¿Pór que regresamos a los malos hábitos alimenticios?

La vida moderna nos ha obligado a cambiar nuestros hábitos alimenticios y a acomodarnos a las nuevas realidades y disponibilidades de alimentos, con los consecuentes excesos y déficit nutricionales.

Es común la presencia de déficits y excesos en la alimentación por falta de educación nutricional y porque el conocimiento ancestral de nuestros pueblos se ha visto desplazado por las nuevas costumbres y la disponibilidad de nuevos alimentos industrializados y los conocidos como chatarra. El desequilibrio nutricional trae como consecuencia desordenes evidentes, siendo los más importantes: Obesidad, diabetes, hipertensión, desnutrición, problemas cardiovasculares y otros desordenes que no necesariamente se exteriorizan.

Las dietas bajas en grasas se asocian con índices crecientes de depresión, problemas psicológicos, fatiga, violencia y suicidio.Cuando el sistema de endocrino se perturba de esta manera (por una dieta alta en carbohidratos refinados como el azúcar), numeroso otras condiciones patológicas se manifiestan pronto: enfermedad degenerativa, alergias, obesidad, alcoholismo, adicción a drogas, depresión, problemas de aprendizaje y problemas de comportamiento.

Las consecuencias de déficits o excesos significativos, relacionados con diferentes nutrientes. Para solucionar uno de los problemas nutricionales más frecuentes, como es la obesidad, existen diferentes alternativas, no obstante lo único probado, de bajo costo y sin riesgos para la salud es una dieta sana y equilibrada junto con una actividad física adecuada.

Una dieta rica en granos integrales sin fermentar, particularmente granos de alto contenido de gluten, como el trigo, produce una enorme tensión en todo el mecanismo digestivo. Cuando este mecanismo se arruina con la edad o el uso excesivo, los resultados toman la forma de alergias, enfermedad celíaca, enfermedad mental, indigestión crónica.

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Hábitos alimenticios que debemos evitar

Muchas veces uno de los principales problemas que nos impide adelgazar son nuestros hábitos, muchos de los cuales son muy difíciles de cambiar. Hoy queremos hablar sobre esto, te contamos qué hábitos son perjudiciales y deberíamos esforzarnos por abandonar, ¡presta mucha atención!

En nuestros días comer se ha convertido en una actitud automática, esta es la principal fuente de los problemas. El prestar atención a lo que estamos haciendo cuando comemos es fundamental a la hora de cuidar de nuestra salud, debemos comenzar a respetar los tiempos de la comida y dedicarnos a esta tarea sin otras interrupciones. Uno de los errores más habituales es comer de prisa, lo correcto es comer despacio y masticar bien los alimentos, por lo que esto no debe dejarse de lado y optar por comer más deprisa para terminar antes.

Por otro lado, también es malo comer de pie, existe el mito de que los alimentos se digieren mejor de pie, esto es errado. Tampoco deberíamos comer al mismo tiempo que trabajamos o realizamos otras actividades. Otro gran error es comer a diferentes horarios, esto perjudica mucho el proceso de digestión y altera el organismo.

Por último, tampoco deberíamos picar entre horas o comer siempre lo mismo, ya que esto provoca la reducción de vitaminas, minerales y otros elementos indispensables para el organismo. Estos son los consejos dienut que teníamos para compartir, es importante que los tengamos en cuenta y comencemos a implementarlos, ¡suerte!

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¿Hambre física o emocional?

Cuando los psicólogos trabajan con el tema de la sobrealimentación, hablamos principalmente sobre el hambre emocional, tema esencial dentro de los problemas de sobrepeso y obesidad.  Sin embargo, ¿cómo podemos reconocer cuando tenemos hambre emocional si muchas veces no llegamos a reconocer nuestra hambre fisiológica?

Vivimos tan a prisa y estresadas que hemos aprendido a aplazar o ignorar las señales que nos manda nuestro cuerpo. ¿Cuántas veces tenemos frío y no nos tapamos porque “así nos vemos bien”, “el suéter está muy lejos”, “ahorita voy”? ¿Cuántas veces tenemos sed y nos tomamos una taza de café en vez de un vaso con agua? Y que ni se nos ocurra querer ir al baño cuando estamos en medio de una junta o un examen, “vejiga, ¡aguántate!”.

No obstante, nuestro cuerpo es muy sabio y nos pide lo que necesita mandando señales claras a las cuales generalmente no les hacemos caso. Entonces, ¿cómo queremos reconocer nuestros sentimientos y hambre emocional si ni siquiera le hacemos caso a las claves básicas de nuestro cuerpo?

Es por eso que uno de los primeros pasos para comenzar a trabajar en nuestra alimentación es escuchar y darle a nuestro organismo lo que necesita. En relación a los alimentos, las siguientes son señales de hambre física y saciedad con las cuales debemos empezar a trabajar para después comenzar con el manejo del hambre emocional. Es recomendable comer inmediatamente cuando se presentan estas señales y parar cuando las de saciedad se hacen presentes. Un tip es comer lentamente para darle tiempo a nuestro sistema de enviar estas claves a nuestro cerebro.

Señales de hambre física:

  • Ruidos o dolor estomacal
  • Sensación de vacío en el estómago
  • Dolor de cabeza
  • Falta de atención o concentración
  • Debilidad o cansancio
  • Mareo
  • Irritabilidad

Señales de saciedad (parar de comer cuando se presentan):

  • Se deja de experimentar hambre y hay una sensación de comodidad
  • El cuerpo obtiene energía y se siente “ligero”
  • La comida pierde su sabor, por lo tanto los bocados no saben tan deliciosos como los primeros

Debemos evitar seguir comiendo hasta sentirnos sumamente “llenas” o hasta que nos aprieta el pantalón, ya que en esos momentos estamos haciendo a un lado las claves que nos manda el cerebro y estamos respondiendo al hambre emocional, alimentándonos más por placer o ansiedad que por las necesidades de nuestro cuerpo.

La Super Dieta

La Super Dieta

Duración: 3 días. Después de 4 días de comer normal (no en exceso), puedes reiniciar la dieta por otros 3 días más.
DIA 1
• Desayuno: Café sin azúcar ni leche, (puro o té); media toronja, 1 rebanada de pan tostado.
• Almuerzo: Media taza de atún, 1 rebanada de pan tostado, café o té puro.
• Cena: 2 trozos de cualquier tipo de carne (alrededor de 85 gramos), 1 taza de fríjoles verdes cocidos, 1 taza de remolachas, 1 manzana chica, 1 taza de helado de vainilla.
DIA 2
• Desayuno: 1 huevo, media banana, 1 rebanada de pan tostado, café puro o té.
• Almuerzo: 1 taza de queso o quesillo (queso cheddar), 5 galletas de agua.
• Cena: 2 salchichas, 1 taza de brócoli, media taza de helado de vainilla.
DIA 3
• Desayuno: 5 galletas de agua, 1 rebanada de queso cheddar, 1 manzana chica, café o té puro.
• Almuerzo: Huevo bien hervido, 1 rebanada de pan tostado.
• Cena: 1 taza de atún, 1 taza de remolachas, 1 taza de coliflor, medio melón, media taza de helado de vainilla.

Información básica no exhaustiva proporcionada con fines meramente informativos. Para ahondar con mayor profundidad sobre información relativa a herbolaria, dietas, sustancias o terapias de salud natural pregunte a su médico o consulte publicaciones científicas especializadas. Dienut, no se responsabiliza de ningún daño o problema relacionado con la utilización de sustancias, dietas o tratamientos naturales, su uso será responsabilidad absoluta de quien las usa, consuma y prescriba. Consulte a su médico antes de tomar cualquier tratamiento o sustancia. La información de este sitio No sustituye la atención médica y la consulta con profesionales en el área de salud. Consulte a su médico antes de iniciar cualquier tratamiento, dieta o programa físico.