El lado bueno de la fama
Desde que las celebridades están en la primera plana de los periódicos y las revistas, cada vez es más la gente que reconoce admirar a algún famoso.
Algunos lo gritan a los cuatro vientos, liderando o formando parte de un grupo de fans, y otros admiran a sus ídolos en silencio, deleitándose desde sus casas con el recital o la película de su cantante o actor preferido.
Esto que podría formar parte del mundo del espectáculo, fue analizado por los investigadores Jaye L. Derrich y Shira Gabriel, de la Universidad de Bufalo, de la Universidad estatal de Nueva York. El estudio, que fue publicado en Science Daily, concluye que admirar a una celebridad podría ayudar a las personas con baja autoestima a verse de un modo más positivo.
Según los expertos, se puede lograr que un individuo con dificultades para establecer vínculos sociales, mejore con las relaciones “parasociales”, un fenómeno que se establece cuando un espectador disfruta durante mucho tiempo un espectáculo hasta tener la ilusión de tener una relación afectiva con el personaje.
De este modo, las personas con baja autoestima podrían aprovechar los beneficios de las relaciones “parasociales” para sentirse más próximas a los sueños que tienen para ellos mismos.
Para el trabajo, los investigadores realizaron tres estudios con más de 100 estudiantes cada uno, que tuvieron que identificar a su celebridad favorita y describirla en un ensayo.
Las personas con autoestima más baja encontraron que las celebridades famosas que admiran tienen una personalidad muy parecida a cómo ellos quisieran ser. En algunos casos, esta semejanza entre las personas con baja autoestima y las celebridades, fue superior a la similitud que sienten con la propia pareja.
En el caso de quienes no tienen pareja, admirar a alguien puede tener beneficios y prácticamente ningún riesgo, ya que no hay posibilidad de ser rechazado, al mismo tiempo que se les abre una oportunidad para minimizar las inseguridades y sentirse más cerca de sus intereses personales.