Trastornos alimenticios en niños

Cuando tu hijo entra en la preadolescencia, considerada un periodo delicado debido a que aparecen las primeras variantes de ánimo y el deseo y temor de crecer se agudizan, es importante que redobles tu atención en su forma de comer ya que podría padecer enfermedades como anorexia o bulimia.

Aunque a veces es difícil detectar estos padecimientos, existe una serie de conductas llamadas de riesgo, que te pueden orientar para descubrir si es su caso.

Señales preventivas

  • Se queja reiteradamente de su aspecto físico, se niega a salir, a probarse ropa o a usar traje de baño
  • Rechaza la comida y comienza a adelgazar notoriamente
  • Tiene un carácter variable y mayor irritabilidad
  • Vomita constantemente
  • Se le retrasa o suspende la menstruación
  • Parece débil, por lo que en la escuela ha llegado a desmayarse
  • Hace dietas sin supervisión médica y sin tu consentimiento
  • Combina los regímenes alimenticios con ejercicio físico excesivo
  • Se provoca el vómito
  • Compite con otros adolescentes sobre su delgadez
  • Omite comidas

Lo que debes hacer

  • A partir de los nueve años, tu hijo iniciará una etapa de cambios, tanto físicos como mentales, que tendrán que ser vigilados por un especialista cada seis meses.
  • Es recomendable que la relación entre él y el pediatra se lleve a cabo al margen de la tuya, respondiendo a todas sus inquietudes y enseñándole cómo debe cuidarse
  • Si ya has detectado algunas de estas actitudes pero aún no estás segura de que tenga un padecimiento: Háblale con claridad, pregúntale y escúchalo. En caso de que esté sucediendo algo grave, busquen la forma de detenerlo lo antes posible.

También es indispensable mantener un canal de comunicación abierto entre padres e hijos; hacer un seguimiento de las variantes fisiológicas propias de la adolescencia, especialmente de la menstruación y sobre todo apoyarlo y animarlo a valorar qué comer y dónde hacerlo.