Los obstáculos siempre están presentes en nuestra vida, son parte de nuestras vivencias y cuando estamos siguiendo un programa para bajar de peso, los obstáculos pueden poner en peligro el logro de nuestras metas. Por eso, debemos tener presentes algunos consejos para ayudarnos a enfrentarlos y superarlos.
La siguiente anécdota es un ejemplo claro de superación personal. Hace mucho tiempo, un rey colocó una gran roca obstaculizando un camino. Entonces, se escondió y miró para ver si alguien quitaba la tremenda roca. Algunos de los comerciantes más adinerados del rey y cortesanos vinieron y simplemente le dieron una vuelta. Muchos culparon al rey ruidosamente de no mantener los caminos despejados, pero ninguno hizo algo para sacar la piedra grande del camino.
Entonces vino un campesino, quien llevaba una carga de verduras. Al aproximarse a la roca, el campesino puso su carga en el piso y trató de mover la roca a un lado del camino. Después de empujar y fatigarse mucho, lo logró. Mientras recogía su carga de vegetales, notó una bolsa en el suelo, justo donde había estado la roca. La bolsa contenía muchas monedas de oro y una nota del mismo rey indicando que el oro era para la persona que removiera la piedra del camino.
Los obstáculos son como piedras que bloquean nuestra mente, pero con fuerza de voluntad y una buena autoestima los puedes vencer.
Algunos de los obstáculos más comunes que puedes encontrarte para seguir tu plan de control de peso son:
El estrés hace que comas más. Muchas veces expresamos nuestros sentimientos a través de la comida. Si estamos nerviosos(as) nos refugiamos en los alimentos, si estamos disgustados con nosotros(as) mismos(as) o con otra persona, nos consolamos dándonos un atracón. La ansiedad muchas veces nos genera ganas incontrolables de comer. Para disminuir tus niveles de estrés puedes hacer lo siguiente:
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Respira profundo tres veces y suelta suavemente la respiración; esto te relajará y te librará de la ansiedad de comer. Mantén en tu refrigerador sólo alimentos saludables, de manera que si sientes necesidad de comer un refrigerio elijas aquellos que son sanos y bajos en calorías. Distrae tu mente con otras actividades diferentes a la comida, por ejemplo: lee un libro, llama a tu mejor amigo o amiga por teléfono o a algún ser querido.
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Siéntate siempre a comer en la mesa; evita ver televisión cuando estés comiendo, pues tu centro de saciedad no se activará y no te darás cuenta cuando estés lleno(a).
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Busca otras motivaciones aparte de bajar de peso, como mejorar tu salud y estilo de vida. Se ha visto que con sólo disminuir 5 a 10 % del exceso de peso, mejora tu circulación sanguínea, tu presión arterial y tus niveles de grasas en sangre; al mejorar tu estado general es más fácil cumplir con tus metas.
Falta de tiempo. Muchas veces, abandonamos nuestras metas por falta de tiempo, y vamos posponiendo nuestros planes de iniciar la dieta o de hacer ejercicio. A medida que transcurre el tiempo, vamos también aumentando de peso, lo que nos dificulta aún más retornar a nuestros planes iniciales. Te proponemos que busques a otra persona que comparta tus mismos intereses, ya que es más fácil remover la piedra entre dos.
Adopta una actitud positiva. Planea qué hacer en caso de que el mal tiempo te impida realizar tus ejercicios. Si hace mucho frío puedes hacer el ejercicio en casa. Practica técnicas de relajación como el yoga, y hazlo sin salir de casa.
Proponte metas realistas a largo plazo. Si nunca has pesado 110 libras, no pretendas ahora llegar a ese peso, pero puedes bajar de peso sanamente, hasta llegar a un peso saludable. Si nunca has hecho ejercicios, proponte iniciar con una caminata suave y, posteriormente, aumenta la frecuencia y la intensidad, poco a poco.
Como el campesino de nuestra anécdota, aprendamos la lección: cada obstáculo presenta una oportunidad para mejorar.