sueño

– Fatiga

– Ojeras y bolsas en los ojos

– Falta de color en la piel, palidez

– Sensación de “pesadez”

–  Irritabilidad, cambios de humor

Todos estos síntomas pueden estar dejando en evidencia una nutrición deficiente por lo que lo ideal sería acudir al médico cuanto antes si sentimos que los síntomas no son pasajeros sino que perduran en los días. Sea como sea, siempre es mejor actuar a tiempo que dejar que se agrave más un problema que en principio tendría fácil solución.

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Hábitos alimenticios que debemos evitar

Muchas veces uno de los principales problemas que nos impide adelgazar son nuestros hábitos, muchos de los cuales son muy difíciles de cambiar. Hoy queremos hablar sobre esto, te contamos qué hábitos son perjudiciales y deberíamos esforzarnos por abandonar, ¡presta mucha atención!

En nuestros días comer se ha convertido en una actitud automática, esta es la principal fuente de los problemas. El prestar atención a lo que estamos haciendo cuando comemos es fundamental a la hora de cuidar de nuestra salud, debemos comenzar a respetar los tiempos de la comida y dedicarnos a esta tarea sin otras interrupciones. Uno de los errores más habituales es comer de prisa, lo correcto es comer despacio y masticar bien los alimentos, por lo que esto no debe dejarse de lado y optar por comer más deprisa para terminar antes.

Por otro lado, también es malo comer de pie, existe el mito de que los alimentos se digieren mejor de pie, esto es errado. Tampoco deberíamos comer al mismo tiempo que trabajamos o realizamos otras actividades. Otro gran error es comer a diferentes horarios, esto perjudica mucho el proceso de digestión y altera el organismo.

Por último, tampoco deberíamos picar entre horas o comer siempre lo mismo, ya que esto provoca la reducción de vitaminas, minerales y otros elementos indispensables para el organismo. Estos son los consejos dienut que teníamos para compartir, es importante que los tengamos en cuenta y comencemos a implementarlos, ¡suerte!

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10 mitos de la obesidad

10 mitos de la obesidad

1-      Estoy gordo pero lo disfruto. Las personas obesas son felices dentro de lo que cabe, pero se deprimen, el exceso de grasa baja los niveles de dopamina (que controla la depresión). Físicamente pueden padecer enfermedades cardiovasculares, diabetes, arteroesclerosis, hipertensión, cáncer e infarto coronario, etc.

2-       Estas gordo por todas las grasas que consumes. Más que una causa única, la obesidad surge por un conjunto de factores como malos hábitos alimenticios. Atracones de comida, sedentarismo, incluso por daños en la glándula tiroides, que es la encargada de generar hormonas para el buen funcionamiento metabólico. Cuando no produce o lo hace poco, el organismo quema menos grasa.

3-      Soy obeso porque mis padres lo son. La herencia tiene un papel muy importante, el riesgo de sufrir esta enfermedad en un niño es 10 veces superior a lo normal. Lo anterior se debe en parte a las tendencias metabólicas de acumulación de grasa y en otra a que los hábitos culturales alimenticios y sedentarios contribuyen a repetir los patrones de padres a hijos.

4-      ¡Mira nada más que cachetotes, que sano está! Niño con kilos de más ya no es sinónimo de salud, sino de enfermedad. El número de pequeños gordos es una epidemia mundial. En México ya se han tomado medidas como regular la comida chatarra. Tan solo en la ciudad de México, de acuerdo a cifras que dio el secretario de salud. Siete de cada diez presentan problemas de sobrepeso y obesidad; de esta cifra, dos con obesidad grave. “un individuo puede estar malnutrido o desnutrido y aun así tener sobrepeso”.

5-      ¡No comas tanta sal, vas a aumentar de peso! La sal es acalórica (sin calorías). Aunque si a todo lo que comes le pones mucha sal, lo que si te generara es no liberar fluidos; máxime si eres proclive a padecer trastornos cardiacos, renales o hepáticos. Retener líquidos no genera obesidad, esta se produce cuando hay un crecimiento de grasa no de agua.

6-      Me pongo a dieta y ya. Generalmente a alguien con obesidad no le funcionan las dietas. Estas se llevan como un castigo, en contra de la voluntad y la persona se obliga a no comer. Cuando ya no puede más se da un atracón, sube de peso y después viene la culpa, el reproche, el autodesprecio. Entonces se castiga, vuelve al régimen, ahora más estricto. Así cae en un círculo vicioso.

7-      Pues tengo cuarenta y tantos ¡cómo no quieres que este así! Conforme envejecemos nuestro metabolismo se hace más lento y quema menos calorías. Sin embargo, no es un factor decisivo para aumentar de peso. Lo que sucede es que ingerimos calorías que no gastamos: seguramente cuando tenías 14 años en plenos desarrollo necesitabas más calorías que a los 26; también es cierto que en ese entonces subías y bajabas todo el día, cuando hoy quizás pases muchas horas frente a una computadora o tu actividad física se haya reducido considerablemente.

8-      La imagen física no vale la pena, lo que importa es el carácter. Un ser obeso, aunque tenga excelente actitud, siempre será señalado y hasta ridiculizado y esto va taladrando cualquier muralla emocional para crear complejos y baja autoestima. Es común que una persona así busque alicientes para sentirse bien. Inconscientemente come carbohidratos y chocolates que lo animan por su alto contenido calórico.

9-      ¡Ah pues me curo y ya! Tratar este trastorno es difícil por ser crónico. Primero el paciente tiene que asimilar que la padece y en qué grado. Luego se valoran las causas y sobre la marcha se van modificando estos disparadores como sedentarismo, atracones, falta de ejercicio, entre otros. El plan b sugiere un tratamiento farmacológico y, en casos de obesidad mórbida o patológica, la cirugía bariatrica o by pass gástrico. Esta operación no cura la obesidad: ayuda a controlarla si el paciente pone mucho de su parte.

10-   Pierde peso y no lo recuperes nunca. Come todo lo que quieras y no aumentes tallas, la formula patentada de esta crema te hará perder 10 centímetros en dos horas, siente como derrite la grasa, ¿realmente funciona? Claro que no. ofertas tentadoras. Existen cremas, jabones, aparatos de ejercicio, tenis, bloqueadores de grasa, complementos alimenticios, fajas, bandas que han sido puestos en evidencia por organismos de salud como fraudes. 

Consejos sobre los alimentos fritos

Freír los alimentos es una forma de cocción muy conocida y utilizada por todo el mundo. Los alimentos suelen quedar muy deliciosos, aunque, como todos sabemos, no es la forma más saludable de cocinarlos. Una de las principales características de esta forma de cocinar es que no se necesita ser un chef para poder tener buenos resultados. Además, los productos quedan muy crujientes y deliciosos. Sin embargo, para poder hacerlo de forma perfecta, hay algunas precauciones que debemos tener en cuenta.

No tiene nada que ver un producto bien frito y crujiente, con otro demasiado aceitoso o requemado. Por eso, conviene seguir algunos de los consejos que te proponemos a continuación.

Primero que nada, es importante a la hora de elegir el aceite opta por aquellos que resisten mejor las altas temperaturas. De esta forma evitarás que se te queme demasiado rápido. También debes elegir una sartén que sea profunda y de base gruesa, ya que se logran grandes temperaturas. Recuerda siempre añadir aceite en frío, no cuando el fuego está prendido, dejando suficiente margen para que no rebose la fritura.

Por otro lado, al sacar los alimentos colócalos sobre un papel absorbente, de esta forma evitarás que los alimentos queden enchumbados y contengan mayor cantidad de grasas. Otra opción es colocarlos sobre una rejilla por 30 minutos aproximadamente.
Además, al calentar el aceite lo mejor es hacerlo a temperatura media, la temperatura idónea oscila entre 180 y 190ºC. Si no dispones de termómetro, el aceite estará listo cuando un trocito de pan se dore en 60 segundos.
Por último, no reutilices el aceite que utilizaste para freír demasiadas veces, ya que, cuando el aceite ha comenzado a desintegrarse por el calor, aparecen compuestos perjudiciales.
Estos son los consejos que teníamos para darte, esperamos te sean muy útiles y te ayuden a cuidar de tu salud.

El pan dulce y sus calorías

Se aproximan las fiestas de fin de año y un alimento tradicional de la temporada es el pan dulce, Sin embargo, su composición nutricional no es tan noble como un simple pan blanco.
Una rebanada de pan dulce puede tener entre 180 y 300 calorías de las cuales, la mayor parte derivan de hidratos de carbono y grasas, una combinación peligrosa para el organismo porque sacian poco y pueden resultar adictivos.
El pan dulce tiene un alto porcentaje de grasas, no sólo grasas buenas derivadas de frutas secas, sino también, grasas saturadas provenientes de la manteca incorporada en su elaboración y el chocolate que algunas variedades poseen.
Por otro lado, el pan dulce tiene alto contenido en azúcares simples, lo cual también suma cantidades importantes de calorías a este alimento.
Por supuesto, no deja de ser un alimento sabroso y tradicional en las fiestas de fin de año, por eso, no es bueno erradicarlo de nuestra vista, pero si es importante considerar su alta densidad energética, así como su composición nutricional, ya que siempre será recomendable cortar una rebanada, llevarla a la mesa y guardar el resto del pan dulce para otra buena ocasión.
Asimismo, es importante saborear el alimento, disfrutarlo mientras comemos y no olvidar que no es la última vez que podemos comer pan dulce, sino que mañana habrá otra rebanada, por ello, no desesperemos comiendo en grandes cantidades.

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