Sardinas con limón

Ingredientes (4 personas):
400 grs. de sardinas
l/2 vaso de aceite
Vino blanco
Romero
1 limón
2 hojas de laurel.  Sal y pimienta.
Preparación:
Lave las sardinas. Colóquelas en una fuente untada en aceite; sálelas y espolvoréelas con la pimienta. Coloque las hojas de laurel picadas y el romero. Rocíelas con el zumo de limón y un poco de vino. Cueza en el horno 20 min.
 
 
 

La sardina: Tu dosis de Omega 3

Hoy toca pescado, pero esta vez dale la oportunidad a las sardinas, un básico de la cocina mediterranea que además son muy fáciles de conseguir, de preparar y muy baratas. Si normalmente consumes blanco del niño, huachinango o atún, te proponemos alternarlos con esta otra variedad, así ganarás en sabor, versatilidad y en beneficios.

Este pescado es muy rico en ácidos grasos Omega 3 que, como sabes, son parte importante de la salud cardiovascular. Los Omega 3 previenen arritmias, aumentan el colesterol bueno, disminuyen los trigliceridos y reducen el riesgo de muerte súbita. Se ha visto que las personas que los incluyen en su dieta, por lo menos dos veces a la semana, tienen menor riesgo de sufrir infartos.

Otro de los beneficios que se han encontrado en los Omega 3, es la disminución significativa de la rigidez y el dolor en las articulaciones en pacientes con artritis. También ayudan a evitar la depresión y son excelentes para las embarazadas y el desarrollo visual y neurologico de los bebes.

Pescado poderoso

Grasa buena aparte, las sardinas son ricas en vitamina D una muy dificil de encontrar en alimentos, encargada de la absorción y regulación y regulación del calcio y fosforo en la sangre y de fortalecer nuestros huesos y dientes. De acuerdo con el journal of the amercian college of cardiology, la deficiencia de vitamina D es un importante factor de riesgo para el desarrollo de enfermedades cardiovasculares.

La Amercian Heart Association recomienda comer pescado, especialmente los azules, justamente como la sadrina, por lo menos dos veces a la semana. La porción ideal es de 3/4 de taza, sin escamas. Puedes comprarlas frescas o las que vienen enlatadas, que son más faciles de conseguir, sólo cuida que no estén en aceite, para no aumentar su valor calórico. Procura cocinarlas a la parrilla o a la plancha, porque un exceso de grasa, al freir, resultaria contraproducente con una dieta saludable.

Como ves aunque pequeñas y delgadas, el potencial de las sardinas es inmenso y pocas veces valorado, además de que las encuentras todo el año en el estante de cualquier supermercado. Disfrútalas como entrada o como platillo principal.