¿Los ejercicios musculares son diferentes para hombres y para mujeres?
En absoluto. Todos los ejercicios musculares pueden ser realizados por ambos sexos, puesto que no existen diferencias anatómicas sustanciales entre hombres y mujeres, como han demostrado varios estudios científicos.
Entonces, ¿por qué algunos ejercicios musculares son desarrollados por una figura femenina y otros, por una masculina?
Simplemente, para no discriminar a nadie, utilizamos ambos sexos de la misma manera que utilizamos diversas tipologías étnicas en nuestros instructores virtuales. El bienestar es de todos y para todos, sin ningún tipo de discriminación o racismo.
Como hacer ejercicios de abdominales – para entrenamiento
Ejercicios de abdominales / Basic Abs (básicos y avanzados)
Tradicionalmente, se ha entendido como dieta un conjunto de prohibiciones de comer los alimentos que más nos gustan, acompañadas de un listado de recomendaciones que incluyen, invariablemente, la de comer aquello que no queremos ver en nuestro plato. Obviamente, por muy grande que sea el espíritu de sacrificio de cualquier persona con problemas de exceso de peso, una indicación de este tipo sólo puede cumplirse por un corto período de tiempo, luego del cual la persona regresa cargada de ansiedad a su alimentación anterior, a “disfrutar” nuevamente de hacer lo prohibido.
Estas dietas tradicionales han hecho mucho daño, porque, en vez de solucionar el problema que motiva su desesperado y temporal seguimiento, contribuyen a empeorarlo a través de sucesivas recaídas que lo extienden en el tiempo, aumentando el riesgo de sufrir una o varias de las enfermedades crónicas asociadas a la obesidad que nutren las estadísticas de mortalidad en todo el mundo.
Dienut, es una propuesta diferente:
Dienut utiliza el Sistema de Unidades de Intercambio diseñado por la Asociación Dietética Americana (American Dietetic Association) y la Asociación Americana de Diabetes (American Diabetes Association), el cual hace posible sustituir de una manera fácil y práctica un alimento por otro dentro del plan, sin alterar el valor nutritivo del menú.
Dienut es diferente desde el punto de vista humano. Por una parte, considera en su justa dimensión los valores individuales y los factores emocionales que determinan o agravan el problema que justifica la búsqueda y el seguimiento de una dieta, y por la otra, a conciencia, evita la engañosa promoción de cambios temporales imposibles de arraigar en el estilo de vida usual de quienes aspiran a ser sus beneficiarios.
Dienut es diferente desde el punto de vista científico. Porque sus componentes, tanto en el área psico-social como tecnológico, se sustentan en los resultados de investigaciones que avalan la posibilidad de alcanzar objetivos cuyo beneficio puede prolongarse en el tiempo, como debe ser cuando se trata de algo más que la motivación temporal por un problema estético.
Dienut es diferente desde el punto de vista práctico. Porque, a través de la Internet, hace posible que cada persona construya sus propios planes de menús dentro del marco de lo que debe hacer, haciendo posible la necesaria y la conveniente personalización, que es fundamental para su seguimiento. Este es un factor primordial para un proceso cuyo propósito es la promoción de estilos de vida saludables.
Dienut es diferente desde el punto de vista operacional. Porque acompaña a los suscriptores a través de las distintas etapas de sus propios procesos y facilita la modificación de los planes elaborados en función de los cambios en las expectativas, como frecuentemente ocurre en las experiencias de vida con un importante componente emocional.
Dienut es diferente porque no se limita a la promoción de cambios alimentarios, sino que incluye otros elementos asociados a un estilo de vida sano, como son el incremento de la actividad física y la toma de conciencia acerca de la individualidad de las circunstancias que rodean la insatisfacción con la figura corporal.
Dienut es diferente, porque fue concebida para atender las necesidades de la población de habla hispana y desarrollada a partir del concepto de que el estilo de vida y la alimentación como parte de él, son valores culturales fundamentales.
La respuesta es simple: para rebajar, tienes que tomar la decisión de hacerlo, lo cual requiere trabajo y determinación.
Aunque ésta puede parecer una afirmación simplista, encierra una de las mayores verdades sobre el control del peso. Las personas realmente decididas a controlar su peso no solamente buscan las mejores herramientas para hacerlo, sino que cuentan con la actitud correcta que contribuye a que todos sus esfuerzos produzcan un resultado positivo.
Indispensable estar ciertamente decidido
Cuando una persona está sinceramente decidida a buscar una figura corporal con la cual se sienta satisfecha, consigue la mejor manera de hacerlo (no la más fácil), y toma las medidas necesarias (no las que le sean más cómodas). Está más dispuesta a aceptar la idea de que la solución no está sólo en hacer dieta, sino en modificar aquellos aspectos fundamentales de su estilo de vida que harán posible obtener el beneficio que espera. De esta manera, puede mantener su figura corporal indefinitivamente.
Cuando una persona está verdaderamente decidida a perder esos kilos que considera que le sobran, sin darse cuenta, lleva su vida de tal manera que todo lo que hace representa una contribución al logro del objetivo propuesto. Así, toma conciencia de que, a veces, sin tener deseos, se comía unos caramelos que, en realidad, no le hacían falta, y ahora no lo hace; en la mesa se pregunta si realmente tiene tanta hambre como para servirse una segunda vez y es capaz de controlar ese acto automático que hasta ayer era parte de su rutina alimentaria; se decide con entusiasmo a estacionar el automóvil un poco más lejos o a tomar la escalera en vez del ascensor cuando son pocos los pisos que tiene que subir.
Mucho más que dieta
No es lo mismo tomar la decisión de hacer dieta que estar auténticamente decidido a alcanzar esa figura a la que cada cual aspira.
Antes de comenzar un programa para el control del peso, debes plantearte sinceramente un objetivo y preguntarte si estás verdaderamente decidido a alcanzarlo, dejándote llevar por la agradable emoción que produce hacer bien las cosas.
No olvides que una dieta debe ser personalizada, sin embargo acá te damos algunos consejos que podrían ayudarte.
– El aporte extra de calorías debe ser base de alimentos ricos en hidratos de carbono como pan, pastas, patatas o arroz.
– En cuanto al aporte de grasas, conviene que éstas sean de buena calidad para que sean más saludables, como por ejemplo las que provienen de frutos secos, aceite de oliva, aceitunas o aguacate.
– Los alimentos entre comidas no deben restar el apetito para las comidas principales.
– Para las meriendas se aconsejan alimentos con elevado contenido calórico y nutrientes, por ejemplo: frutos secos como cacahuetes, almendras, nueces avellanas, pistachos o piñones.
– Algunos alimentos y encurtidos ayudan a abrir el apetito, como las cebolletas, aceitunas o pepinillos. Por eso se recomienda comerlos antes de las comidas principales. El aroma del pan recién horneado u otras comidas son también estiumulantes del apetito.
– Los “snacks”, refrescos y los dulces aportan muchas calorías pero no te alimentan.
– Se puede aumentar el valor calórico de las comidas añadiendo, por ejemplo, mayor cantidad de aceite a sopas, cremas o salsas, huevo, queso, mantequilla o nata.
– Conviene beber zumos, leche entera, batidos de frutas (además de agua) para hidratar y nutrir el cuerpo entre horas.
Finalmente no te olvides del ejercicio físico que te ayudará a aumentar la masa muscular, además que practicar ejercicio estimula el apetito y mejora el estado de ánimo.
NUEVA YORK (Reuters Health) – Muchos alimentos procesados contienen demasiada sal, y las salsas, los aderezos y las carnes procesadas son los más salados, según mostró una nueva investigación.
Los consumidores de grandes cantidades de sal son más propensos a sufrir un aumento de la presión sanguínea con la edad, lo que a la vez aumenta el riesgo de enfermedad cardíaca.
Los funcionarios de salud pública cada vez controlan más a la industria alimentaria para que ayude a reducir el consumo de sal de la población.
Gran Bretaña y Francia, por ejemplo, lo hicieron de forma significativa, mientras que la ciudad de Nueva York acaba de lanzar una campaña para reducir un 25 por ciento el consumo de sal en los próximos 5 años.
Lo mismo está ocurriendo en Australia, donde ciertas empresas empezaron a reducir el contenido de sal en algunos de sus productos, según explicó el equipo de la doctora Jacqueline L. Webster, del Instituto de Salud Internacional George, en Sidney, Australia.
Para guiar esos esfuerzos, el equipo reunió datos sobre el contenido de sodio de 7.221 productos en 10 grupos de alimentos, 33 categorías y 90 subcategorías.
Según publicó American Journal of Clinical Nutrition, los alimentos tienen alto contenido de sodio cuando superan los 500 miligramos (mg) por cada 100 gramos, mientras que los que contienen menos de 120 mg/100 gr son de bajo contenido de sodio.
El equipo halló una gran variación en el contenido de sal dentro de ciertas categorías de alimentos.
Por ejemplo, el tipo más salado de queso duro tenía seis veces más sodio que el tipo menos salado. En el grupo de la carne feteada, la diferencia fue 14 veces y en el de papas congeladas fue 100 veces.
Las salsas y los productos untables, con 1.283 mg/100 g, y las carnes procesadas, con 846 mg/100 g, fueron las categorías con mayor contenido promedio de sodio.
La presencia de sodio fue menor en los cereales (206 mg/100 g), las frutas y las verduras (211 mg/100 g).
Casi dos tercios de las 33 categorías tenían concentraciones de sal mayores que los niveles máximos que establece la Agencia de Estándares Alimenticios de Gran Bretaña, mientras que los panes, las carnes procesadas, las salsas y los vegetales enlatados tenían varias subcategorías por encima de esos niveles.
«Un programa nacional de reducción de sal puede revertir las enfermedades crónicas mediante la reducción de la presión sanguínea a una fracción del costo de las terapias farmacológicas contra la hipertensión, por lo que debería ser una prioridad nacional», explicó el equipo.
FUENTE: American Journal of Clinical Nutrition, 2010
Son muchas las personas que tienen conocimientos de la nutrición funcional y la usan en su día a día. Los alimentos considerados «funcionales» reaccionan como remedios para algunos, pero pueden causar reacciones negativas en otros, por lo cual es importante un análisis previo por parte de un especialista.
Los alimentos funcionales son verdaderos hallazgos, que no tienen contraindicaciones y permiten la quema de grasa de forma natural. A continuación veremos cómo cada uno de ellos actúa en el organismo.
Peras
Llene su frutera de peras si quiere perder peso. Estudios realizados en la Universidad de Río de Janeiro confirman las cualidades de esa fruta. En el estudio (publicado en la revista estadounidense Nutrition), mujeres que comieron tres peras por día ingirieron menos que el total de calorías diarias permitidas, y perdieron más peso que aquellos que no comieron las frutas. Ricas en fibras, las peras ayudan a la sensación de saciedad, lo que evita posteriores «atracones» durante las comidas principales. Una pera antes de la comida ayuda a reducir la sensación de hambre, pero recuerde comerla con la cáscara: la mayor parte de la fibra está en ella.
Grapefruit, pomelo o toronja
Según investigadores de la Scripps Clinic, en California, Estados Unidos, la ingestión de media toronja antes de cada comida puede ayudar en la pérdida de peso, en una proporción de hasta un kilo por semana, incluso si no modifica nada en absoluto en el resto de su dieta. Los autores del estudio afirman que los componentes de la fruta ayudan a regular la insulina, hormona que almacena la grasa. ¿Cómo comerlas?
La cáscara y la pulpa, cortadas en pedazos y agregadas a la ensalada de hojas verdes como la espinaca. También son un buen acompañamiento para los camarones o simplemente descascaradas, cortadas en tiritas.
Almendras
Comer un puñado diario de almendras, junto con una dieta saludable, puede ayudarlo a adelgazar, como sugiere la investigación realizada en el International Journal of Obesity, de Estados Unidos. La prueba que sustentó el estudio pidió a los participantes que comieran almendras a diario durante seis meses. El resultado fue que perdieron 18% de su grasa corporal. Quienes siguieron una dieta con la misma cantidad de calorías y proteínas, pero sin almendras, y con carbohidratos complejos (como galletitas saladas de trigo) perdieron sólo 11 por ciento. ¿Cómo comerlas?
Excelentes para tenerlas a mano como pequeñas meriendas o picadas y agregadas a yogures o jugos.
Chocolate
¿Quién se resiste a un buen chocolate? El chocolate amargo -y otros alimentos ricos en antioxidantes-, pueden ayudar a evitar la acumulación de grasa en las células del cuerpo, lo cual es el inicio de las enfermedades cardíacas y de la obesidad. Así lo confirmó una nueva investigación publicada en Taiwán por el Journal of Agriculture and Food Chemistry. ¿Cómo comerlo?
Derrita media barra de chocolate oscuro en el microondas por 30 segundos y rocíe con él las frutas de su preferencia.
Porotos, caraotas o frijoles blancos
Están cargados de almidón resistente, un poderoso «quemador» de grasa; media taza tiene casi 10 gramos de almidón resistente. Si lo combina con otros alimentos ricos en almidón resistente, en la misma comida, puede quemar 25% más de grasa que de cualquier otra forma, según investigadores de la Universidad de Colorado, en Estados Unidos. ¿Cómo comerlos?
En potajes vegetarianos, o escurridos en ensaladas, con cebolla, ajo y aceite.
Contenido por:
Daniela Jobst, nutricionista y posgraduada en Nutrición Clínica Funcional y Bioquímica del Metabolismo.
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