Un nuevo estudio confirmó lo que todos sospechaban: que los niños en edad pre-escolar que consumen habitualmente bebidas azucaradas suelen ser más gorditos que los que consumen agua, leche o jugos naturales.
Los investigadores hicieron este hallazgo en niños de entre 2 y 5 años, que demostraron un 43% más de probabilidad de ser obesos en relación con sus pares que consumen bebidas azucaradas solo en forma eventual. Además, el consumo de este tipo de bebidas predispone a ganar más peso que sus pares en los siguientes años de vida.
Los resultados demuestran que es necesario limitar el consumo de sodas entre los niños pequeños y reemplazarlas por agua, leche o jugos naturales de frutas o verduras.
La obesidad afecta la salud mental de los niños
El investigador Mark DeBoer, pediatra endocrinólogo y líder del estudio realizado por la Universidad de Virginia, en Charlottesville, reconoce que no pueden asegurar que limitar el consumo de sodas prevenga el sobrepeso en estos niños. Pero es seguro que hay otras fuentes de calorías mucho más sanas que las bebidas azucaradas, que no tienen ventajas nutricionales.
A su vez la doctora Anisha Patel, profesora de pediatría de la Universidad de California, en San Francisco, detalla que hay varios factores que determinan la obesidad infantil: la genética, la dieta y la actividad física. Y entre las principales causas de obesidad figura el consumo de bebidas endulzadas.
Sodas, en la escuela no
¿Cuál es el motivo? Tienen buen sabor, bajo precio y mucha promoción, según aclara Patel. Pero una investigación del gobierno demostró que si los niños dejaran de consumir bebidas azucaradas y las reemplazaran por agua, reducirían 235 calorías de su dieta diaria. “Es el equivalente a caminar durante una hora”, informa la experta.
Los datos obtenidos surgen de testimonios de padres de 9,600 niños. Sin embargo, no se tuvo en cuenta la dieta de los menores, que hubiera sido necesario para sacar conclusiones más rotundas.
Una de las mejores maneras de hacer tu hijo disfrutar de la comida – sobre todo comida sana tan necesaria para sucrecimiento y desarrollo – es llevarle a “pasear” en la cocina. Invitar tus niños a conocer la cocina, y ayudarte a preparar algunos platos fáciles y nutritivos, es un buen camino para hacerle aceptar algunos ingredientes presentes en la correcta nutrición infantil.
Además de compartir momentos únicos al lado de tus niños, cocinar es un pasatiempo educativo y perfecto para acabar con ciertos perjuicios de los niños en relación a verduras, frutas, hortalizas y legumbres.
Si tu hijo hace mala cara cuando tiene que comer zanahoria, por ejemplo, ¿qué te parece invitarle a hacer una hamburguesa hecha con esta hortaliza? Te dejo, a continuación, con una buena receta para que tu hijo se vaya familiarizando con el universo de la cocina:
Para hacer esta novedosa hamburguesa de zanahoria, necesitarás: 3 zanahorias ralladas, 1 manzana rallada sin cascara, 1 clara de huevo, ½ taza de cebolla, 3 cucharas deavena, 2 cucharas soperas de apio, sal, aceite y ½ taza de pan rallado.
Exprima la zanahoria para retirar el exceso de agua y mezcla con la manzana, clara, cebolla, avena y apio. Tu hijo puede ir añadiendo los ingredientes, uno a uno.
Aliña con un poco de sal. Haga bolitas con la mezcla y después aplástalas un poco con la mano formando pequeñas hamburguesas. Pasa las hamburguesas en pan rallado.
Unta una sartén con el aceite y fríe las hamburguesas. La receta rinde 8 unidades, suficiente para una merienda divertida de su hijo con sus amiguitos.
El presidente de México, Felipe Calderón, hizo oficial que México ocupa el primer lugar en obesidad infantil y adulta así como el primer lugar en diabetes infantil y anunció un programa nacional para combatirlas.
El Instituto Mexicano del Seguro Social y la Confederación Nacional de Pediatría de México venían advirtiendo desde hace diez años del crecimiento de esta epidemia. El IMSS lanzó una campaña en los medios para la que la gente cuidara su dieta, hiciera ejercicio y acudiera al médico.
Sin embargo, las advertencias y campañas del sector salud fueron sólo eso y no se establecieron controles sobre el contenido de la comida industrializada ni la publicidad engañosa con la que se promueve.
Tampoco hay información nutricional clara que advierta a la gente sobre los peligros consumir grasas, azúcares, sales y carbohidratos en exceso. Poco se sabe sobre lo dañino que pueden ser los aditivos como saborizantes y colorantes artificiales.
La comida rápida desplaza a la tradicional
Desde hace años la llamada comida basura fue desplazando a la tradicional. En la calle, cualquier observador notaba el aumento de peso de la población. Los vendedores de frituras agregaron una leyenda a los paquetes recomendando: “Come frutas y verduras” pero en ningún lado la población tuvo acceso a información veraz que explicara los daños que provoca la comida rápida.
La leyenda come frutas y verduras está incompleta, pues debería decir: Este producto(comida rápida) puede ser muy nocivo para la salud si lo comes diario y hay que beber agua en lugar de refrescos.
Sedentarismo, comida basura y TV, la combinación mortal
En los años sesenta y setenta estaba muy difundido el mito de que un niño gordito con mejillas rojas eran un niño sano. Y aunque las mamás servían enormes raciones a sus hijos, éstos no engordaban tan fácilmente pues tenían mucha actividad física.
Ya para los años ochenta y noventa, los niños tuvieron menos actividades en la calle debido a la inseguridad y violencia en las calles y por la aparición de juegos electrónicos.
Los niños se volvieron sedentarios frente a los videojuegos o a la pantalla de televisión, con el agravante de que ésta no ha dejado de bombardearlos con anuncios de comida basura. Información dienut
El poder del consumidor
Radio Nederland entrevistó Alejandro Calvillo, director de la organización El Poder del Consumidor. Alejandro Calvillo denunció en 2007 que uno de los ingredientes de la Coca Cola Zero, en México, era el edulcorante ciclamato de sodio, prohibido en Estados Unidos desde 1969, debido a los efectos cancerígenos que puede producir. Gracias a El Poder del Consumidor, la gigantesca de refrescos retiró de la fórmula el ciclamato de sodio.
Alejandro Calvillo, estudia desde hace dos años los daños de este tipo de comida en México. A él le preguntamos su opinión sobre este primer lugar en obesidad y diabetes infantil:
“Esto es el resultado de un deterioro en los hábitos alimenticios. Vemos los resultados de que las escuelas se volvieran el imperio de las empresas de bebidas refrescantes, de la comida basura y de que no se haya aplicado ningún tipo de regulación a la publicidad que se dirige a niños. Todos anuncian un regalo para que los niños acudan a McDonals, Burger King, etcétera. Por otro lado no ha habido campañas de orientación alimentaria. Toda la dieta tradicional en México, que era muy nutritiva ( el maíz y el frijol daban una proteína excelente), se está perdiendo con la urbanización y la comercialización Lo que gana mayor presencia son todos los productos procesados industrialmente. Hubo un desplazamiento y en catorce años cayó un 30% el consumo de frutas y verduras, en veinte años cayó un 50% el consumo de frijol que era el pilar de la alimentación junto con el maíz y en catorce años aumentó 40% el consumo de refrescos. Entre la población más pobre, el consumo de refresco en catorce años creció 60%. Esto tenía que impactar en algo y lo hizo en la salud.” ¿Por qué? le preguntamos al investigador
– “Tenemos una compañera nutricionista investigando en comunidades de alta marginación, comunidades rurales donde hay un nivel muy alto de desnutrición. Encontramos que el consumo de comida chatarra no sólo deja una epidemia de sobrepeso y obesidad sino también de desnutrición en la población rural y en la más pobre. Encontramos poblaciones rurales con un altísimo consumo de refresco y de comida de tienda, así se le llama en la antropología que desplazó la comida tradicional que es más nutritiva. La comida de tienda incluso da estatus. Esto lo hemos constatado comparando comunidades de alta marginación rural donde llega la comida procesada con otras donde llega menos y su salud es mejor porque todavía utilizan las hierbas de la milpa, los cultivos tradicionales. El programa de asistencia a pobres más grande que tiene México se llama Oportunidades. En el cual se otorga menos de mil pesos al mes por familia ( aproximadamente 50 euros). Lo que hemos encontramos es que las familias que reciben el dinero de Oportunidades están más desnutridas que las que no lo reciben. La explicación más plausible es que quienes reciben la ayuda estatal, compran comida industrializada que deteriora los hábitos alimentarios tradicionales.” No hay gordo inocente
Las grandes corporaciones de la comida chatarra se defienden al afirmar que los hábitos alimenticios y el ejercicio son responsabilidad personal. Sí, es cierto, pero omiten que gastan millones de dólares en publicidad y en trucos para enganchar al consumidor ( cuanto más joven mejor) como con los juguetes que regala McDonals o el muñequito que viene en la bolsa de papitas fritas.
Además, la publicidad es mentirosa. Por ejemplo, al público le anuncian jugos “naturales” que no lo son y cuyo contenido de química y azúcares es una bomba. El yogurt no es tal, sino grasa, pero se anuncia como lo más saludable y la mejor manera de tener un cuerpo de modelo. La compañía Kellogg`s promociona sus cereales como si fueran el mejor desayuno posible, aunque son sólo harinas y azúcar.
Lo peor es que muchos de estos productos de comida rápida causan adicción.
Las escuelas, fábrica de niños gordos
Las autoridades locales y federales mexicanas conocen las secuelas que deja el consumo frecuente de refrescos y de comida chatarra, sin embargo no impiden que éstos sean vendidos dentro de las escuelas. “Es normal” ver que un niño desayune una gaseosa antes de clases y que durante todo el día apague la sed con Coca-cola.
La importancia de la información nutricional
No hay información nutricional para la población. No sabemos qué comemos, qué nos hace daño. Tampoco hay una regulación sobre los ingredientes de la comida industrializada, ni mucho menos en la publicidad engañosa.
Datos para perder el apetito
El 25 de enero el presidente Calderón anunció que en ocho años se incrementó en más de 60% la atención de enfermedades relacionadas con el sobrepeso y la obesidad, y el gasto para atender esos males pasó de casi mil quinientos millones de euros a más de dos mil trescientos treintas mil millones de euros, el equivalente a lo invertido en el Seguro Popular durante 2009. También señaló que en la actualidad un 70% de los adultos en México sufren sobrepeso y a ellos se suman cuatro millones y medio de niños de entre cinco y 11 años. El Ejecutivo afirmó que la primera causa de muerte en el país es la diabetes y que el 90% de los casos de esa enfermedad son provocados por sobrepeso u obesidad.
En contraste, hay casi dos millones de niños indígenas desnutridos, según Gustavo Maldonado Venegas, director de la ONG Fondo para la Paz quien afirmó a la prensa: “Siete de cada diez niños de comunidades indígenas sufren desnutrición”. Para bajar la panza y no caer en la diabetes
Ya arrancó la campaña de los cinco pasos y estos son:
Muévete” para hacer ejercicio (correr, caminar, andar en bicicleta, nadar o bailar media hora diaria), Mídete tanto en el peso como en el consumo de alimentos y bebidas. Bebe agua y que se vuelva un hábito. El cuarto paso es incorporar o aumentar el consumo de frutas y verduras a la dieta, y el quinto socializar el problema y la estrategia.
A estas recomendaciones podemos agregar una muy valiosa:
Deja de comer comida chatarra
¿Ahora que la obesidad y diabetes son un grave problema de salud pública, las autoridades regularán la producción, consumo, información y venta de la comida basura?
La mayoría de padres probablemente no se plantean que sus hijos puedan tener el colesterol alto ni qué implicaciones podría tener ese hallazgo. Pero tener el colesterol alto es uno de los principales factores que predisponen a desarrollar enfermedades cardíacas y apoplejía, y las investigaciones médicas muestran que muchas enfermedades cardiovasculares tienen su origen en la infancia. Con el incremento espectacular de la obesidad infantil, cada vez hay más niños que corren el riesgo de desarrollar este tipo de enfermedades.
Los problemas asociados al colesterol alto por lo general no dan síntomas inmediatos, de ahí que establecer una relación entre la salud del niño y su colesterol pueda ser complicado. Pero es importante conocer la concentración de colesterol en sangre de su hijo, sobre todo si tiene antecedentes familiares de hipercolesterolemia (colesterol alto) o enfermedad cardíaca prematura.
Si a su hijo le encuentran el colesterol alto ahora, usted y el pediatra podrán trabajar conjuntamente para introducir cambios en la vida de su hijo a fin de reducir las probabilidades de que desarrolle una enfermedad cardíaca más adelante.
El colesterol
El colesterol es una sustancia de consistencia similar a la cera que se fabrica en el hígado. Es uno de los lípidos, o grasas, que fabrica el cuerpo y se utiliza para formar las membranas celulares y algunas hormonas.
Aunque usted no volviera a probar los helados o las hamburguesas con queso en su vida, su cuerpo fabricaría suficiente colesterol para funcionar bien. Eso es porque el hígado fabrica suficiente colesterol para que el cuerpo funcione correctamente. De hecho, el hígado produce aproximadamente 1.000 miligramos de colesterol cada día. El resto procede de los alimentos que ingerimos.
Aunque las verduras y hortalizas, las frutas y los cereales no contienen colesterol, los siguientes alimentos de origen animal sí lo contienen por lo tanto modere su consumo:
•yema del huevo
•carne (rojas y blancas)
•chorizo, manteca, salami
•marisco
•productos lácteos (incluyendo la leche, el queso y los helados)
Hay tres factores que contribuyen a que la concentración de colesterol en sangre sea alta:
la dieta: una dieta rica en grasas, sobre todo saturadas y trans.
la herencia: tener uno o dos progenitores con colesterol alto.
la obesidad: relacionada tanto con la dieta como con la falta de ejercicio físico.
Los niños que son activos desde el punto de vista físico, comen alimentos saludables, no tienen antecedentes familiares de colesterol alto y no tienen sobrepeso ni obesidad probablemente no corren el riesgo de tener el colesterol alto. El pediatra decidirá si deberían analizarle o no la concentración de colesterol en sangre a su hijo.
10 formas de bajar el colesterol
Aquí tiene 10 formas de ayudar a mantener el colesterol de su familia dentro de los límites saludables:
*Conozca su concentración de colesterol y, si es alta, solicite que se la analicen a su hijo.
*Sigan una dieta rica en fruta, verdura y cereales integrales.
*Elija carnes magras y alternativas vegetales como fuentes de proteínas, así como pescado, legumbres (alubias, guisantes, lentejas), tofu y otros derivados de la soja.
*Lea el apartado de información nutricional de las etiquetas de todos los alimentos que las lleven a fin de limitar la ingesta de colesterol y de grasas saturadas y trans.
*Elija leche y productos lácteos desnatados y semidesnatados.
*Manténgase alejado de las grasas sólidas.
* Utilice aceites vegetales para cocinar y margarina blanda para la mesa.
*Limite las bebidas y alimentos con azúcares añadidos.
*Limite los platos precocinados y sirva tentempiés saludables, como la fruta fresca, la verdura untada o bañada en aliños o salsas bajos en grasas, las palomitas bajas en calorías y el yogur semidesnatado.
*Haga mucho ejercicio. El ejercicio ayuda a aumentar la concentración de colesterol HDL en sangre —¡lo que es muy bueno! Los niños de dos años en adelante y los adolescentes deberían estar físicamente activos por lo menos 60 minutos cada día.
*Convierta el estilo de vida saludable en un asunto que incumbe a toda la familia. Los niños no suelen ser los únicos que están en situación de riesgo, de modo que es importante que toda la familia haga un esfuerzo para vivir de forma saludable. Los pasos que dé para mejorar el estilo de vida de su familia pueden tener un efecto positivo en la salud familiar no sólo en el presente sino también de cara al futuro.
Ingredientes
Porciones: 24
• 2 1/2 tazas de harina
• 1/4 taza de cocoa
• 1 1/2 cucharaditas de bicarbonato
• 3/4 taza de mantequilla, suavizada
• 1 taza de azúcar blanca
• 2 huevos
• 1 cucharadita de extracto de vainilla
• 1/2 taza de jocoque
• 2 tazas de calabacitas ralladas
• 1 1/4 tazas de frambuesas
• 1 taza de chispas de chocolate
Modo de preparación
Preparación: 15 mins | Tiempo de cocción: 20 mins
Precalienta el horno a 175° centígrados (350° F). Engrasa 24 moldecitos para muffin o utiliza capacillos de papel.
Mezcla la harina, cocoa y bicarbonato. Reserva.
En un tazón grande, bate la mantequilla y el azúcar con una batidora eléctrica hasta que tome un color pálido y una consistencia esponjosa. Agrega los huevos, uno por uno, dejando que cada huevo se incorpore perfectamente a la mezcla antes de agregar el siguiente. Añade la vainilla con el último huevo. Vierte dentro del tazón la mezcla de harina, alternando con el jocoque, y mezcla sólo hasta incorporar.
Envuelve las calabacitas, frambuesas y chocolate, mezclando con una espátula sólo lo suficiente para incorporar uniformemente. Pasa la masa a los moldecitos, llenándolos a cucharadas hasta tres cuartas partes de su capacidad.
Hornea hasta que al insertar un palillo en el centro salga limpio, alrededor de 20 minutos. Enfría dentro del molde durante 10 minutos
Para los niños es fundamental realizar 5 comidas al día, incluyendo una buena merienda por la tarde. Esta comida resulta fundamental en el crecimiento y desarrollo adecuado de los pequeños. Es muy importante saber qué alimentos son los más adecuados, evitando la bollería industrial y apostando por la fruta, la leche y los bocatas de toda la vida. Descubre las claves para una correcta y sana merienda.
A medida que nos hacemos mayores, se va perdiendo la costumbre de merendar y almorzar a mediodía, reduciendo las comidas a tres, a pesar de que todos los nutricionistas recomiendan cinco tomas de comida diaria. Pero cuando tenemos hijos, es fundamental recordar cuánto disfrutábamos de las meriendas de pequeños, y lo bien que nos sentaban después de una agotadora tarde jugando y corriendo con los amigos o simplemente tras un día de colegio.
Además, la merienda resulta fundamental en la alimentación de los niños. Éstos tienen estómagos pequeños y grandes necesidades de energía, lo que significa que necesitan comer cantidades más pequeñas de comidas y con mayor frecuencia que los adultos. Repartiendo la comida, garantizas la asimilación de los nutrientes y el adecuado desarrollo del organismo de tu hijo a nivel físico y psíquico. Es curioso que hasta los niños que comen mal, a la hora de la merienda suelen tener hambre, por tanto, hay que aprovechar estos momentos ofreciéndole una buena alimentación.
Para los expertos en nutrición, la comida del mediodía y la cena no deben suponer más del 60% del aporte energético y el 40% restante tiene que proceder de las otras tres ingestas. En este sentido, la merienda deberá representar el 15% del aporte energético total diario.
La merienda ideal ¿Cómo es una merienda perfecta? Según los expertos en nutrición, lo más importante es que sea variada, que no demos de merendar todos los días lo mismo a nuestros hijos, aunque a veces cueste organizarse para elaborar una merienda sana y diferente cada día. Proporcionar a los niños alimentos genuinos y nutritivos es algo fundamental, pero en ocasiones las prisas son malas compañeras y se les proporciona cualquier cosa, generalmente algo que podamos tener en la despensa como es un bollo relleno de chocolate. Por lo tanto:
– Debe incluir alimentos ricos en nutrientes.
– Debe moderarse el consumo de alimentos excesivamente calóricos o ricos en grasas saturadas y azúcares refinados que pueden resultar perjudiciales si se toman en exceso, ocasionando sobrepeso, obesidad, así como otras patologías.
– Esta ingesta a media tarde puede ser una buena oportunidad de completar las raciones diarias recomendadas de frutas, cereales y lácteos.
– Una opción saludable puede ser un combinado de alimentos representativos de estos tres grupos, por ejemplo, un vaso de leche acompañado de una fruta o cereales, pan con chocolate y una fruta.
– Los frutos secos –nueces, almendras, avellanas…– son extraordinarios, siempre que no se coman en exceso porque son muy calóricos, pero también muy nutritivos.
– El yogur o un zumo de naranjas no deberían faltar nunca. El primero porque aporta proteínas de calidad y calcio necesario para desarrollar el esqueleto; y el zumo, porque es una fuente de vitaminas, sobre todo la C, conveniente para prevenir resfriados.
– También es recomendable alternar el zumo con un vaso de leche, que aporta las mejores proteínas, grasa, y el indispensable calcio.
– Es conveniente evitar en lo posible la bollería industrial.
– No obstante, hay que tener en cuenta que no toda la bollería es perjudicial y que cualquier bollo se puede tomar de vez en cuando. Lo más importante es controlar el tipo de grasa que presenta el producto, las grasas vegetales hidrogenadas son peores que las que están elaboradas con aceite de maíz o semillas, y la cantidad de calorías que aporta.
Reglas para una buena merienda
– No debe interferir negativamente en el proceso de digestión de la comida del mediodía. Para ello debe estar lo suficientemente alejada de la misma y no tomarse demasiado tarde para impedir la cena. Lo más recomendable es que pasen unas tres horas entre la comida y la merienda y entre ésta y la cena. Por ejemplo, si se come a las 14 horas, merendar a las 17 y cenar a las 20 horas.
– Hay que cuidar no sólo el tipo de alimentos a incluir, a los que ya se ha hecho mención, sino la ración de los mismos. Las cantidades a ingerir no deben ser desorbitadas para evitar el exceso de calorías o anular el hambre para la cena. No obstante, las cantidades a ingerir dependerán de las necesidades intrínsecas de la persona y de la actividad desempeñada. Algunas ideas para la merienda Lunes: Bocadillo de quesitos y una manzana Martes: Sándwich de jamón y queso, una mandarina y un yogur Miércoles: Bocadillo de chocolate con un plátano y un vaso de leche Jueves: Bol de cereales con frutos secos y un yogur natural Viernes: Sándwich de pavo con yogur bebido y una pera
Si bien existen varios factores que pueden influir para que un niño tenga sobrepeso, uno de los más importantes es la gran oferta de alimentos “chatarras” a los que se encuentran expuestos. Por ello, es necesario implementar trucos para preparar alimentos que les gusten, como dulces o chucherías pero bajas calorías. Una forma de hacerlo es a través de la gelatina.
La gelatina es un alimento con pocas calorías, constituido principalmente por proteínas, casi no contiene hidratos de carbono y tiene 0% de grasas.
Con la gelatina puedes preparar infinidad de comidas, dentro de las cuales se pueden mencionar postres, patés y hasta chucherías. Si leíste bien dulces, ideales para niños con sobrepeso. ¿Cómo preparar chucherías de gelatina bajas calorías?
Muy fácil, incluso puedes invitar a tus niños a que te ayuden a prepararlas.
Calorías por el total de la preparación: 13.20
Dificultad: Fácil.
Tiempo de preparación: 1 hora.
Receta de dulces de gelatina para niños con sobrepeso
Ingredientes
85 grs de gelatina dietética del sabor que prefieras.
25 grs de gelatina dietética sin sabor.
Moldes de acetato (se utilizan para hacer chocolate o huevos de pascua).
Preparación
Preparar ambas gelatinas en un mismo recipiente.
Rellenar los moldes de a uno.
Llevar al refrigerador hasta que estén firmes.
Si lo deseas una vez desmoldados puedes espolvorearlos con edulcorante en polvo.
Las chucherías de gelatina bajas calorías son una alternativa dulce diferente para niños y no tan niños, que tengan sobrepeso.
Ésta es una costumbre muy común en los niños en edad escolar (entre los 6 y 11 años), que aparece como una respuesta motora a un estado de ansiedad. Es una costumbre viciosa que se manifiesta en heridas en los dedos, labios y encías y que se conoce como ONICOFAGIA.
Las causas de este mal hábito, radican en las situaciones que generan inseguridad, pues ésta desata en los niños una ansiedad que a su vez, los lleva a buscar distracción, alivio y tranquilidad, sensaciones que ellos creen encontrar al morderse las uñas. Tambien una causa puede ser la imitación, que imitan a sus padres o algun adulto cercano al morderse las uñas.
La onicofagia, más que atacar el síntoma, requiere de un análisis integral de lo que el niño vive. pero antes de ir al medico, los padres deben considerr los SI y NO.
SÍ:
charlar con el niño para identificar su ansiedad.
indicarle que moderse las uñas duele y que tiene que evitarlo.
abrir una posibilidad de la lectura, cuentos, historias y juegos para que se distraiga, asi como de la escritura, musica o pintura, para que tenga las manos ocupadas.
establecer las mismas reglas con las personas que lo cuidan.
NO:
castigarlo o hacerle reproches, ya que puede empeorar su conducta.
dejar que este mal hábito continúe por que corre el riesgo de evolucionar en otras manías como arrancarse el cabello, las cejas y a la larga, generar irritabilidad.
Un temprano interés por la imagen personal o las dietas pueden ser síntoma de un trastorno en la alimentación.
Así como está en manos de los padres el saber para que los ‘peques’ lleven unos hábitos de vida saludables, el modo en que nuestros hijos perciben la comida, o la imagen de su propio cuerpo, muchas veces se escapa del control parental, llegando a convertirse en un serio problema de salud si no se controla y ‘ataja’ a tiempo.
Los desórdenes alimentarios, como la temida anorexia o bulimia, comienzan a gestarse a una edad cada vez más temprana: factores tan dispares como el entorno social, episodios repetidos de ansiedad o estrés en el ‘cole’ o en casa, la constante sobreexposición a los medios, la baja autoestima, muchas veces presente entre pre-adolescentes y adolescentes, o la predisposición genética o biológica, pueden desencadenar un trastorno de este tipo, donde la comida, en lugar de verse como una forma divertida y saludable de proveernos energía, pasa a transformarse en un enemigo a evitar a toda costa.
Lo franjas de edad con mayor tendencia a desarrollar anorexia o bulimia: entre los 11 y los 13 años(aunque se han llegado a detectar casos aún más tempranos), con una fuerte presencia entre las niñas por encima de los chicos. Los expertos coinciden en que, de detectar alguno de los síntomas asociados a esta enfermedad potencialmente peligrosa, los padres han de ser cuidadosos y consultar rápidamente con un medico o experto en nutrición. Ansiedad, autocritica, perfeccionismo, miedo a engordar… una de cada 25 chicas desarrollará una enfermedad de estas características a lo largo de su vida, y un índice aun mayor manifestará uno o más de sus síntomas, casi siempre producto de una percepción irreal del canon de belleza aplicado al propio cuerpo.
La falta de nutrientes, especialmente durante las etapas de crecimiento, puede marcar a los pequeños, pues, de por vida: desde el momento en que nuestra hija manifieste su insatisfacción por su aspecto físico, un desmedido interés por adelgazar o un incremento sustancial en las horas de actividad física diaria, fuera de los márgenes de lo común entre otros niños de su edad, no está de más interesarse por cuáles son sus motivaciones o sus puntos de vista. Otras señales de alarma: lapérdida repentina de peso, cambios en la conducta sobre la mesa (rechazar comer pan o el postre, negarse a terminar el plato, comer menos de lo habitual o por el contrario comer mucho de una sentada y luego sentir una gran frustración), ‘escaparse’ al baño tras la comida, cambios de humor, mareos, sensación de frío permanente por la falta de calorías o la pérdida del período entre las niñas una vez llegada la pubertad.
Por eso, y para prevenirlo antes que curar, uno de los factores clave a la hora de construir una imagen corporal saludable entre tus hijos es proyectarla en casa cada día. Comer sano y de todo, juntos a la mesa, sin que los niños vean que los padres se obsesionan por los productos light o bajos en calorías, aporta normalidad a los ‘peques’ en su visión de una alimentación y un estilo de vida saludable.
¿Qué problemas alimentarios pueden aparecen en la infancia?
Resulta muy habitual los problemas para comer en la infancia. Hay casos en los que los niños que comen excesivamente lentos, entreteniéndose con cualquier cosa, niños que se resisten a aprender los hábitos de conducta apropiados para su edad y tienen que comer rodeados de juguetes o con muchos entretenimientos ya que si no, dejan de comen. También puede darse el caso de niños que se levantan continuamente de la mesa o simplemente se niegan a comer. Todos estos problemas hacen que en numerosas ocasiones los padres se desesperen y que las horas de las comidas se conviertan en una lucha constante. Prueban distintas soluciones, y sin embargo, en muchas ocasiones los resultados no son los esperables.
Dentro de los problemas más frecuentes encontramos la negación a tomar alimentos sólidos por parte del niño, éste solo accede a ingerir alimentos líquidos, pasados o semipesados, negándose a tomar aquellos de constitución sólida. Aunque es posible que el peso del niño evolucione de una forma normal, aún manteniendo las comidas trituradas, prolongar durante mucho tiempo este tipo de alimentación puede causar anormalidades y problemas. El momento de aparición suele ser el paso de las comidas propias de bebes a comidas propias de un niño de mayor edad, donde ya hace falta el esfuerzo de masticar. Es en estos momentos en los que el niño se niega a ceder y prefiere que se lo den todo triturado. También es habitual que coincida con el inicio de que le salen los dientes.
Otros problemas habituales son la falta de apetito o emplear un tiempo excesivo en la comida.En muchas ocasiones es frecuente que los niños tarden más tiempo en comer que los adultos, pero a veces ese tiempo es realmente excesivo, va a depender de la edad y de la comida. Los motivos de esa lentitud excesiva a la hora de comer pueden ser: rechazo a ingerir el alimento que se le ha preparado, negación de pasar de la comida triturada a la comida sólida, rechazo a comerse toda la comida del plato, excesivos distractores (televisión, juguetes, hermanos mayores, algún juego, etc.) y se niegan a comer sin la presencia de todos ellos.
Todos estos son problemas alimentarios menores en la infancia, que en muchas ocasiones con una serie de pautas de modificación de conducta por parte de un profesional se reconduce. Sin embargo, en ocasiones se requiere de una intervención terapéutica puesto que en muchos casos estos problemas se pueden agravar con el tiempo y desarrollar hábitos alimentarios inadecuados.
Por otro lado, existen otros problemas en la infancia relacionados con la comida como por ejemplo, la pica. Un problema cuya característica esencial es una ingestión persistente de sustancias no nutritivas, la sustancia típica tiende a variar con la edad. Los niños pequeños suelen comer pintura, yeso, cuerdas, cabellos o ropa. Los niños de más edad pueden comer excrementos de animales, arena, insectos, u hojas. ¿Cuándo hablamos de un trastorno derumiación ? La característica esencial es la regurgitación y nueva masticación repetidas del alimento que acaba de comer el niño. Hacen su aparición en la boca alimentos parcialmente digeridos sin que se asocien a náuseas, arcadas. Entonces el alimento es arrojado nuevamente a la boca, masticado y vuelto a deglutir. Este problema es poco frecuente pero se da más en los niños que en las niñas. La edad de inicio de este problema es de 3 a 12 meses. Generalmente, el problema suele remitir, sin embargo, en algunos casos el problema se agrava.