Del sodio a la sal

La Asociación Médica Mundial ha lanzado la voz de alerta sobre el problema del consumo excesivo de sal y ha señalado que la mayor parte del consumo se da fuera del hogar, por lo que además de una mayor información al ciudadano, se solicita la colaboración de los gobiernos, de los fabricantes de alimentos y de las empresas de restauración y los cocineros. El consumo medio actual oscila entre 5,6 y 11,5 gr. de sal por persona y día, y no debería sobrepasar los 5 g.

En algunos productos envasados se especifica en la información nutricional de la etiqueta la cantidad de sodio que aporta el alimento. Para transformarlo en la cantidad equivalente de sal hay que multiplicar el valor de sodio por 2,5 (por ejemplo: 1,2 g. de sodio equivalen a 3 g. de sal).

Sin embargo, esta generalidad no es aplicable a algunos alimentos como las aguas envasadas, en las que el contenido de sal (cloruro sódico) está condicionado por el contenido de cloruros y sodio.

Recuerde que no todo el sodio presente en una comida proviene de la sal que se le añada, ya que hay alimentos que lo contienen de forma natural.

También, hay que tener en cuenta el tamaño de las proporciones de comida que uno ingiere para medir adecuadamente la cantidad de sodio.

Recomendaciones para reducir el consumo de sal

En la tienda:

• Vea el contenido de sodio en la información nutricional de la etiqueta de los productos.
• Existen muchos productos con “bajo contenido de sal”.
• Puede seleccionar productos “sin sal añadida”.
• Comprar sustitutos como especias o hierbas aromáticas.

En casa:

• Cocinar y comer en casa permite controlar el consumo de sal.
• Reduzca la cantidad de sal utilizada al cocinar. Hágalo gradualmente ya que las papilas gustativas necesitarán tiempo para adaptarse al nuevo sabor de los platos.
• Si una receta exige que se reduzca la cantidad de caldo, añada el condimento después, en lugar de antes de la reducción.
• ¡Experimente! A todos nos gusta la comida sabrosa. Puede reemplazar la sal por otros condimentos. Inténtelo con distintas hierbas aromáticas como albahaca, orégano, romero o cilantro y especias como guindilla, jengibre, comino.
• Pruebe la comida antes de añadirle sal en la mesa y, solo si lo necesita, échele un poco.

En el restaurante:

• Al elegir un plato, solicite que lo preparen con poca sal.
• Una vez que le traigan la comida, pruébela. Seguramente no necesitará añadir sal; si cree que necesita más, añada sólo un poco.
• No tiene por qué dejar de comer alimentos con alto contenido de sal, ya que todas las comidas tienen cabida en una dieta variada. Si consume varios alimentos salados, reduzca el consumo de sal en las demás comidas del día para mantener el equilibrio. El objetivo diario de consumo para adultos es de ingerir menos de 6 g. de sal (2,4 g. de sodio) de media.

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