Piruletas de calabacín rebozado

El calabacín me encanta, la crema de calabacín, los calabacines rellenos, fritos,… Es uno de esos alimentos que admiten miles de preparaciones, muy económico y versátil. Pero es verdad que a veces cuesta que los más pequeños coman ciertas verduras, o que se animen a probarlas.

Lo que os traigo hoy en primer lugar es una deliciosa receta de calabacín rebozado, con mayonesa, parmesano y pan rallado, que os aseguro que les gustará a todos. Y además, presentada en forma de piruleta, terminará de convencer incluso a los más reticentes a tomar calabacín. ¿Qué os parece? Probadlo y me contáis! 🙂

Piruletas de calabacín rebozado

Ingredientes:

  • 1 calabacín grande
  • 2 cucharadas de mayonesa
  • 2 cucharadas de pan rallado
  • 3 cucharadas de parmesano rallado
  • 1 cucharadita de ajo en polvo
  • 1 pizca de sal
  • Palitos para galletas (que puedan hornearse). Puede hacerse con brochetas de madera, humedeciéndolas antes de meterlas en el horno

Preparación:

Comenzamos precalentando el horno a 200º C. Lavamos y cortamos el calabacín en rodajas gruesas, como de un dedo. En un bol, mezclamos la mayonesa con 1 cucharada de parmesano en polvo. En otro bol, mezclamos el ajo, el pan rallado, la sal y el resto del parmesano rallado. Untamos cada rodaja de calabacín en mayonesa, una capa finita por ambos lados, y pasamos por el pan rallado, cubriendo bien. Vamos colocando las rodajas sobre una bandeja de horno forrada con papel de hornear. Colocamos los palitos con cuidado en cada rodaja de calabacín.

Introducimos en el horno, donde horneamos 10 minutos. Sacamos la bandeja, giramos las piruletas de calabacín, y horneamos otros 10 minutos para que se tuesten por el otro lado. Servimos inmediatamente (aunque también pueden comerse frías)

Tentempiés saludables para niños

¿Es posible darles a los niños refrigerios o  botanas saludables y ricas en vez de comida chatarra? Claro que sí. Algunas  ideas de comida saludable.

La comida rápida es lo que sigue de moda y muchas madres y padres se  preocupan porque sus hijos son aficionados tanto a esta como a la comida  chatarra (golosinas), lo que ha dado como resultado un grave problema de obesidad infantil, ocupando México un tristemente célebre  primer lugar. Además de una comida nutritiva, los niños deben tener a su  disposición bocadillos saludables entre comidas como los siguientes.

Botanas para niños

Para empezar, es bueno acostumbrarlos desde temprana edad a diversos sabores  y texturas, así como a comer alimentos crudos, evitando lo más posible el  añadirles aderezos condimentados, picantes, salados o dulces.
Si su hijo está acostumbrado a ponerle “chamoy” o “miguelito” a la fruta,  comience por disminuir las cantidades y a la vez, sustituir por limón con sal,  disminuyéndolos también gradualmente hasta que después solo utilice unas gotas  de limón y nada (o casi nada) de sal.

Zanahoria, pepino, apio o jícama rallada

Lávelas bien la zanahoria o la jícama con un cepillito utilizado únicamente  para frutas y verduras. Si es jícama pélela y si es zanahoria, puede dejarle la  piel. Rállelas con un rallador manual (como el utilizado para quesos) o uno  eléctrico. Sirva sazonada con limón y una poca de sal. O puede omitir la sal y  mezclar con pasitas, piña fresca en cubos y nueces (en dado caso añada una  cucharadita de miel).

Galletas y dips para niños

Prefiera aquellas a base de cereales enteros. Si son saladas, escoja las  integrales (como las habaneras), o que contengan amaranto, linaza o avena. Si puede, prepare sus propias galletas de avena. En  el caso de los dips, es una buena opción el utilizar humus (puré de garbanzo,  hay versiones más ricas y nutritivas con semillas de sésamo o ajonjolí y  semillas de girasol) untado en galletas

Frutos secos y nueces

Son excelentes botanas para un niño. Compre ciruelas pasas, pasitas,  arándanos, manzanas deshidratadas (o albaricoques, peras, duraznos), así como  nueces (de castilla, de la India), piñones, cacahuates, y mézclelos en un  recipiente hermético para que sus hijos puedan disponer de un puñado de esta  mezcla cuando tengan hambre y aún no sea hora de la cena. Incluso, hay mezclas  de maíz tostado, chícharos secos, habas secas o garbanzos, que aun cuando los  suelen vender ligeramente enchilados, son nutritivos y mucho mejores que comer  chicharrones de harina o papitas fritas.

Fruta fresca

Tenga siempre fruta fresca en casa, sobre todo de la estación para que sea  más económica, por ejemplo, si es entre octubre y diciembre, compre tejocotes, mandarinas, naranjas, guayabas. Acostumbre a sus hijos a  comerla y si les cuesta trabajo, corte o pique la fruta en un recipiente  hermético guardado en el refrigerador, de forma que tenga un aspecto atractivo,  para que cuando sus pequeños tengan hambre, simplemente tomen el recipiente y  coman.

Queso fresco

Acompañe la fruta con queso fresco o incluso, enséñelos a comer queso fresco  (panela, por ejemplo) con ate de frutas: igualmente guarde en un recipiente en el  refrigerador cubos o rebanadas de queso con una porción más pequeña o delgada  del ate para que la tengan a su disposición.
Palomitas de maíz y frituras saludables
Es una botana saludable, que satisface el hambre y tiene una buena cantidad  de fibra. Si compra de microondas, seleccione aquellas que son naturales y bajas  en grasas. Si usted las prepara, utilice poco aceite y guarde en pequeñas  porciones en bolsas resellables para que sus niños tomen una bolsita por la  tarde cuando tengan hambre.
Hay también frituras a base de arroz, casi sin grasa, o también diversas  frutas (manzanas, plátano), verduras y tubérculos deshidratados.

Crema de cacahuate

Es nutritiva y rica. Compre pan integral y enséñeles a hacerse sándwiches de  crema de cacahuate. Si están acostumbrados a los sabores dulces, al inicio añada  mermelada de fresa y gradualmente disminuya la cantidad de esta.

Cómo crear hábitos saludables en los niños

Si bien la Secretaría de Salud ha tomado cartas en el asunto de la obesidad  infantil restringiendo y vigilando el tipo de alimentos que se venden durante el  recreo o receso en las escuelas, para los padres queda aún un largo camino por  recorrer. Hay que preguntarse, ¿qué es lo que se come en casa?
¿Qué tipo de cereal consume su hijo para el desayuno o merienda? Los mal llamados “cereales para niños” en realidad son alarmantemente altos en azúcar y carbohidratos y pobres en  fibra, aunque traten de compensarlo al adicionarles vitaminas. Mejor evítelos y  alterne con cereales nutritivos para niños (lea las etiquetas) hasta  sustituirlos o por lo menos, disminuir su consumo.
Evitemos o disminuyamos el consumo de harinas refinadas (desde bizcochería,  pasando por galletas e incluso, barritas azucaradas que apenas contienen fibra)  y muy importante, no tengamos en casa golosinas. Si las hay entonces las  comerán, si no hay, prescindirán de estas. Lo mismo con los refrescos y bebidas  azucaradas: ponga usted mismo el ejemplo bebiendo agua sola.
Recuerde: es uno como padre quien inculca hábitos alimenticios a sus hijos, y  de uno depende que estos sean sanos desde que son bebés y comienzan con la introducción de sólidos. Si les damos golosinas y comida  rápida de forma cotidiana, gradualmente rechazarán las verduras, la fruta fresca  y una nutrición saludable. Depende de uno el que tengan una alimentación sana:  pongamos el ejemplo nosotros mismos.