¿Que comer en verano?

El verano es la época en que la mayoría de nosotros abusamos del uso de nuestros trajes de baño y vamos tanto como podemos a la playa para vencer al aumento de las temperaturas y el calor abrasador de la época.Bueno, también es el momento adecuado para bajar por lo menos unos pocos kilos. Sin embargo en vez de abordar un régimen de dieta estricta que te haga pasar mal, puedes tratar de hacer uso de una variedad de alimentos maravillosos verano que el verano trae consigo.

El secreto es que estos alimentos de verano te ayudarán a mantenerte en forma y saludable. La naturaleza es “sabia” y por algo son alimentos “de verano”. Los alimentos con alto contenido de calorías, además de parecernos menos atractivos en verano, no siempre contribuyen a una alimentación sana.

Tips de Alimentos para el Verano

Elige Sandía. La sandía tiene más de 80 por ciento de agua, por lo que esta fruta de verano es una excelente manera para calmar la sed y mantenerse hidratado durante el verano.

Verduras a la parrilla. Mantén tu refrigerador lleno con un plato de pimientos preparados a la parrilla, al que pueden sumarse cebollas asadas, zanahorias, calabacín, ajo, berenjena, apio y espárragos. Las propiedades antioxidantes presentes en estas verduras de verano puede ayudar a minimizar el daño de la piel causada por la exposición al sol durante los días de verano.

Ensaladas a la plancha – Utiliza muchas verduras en la parrilla de verano para preparar una variedad de platos como pitas vegetales a la parrilla, verduras a la parrilla y pasta de hierbas frescas o ricotta  y verduras a la parrilla combinadas con ensaladas de queso reducido en calorías.

Yogures de fruta fresca bajos en grasa: exquisitos, muy sanos y un importante aporte de  proteínas y el calcio en tu dieta. Gustan a grandes y chicos y son realmente muy frescos.

Para garantizar tu necesidad de vitamina A, te propongo obtenerla del  tomate, los tomates cherry, el ketchup, la papaya y los pimientos. Imagina esas ensaladas y el aroma ya te debería estar tentando.

Bayas  frescas, manzanas y melones, son mejores ideas que plátanos y naranjas que son más recomendables para el otoño. Ellas saciarán tu apetito y tus necesidades de sabores frescos y deliciosos.

Verduras de verano. Te sugiero calabacines, verduras verdes de hoja,  tomates, vainas de guisantes y las remolachas. Su combinación  no sólo es   super nutritiva, sino también importa que todos ellos son bajos en calorías.

Está comprobado que el pepino fresco es alrededor del 20%, naturalmente  más fresco que otras verduras. Una rebanada de pepino refrigerada o fresca en las ensaladas o verduras puede ser verdaderamente irresistible.

Zanahorias; una increíble fuente de vitamina A y carotenoides. Es de los alimentos antioxidantes más potentes por lo que su contribución a los procesos que atenúan el envejecimiento son notorios y por supuesto (algo importante en verano) contibuye a una piel sana y un excelente bronceado. Además es muy bueno para la salud de tus ojos.

Verduras de color rojo, naranja y amarillo; las opciones son casi infinitas y todas ellas son excelentes desde lo nutricional. Sólo por mencionar algunos ejemplos señalo la calabaza, los calabacines , las batatas, las patatas dulces (llamados boniatos en algunos países) y los  pimientos que constituyen un excelente aporte simultáneo de vitamina A, vitamina C  y  antioxidantes vitales.

Agua; ¿no la consideras un alimento? Pues en cierta forma sí lo es, especialmente teniendo en cuenta que está presente en la mayoría de ellos y que nada es más sano, refrescante y gratificante como un vaso de agua en un día caluroso de verano. Debe ser de las pocas cosas que puedo decirte con total tranquilidad que consumas ilimitadamente y sin medida.

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En verano, cuidado con los alimentos

Décadas atrás, la regla de oro que defendían las asociaciones de consumidores era comprar poco y consumir rápido. Pero los tiempos cambiaron. Ahora, muchas familias hacen las compras de otra manera: van menos al supermercado, cargan más los carritos y guardan mucho en el freezer.

Sin embargo, congelar no significa matar a los microorganismos que invaden los alimentos sino simplemente dejarlos inactivos. De hecho, cuando se los saca de la heladera comienzan a reproducirse, y sólo un calor muy fuerte como el de la cocción los destruye totalmente.

Por eso, es importante planificar bien las compras y tomar todas las precauciones necesarias a la hora de cocinar.

Algunas reglas de la National Consumers League de Estados Unidos. Para empezar, no hay que comprar nunca envases abollados, rotos ni sucios, porque el alimento ya puede estar contaminado. También se recomienda leer detenidamente las etiquetas, porque allí figuran la fecha de vencimiento y el modo de conservación de los productos.

Pero no todos los alimentos son iguales ni requieren los mismos cuidados. Por ejemplo, las frutas y verduras frescas —que tienen un corto período de conservación— deben consumirse rápidamente. Lo que hay que tener en cuenta al comprarlas es su color, su textura y su aroma, que son las características que muestran la calidad, frescura y durabilidad de los productos.

Las carnes rojas y blancas son consideradas “de alto riesgo”, porque son las que con mayor facilidad permiten el desarrollo y multiplicación de microorganismos contaminantes. Por eso deben estar siempre refrigeradas.

El pescado crudo es uno de los alimentos de más fácil descomposición y, por lo tanto, de menor duración. Antes de comprarlo, aconsejan los expertos, es necesario comprobar que las escamas estén bien adheridas a la piel, que las agallas estén rojas, los ojos brillantes, sobresalidos y la carne rígida y firme.

Con respecto a los alimentos que ya se compran congelados, una de las recomendaciones que dan las diferentes ligas de consumidores es tomarlos de las góndolas a último momento y guardarlos lo más rápido posible en el freezer. Es importante recordar que una vez que se descongeló un producto, no puede volver a ser congelado a no ser que se lo cocine previamente. Lo que se recomienda es no descongelar a temperatura ambiente sino dentro de la misma heladera. Otra opción es el microondas.

También es conveniente marcar la fecha de compra y vencimiento de cada uno de los productos que se guardan en el freezer. De todas maneras, si se conservaron congelados más tiempo que lo indicado, esto no significa que sean riesgosos para la salud, pero sí hay que saber que el sabor y la calidad ya no será la misma que antes.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), existen varias enfermedades infecciosas o tóxicas que se producen al ingerir comida o agua con bacterias, hongos, virus y parásitos que no se ven a simple vista. Y cuando se estudian las causas que provocan estas enfermedades —las más comunes son salmonela, botulismo y cólera—, la que se ubica en primer lugar es el enfriamiento inadecuado.

La OMS también dice que entre los factores que inciden en el mal manejo de alimentos, el 56 por ciento es por conservarlos en temperaturas inferiores a las necesarias y el 31 por ciento por consumir los alimentos luego de estar varias horas sin refrigerar. Por eso hay que prestar muchísima atención a mantener la “cadena de frío”.

¿Qué significa esto? Que desde la fecha de elaboración hasta el momento del consumo, los alimentos no deben perder sus condiciones de refrigeración necesarias: los productos no deben estar más de dos horas sin frío, es decir, a una temperatura superior a los 5 grados.