Ejercicios para eliminar el molesto «salero»

Bautizado por simbolizar esa flaccidez del brazo que se pone en evidencia cada vez que alguien en la mesa nos pide la sal, el «salero» es una de las partes del cuerpo más difíciles de adelgazar. Al igual que la barriga, la grasa acumulada en los brazos es la última en quemarse, cuando se sigue un plan de dieta reducido en calorías.
En especial, después de los 40 años, cuando la piel empieza a perder elasticidad, y mucho peor si se tiene predisposición genética a tener brazos “gordos” o si no se practica alguna actividad física. Para peor, el salero o parte posterior del brazo está conformado por un músculo que prácticamente no se usa, el tríceps. Ocupa el 60% del brazo y es un músculo extensor, que no se llega a desarrollar demasiado.

¡Levanta la mano y empieza hoy!
El secreto para tonificar los tríceps reside en practicar regularmente ejercicios de resistencia. Para evitar contracturas o problemas en la columna, es importante cuidar mucho la postura y realizar los ejercicios contrayendo el abdomen, de modo que la fuerza se haga con los brazos y no con el cuello.
• Consigue unas pesitas de ½ o un kilo. Siéntate en un banquillo o en el borde de la cama, y levanta un brazo, sobre la cabeza. El otro brazo flexiónalo por detrás de la cabeza y tómate del codo. Luego, empieza a flexionar el brazo que tenías estirado, llevando el antebrazo hacia la espalda, lo más abajo posible. Para que sea más efectivo, realiza los movimientos lentamente. Al  principio, repetir tres series de 15 y luego aumentar progresivamente hasta llegar a un total de 60 repeticiones.
• Sentado o de pie, realiza ejercicios de extensión del brazo. El movimiento debe ser lento y consiste en la retroversión del brazo hacia atrás, flexionando y estirando el antebrazo. Para evitar las contracturas, esconde la cabeza apoyando el mentón en el pecho. Puedes realizarlo con o sin las pesas. Empezar con tres tandas de 15 repeticiones y aumentar hasta llegar a un total de 60.
• También en el piso se pueden hacer movimientos para afirmar los brazos. Las flexiones tipo militar, tanto de frente como de espalda, son un excelente ejercicio. De cara al piso, apoya las palmas de las manos en el piso y comienza a levantar el torso lentamente, hasta llegar a tener los brazos extendidos. Luego, realízalos boca arriba. Pero en lugar de recostarte, empieza el ejercicio desde la posición de sentado. Ubica las palmas en el piso, a la altura de la cintura, lo más pegadas al cuerpo posible. Luego, flexiona los brazos, hasta casi apoyar los codos en el piso. Repite 3 series de 10 repeticiones. Para que el movimiento sea más efectivo, pega los brazos al pecho, de manera que el tríceps trabaje contraído.
Puedes repetir estos ejercicios, tres veces por semana. Manteniendo siempre la cantidad o incrementándola de forma gradual. Al terminar cada sesión, no olvides de elongar los brazos.
Por último, para quemar las grasas acumuladas, agrega más frutas, verduras y proteínas a tu dieta. Y recuerda que para obtener un tríceps tonificado, debes ser perseverante. Si cumples con estas premisas, en menos de tres meses, ya empezarás a notar los resultados. Y ahí sí, cuando salgas a comer con tus amigos, serás tú quien diga: ¿Alguien quiere que le pase el salero?

Información básica no exhaustiva proporcionada con fines meramente informativos. Para ahondar con mayor profundidad sobre información relativa a herbolaria, dietas, sustancias o terapias de salud natural pregunte a su médico o consulte publicaciones científicas especializadas. Dienut, no se responsabiliza de ningún daño o problema relacionado con la utilización de sustancias, dietas o tratamientos naturales, su uso será responsabilidad absoluta de quien las usa, consuma y prescriba. Consulte a su médico antes de tomar cualquier tratamiento o sustancia. La información de este sitio No sustituye la atención médica y la consulta con profesionales en el área de salud. Consulte a su médico antes de iniciar cualquier tratamiento, dieta o programa físico.

 

Menos sal para vivir más y mejor

La Federación Mundial del Corazón y la Organización Mundial de la Salud (OMS) animan este año a la gente, en el Día del Corazón, a dejar el salero a un lado.

Bajo el lema «Conozca sus factores de riesgo» se conmemoró una nueva edición, la novena, del Día Mundial de Corazón.

La OMS calcula que las enfermedades cardiovasculares y el infarto causaron 17,5 millones de muertes prematuras en el año 2005, y prevé que en 2015 esta cifra podría alcanzar los 20 millones si la población no toma conciencia de que, en gran parte, está en sus manos evitarlo.

Ese incremento se asocia fundamentalmente a una dieta malsana (ahora demasiado energética, salada y pobre en fruta y verdura), el sedentarismo y el consumo de tabaco, todos ellos hábitos que tarde o temprano acaban por hacer mella en nuestra salud.

Enfermedades crónicas como la hipertensión, los niveles altos de colesterol y glucosa en sangre, el sobrepeso y la obesidad suelen ser el resultado de ese estilo de vida.

Y son los principales factores de riesgo responsables, según la OMS, de al menos el 80% de las defunciones causadas por enfermedad cardiovascular e infarto.

Hace unos años, todas esas enfermedades crónicas se consideraban un problema propio de países ricos, pero hoy la tendencia ha cambiado y se han convertido también en los principales factores de riesgo en los países en vías de desarrollo.

En América Latina y el Caribe se calcula que dos de cada tres defunciones tienen su origen en alguna de ellas, según datos de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), que predice además un incremento del 17% en esa tasa en los próximos ocho años.

La enfermedad y la muerte no son las únicas consecuencias de las enfermedades crónicas, también las economías de los países se ven fuertemente perjudicadas por la epidemia.

Es el caso de algunos países del Caribe, donde deben invertir ya entre el 5 y el 8% de su PIB en el tratamiento de la diabetes y la hipertensión solamente.

Pequeños cambios, grandes beneficios

La campaña de este año hace hincapié en el control de la tensión arterial alta, la hipertensión, un trastorno que, aunque no da síntomas evidentes, provoca un profundo daño en corazón y arterias.

Afortunadamente, es fácil de detectar en una simple revisión médica.

Con valores por encima de 140/90 milímetros de mercurio (mmHg), la probabilidad de sufrir una enfermedad cardiovascular o un infarto se multiplica por tres respecto a las personas con una tensión arterial normal.

La hipertensión afecta actualmente a más de 1.000 millones de personas en el mundo y se calcula que para 2025 la incidencia podría llegar hasta los 1.500 millones, según estudios publicados en 2007 por la Asociación Americana del Corazón.

Los expertos de la OMS y la Organización de la ONU para la Agricultura y la Alimentación (FAO) aseguran que pequeños cambios en nuestros hábitos alimentarios pueden reducir la tensión arterial de un modo muy significativo.

Tanto que, por ejemplo, eliminar de nuestra dieta diaria tres gramos de sal tendría como resultado un descenso del 20% en las muertes por infarto y más de un 15% en las muertes por enfermedad cardiovascular.

La OMS recomienda una ingesta máxima de 5 gramos de sal al día, lo que equivale aproximadamente a una cucharadita de café.

Una cantidad de sal que no procede únicamente del salero; el 75% de sal que consumimos está ya en la comida preparada que compramos.

Por eso, la Agencia de Normalización de Alimentos británica recomienda fijarse en la información nutricional de la etiqueta y elegir, siempre que sea posible, la que tenga un contenido de 0,3 gramos de sal (o 0,1 gramos de sodio) o menos por cada 100 gramos.

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