La mayoría de las veces hacemos ejercicio para perder peso, ¿verdad? Pero, muchas veces nos quejamos porque no obtenemos los resultados que esperamos y hasta nos decepcionamos. Algunas personas incluso dicen que aumentan de peso cuando empiezan un programa de ejercicios. ¿Por qué será?
Cuando queremos perder grasa corporal, debemos crear un déficit de calorías, lo que significa que debemos quemar más calorías que las que ingerimos. Sin embargo, usualmente aumentar la actividad física nos abre el apetito. Si satisfacemos nuestro apetito y comemos más cuando empezamos a hacer ejercicio, cancelaremos el efecto que tiene éste para quemar calorías.
En cuanto a los hombres, cuando éstos empiezan a hacer ejercicio tienen más posibilidades de perder peso que las mujeres. Esto se debe a que los cuerpos de los hombres tienen una tendencia natural a ser delgados y eficientes. Recuerden que su propósito original era ser cazadores. Por otro lado, las mujeres tienen la tendencia a almacenar más grasa, útil para la cría de los niños.
Según un artículo publicado en el International Journal of Sports Medicine en 1989, se estudió a un grupo de hombres y mujeres sedentarias de peso normal mientras entrenaban para un maratón durante un período de 18 meses. Al final, los hombres perdieron aproximadamente 5 libras o un poco más de 2 kilos de grasa y las mujeres casi no perdieron peso.
También hay que tener en cuenta que incluso si aumentamos de peso podemos estar perdiendo grasa corporal. El músculo pesa más que la grasa y ocupa menos espacio. Presta atención a cómo te queda la ropa. Posiblemente peses más, pero la ropa te quede mejor. Definitivamente esto es una señal de que vas por buen camino.
También puedes medirte. Usa una cinta métrica para tomar las medidas de tu pecho, cintura, caderas, brazos y muslos. Vuelve a medirte cada cuatro semanas aproximadamente para ver el progreso. Si estás perdiendo centímetros, es obvio que lo estás haciendo bien.
Sin embargo, si has aumentado de peso y no has reducido de talla, es momento de analizar cuidadosamente tu dieta. Probablemente creas que estás ingiriendo menos calorías, pero la única forma de saber con certeza es haciendo un diario de lo que comes cada día. Después, analízalo para ver qué puedes eliminar, como los jugos, los refrescos, el alcohol y las meriendas.
De hecho, si después de varias semanas de ejercicio y de comer saludablemente no pierdes peso, no te frustres ni te des por vencido(a). Al contrario, concéntrate en los beneficios inmediatos del ejercicio. ¿Cómo te sientes cuando haces ejercicio? Quizás te sientas lleno(a) de energía y más alerta. Además, posiblemente estés durmiendo mejor, tu cuerpo esté más fuerte y sientas menos tensión y más confianza. ¡Los beneficios del ejercicio van más allá de la pérdida de peso y la apariencia!
Perder peso requiere de tiempo, paciencia y constancia. Cuando sientas que no quieres seguir esforzándote recuerda que lo que haces (o no) ahora afectará tu calidad de vida futura. ¡Hacer ejercicio hoy puede mejorar tu vida a medida que envejezcas!
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