Listos para las vacaciones

A pesar de que falta tiempo para que lleguen las vacaciones de verano, es importante planear con anticipación algunos detalles. Hagan una reunión en familia para tomar algunas decisiones como el destino, así todos se sentirán escuchados e incluidos. Estas son algunas de las cosas que debes tomar en cuenta:
• Si te quedas en casa: pueden planear actividades como visitar algún museo o ir al parque. Existen espectáculos como obras de teatro o conciertos que son gratuitos y puede asistir toda la familia. Mira la cartelera en este enlace.
• Si sales por carretera: toma en cuenta los gastos de las casetas y el consumo de gasolina; sobre esto realiza un presupuesto. Puedes usar estas aplicaciones para calcular el gasto aproximado.
• Si van a la playa: recuerda reservar con tiempo el alojamiento ya que algunos destinos se saturan. Descubre nuevas posibilidades; existen algunas playas hermosas que no son tan concurridas.
 
 

Alimentos para potenciar tu bronceado

 
 
 
Se acerca el buen tiempo y nos empiezan a entrar ganas de ponernos morenos y lucir un tono saludable.
 
Desde luego, exponerse al Sol de un modo controlado y seguro es la clave para un bronceado perfecto, pero lo que poca gente sabe es que hay ciertos nutrientes que, unidos a una prudente exposición, nos van a permitir conseguir ese bronceado 10.
 
Potencia tu bronceado desde dentro. Alíate con tu despensa y prepárate con tiempo para el sol. Te damos las claves… ¡no te las pierdas!
 
Está claro que el bronceado favorece: es sinónimo de salud y vitalidad… pero todos sabemos también que puede convertirse en el mayor enemigo de la belleza y la salud, si no se toman las precauciones adecuadas.
 
Tras tantos meses de invierno y mal tiempo, nuestra piel tiene que prepararse a conciencia para recibir el Sol. … y la alimentación es un factor básico para conseguirlo.
 
Para empezar a preparar nuestro organismo para el bronceado, tenemos que seguir tres normas básicas en nuestra dieta.
 
El plan es sencillo: estimula tu producción de melanina, protégete de las arrugas y de la deshidratación, potenciando en tu dieta las vitaminas A, C, E y B2. Y no te olvides incluir en la misma, grasas que evitarán el envejecimiento prematuro, y hierro y cobre que te ayudarán a conseguir un buen tono de piel.
 
Dicho así puede asustarnos, pero no es complicado… y nosotros te contamos con detalle como conseguirlo:
 
Vitamina A: la encontrarás en la zanahoria, el melocotón, el mango, el albaricoque, la sandía o el tomate. En general las frutas y verduras ricas en betacarotenos (que suelen tener color rojo o anaranjado), favorecen la producción de melanina que actùa como pantalla protectora y aporta el color dorado.
 
Vitamina B2: en la leche, el queso, los huevos, el hígado y las legumbres. Te ayudará a mantener la piel sana.
 
Vitamina E: en el aceite de oliva, el aguacate o la yema de huevo. Es cicatrizante y antioxidante, con lo que ayuda a reparar las alteraciones de la piel que pueda provocar el sol.
 
Vitamina C: en fresas, tomate, patata, brocoli o perejil. Tiene propiedades antioxidantes y además aumenta la resistencia a las infecciones.
 
Hierro y cobre: para completar con estos dos elementos, las legumbres y los frutos secos son tu aliado.
 
Y sobre todo… mucha, mucha agua. La hidratación es fundamental, así que no podemos olvidarnos de ella. La hidratación es fundamental para el estado de nuestra piel y en verano, como sudamos más, debemos beber más agua, aunque no sintamos sed. Lo ideal es llegar a los 2 litros de agua al día.
 
Ya ves, este verano no hay excusa para cuidarte por dentro a la vez que preparas tu piel para el bronceado.

 

La alimentación de los niños en verano

En tiempo de vacaciones las rutinas cambian, los horarios se alteran y la alimentación corre un mayor riesgo de desordenarse, lo cual representa un peligro para la salud de los niños.

 

Como los desequilibrios surgen con mayor facilidad en esta etapa, la dieta debe ser más cuidada. Expertos en nutrición recalcan la importancia de mantener hábitos alimentarios saludables en todos los periodos, y fomentar pautas alimentarias que favorezcan la promoción de la salud y el correcto desarrollo de los niños, lo cual les brindará beneficios a corto y largo plazo.

 

Durante el verano es importante mantener una alimentación variada y equilibrada, adaptando los menús a los alimentos propios de la estación, que les aportarán gran cantidad de vitaminas y minerales. Además, las vacaciones, son una oportunidad para que los niños consuman alimentos de temporada y prueben nuevos sabores, dentro de un ambiente festivo.

 

En verano la dieta debe también estar compuesta de tres comidas principales y dos comidas adicionales más ligeras, a media mañana y a media tarde. Al igual que en el curso escolar, se debe vigilar que el niño realice un desayuno correcto, cambiando algo el horario, pero manteniendo la organización de las comidas. El picoteo constante entre horas debe evitarse y se debe moderar el consumo de grasas, dulces, golosinas y “snacks”.

 

“El tentempié” para la playa, o para después de la cena, cuando pasa mucho tiempo antes de que el niño vaya a dormir, debe complementar los alimentos consumidos durante el día con alguna pieza de fruta, yogurt o vaso de leche. Evite darles alimentos con aporte energético innecesario y escaso valor nutricional.

 

Como es frecuente que los niños tomen pocos cereales, el consumo de pan en las comidas o entre horas, incluyendo en ocasiones pasta o arroz, puede ayudar a revertir esta tendencia.

 

El verano es también una época apropiada para consumir frutas y verduras preparadas de mil maneras o mezcladas. Tampoco pueden faltar los lácteos, que deben consumirse 2-3 veces/día; el grupo de las carnes/pescados/huevos , se aconseja consumirlos de 2-3 veces/día.

 

Es razonable un consumo de carne de 4-7 veces/semana (más cantidad y veces en los niños más grandes y activos y menor cantidad y frecuencia en los más pequeños o sedentarios).

 

Durante el verano existe también un mayor riesgo de deshidratación, por ello se aconseja consumir abundante cantidad de líquidos, principalmente agua. Incluya líquidos sistemáticamente en la dieta sin esperar a que los niños tengan sensación de sed. Para los más pequeños puede preparar batidos de frutas frescas o mezcladas con yogurt. Los zumos de frutas o de frutas con hortalizas, buscando las combinaciones más atractivas, pueden ser deseables para cualquier edad. Se ha comprobado que ofrecer bebidas variadas, favorece que el niño beba más.