La alimentación se está convirtiendo en una de las armas de la nueva medicina, que apuesta por la prevención. Desde Harvard llega el último estudio sobre lo que las vitaminas pueden hacer por algunos enfermos.
Un grupo de investigación de la prestigiosa Universidad de Estados Unidos ha presentado en la publicación científica “Archives of Internal Medicine” la conclusión de que la ingesta de las vitaminas B6 y B12, así como de ácido fólico, puede prevenir y retrasar la aparición de la degeneración macular, la segunda causa de ceguera en los mayores de 65 años, sólo por detrás de la diabetes.
No es la primera vez que las vitaminas y los antioxidantes aparecen ligados a la prevención de esta enfermedad, ya que también se ha ligado la vitamina C a su prevención. La degeneración macular es una alteración degenerativa de la parte central de la retina, que se conoce como mácula, que es la responsable de la visión central. Precisamente, esta parte de la retina es la que permite hacer cosas tan cotidianas como leer o conducir. La degeneración macular raramente deriva en una ceguera total, pero crea problemas para reconocer caras, ya que se ven borrosas, y objetos de la vida cotidiana.
La visión periférica suele mantenerse aunque la enfermedad no evolucione favorablemente. El equipo científico estadounidense ha llevado a cabo su investigación durante siete años. Para poder publicar sus conclusiones, los investigadores hicieron un estudio sobre 4.665 mujeres, de las cuales, 2.067 tomaron vitaminas B12, B6 y ácido fólico, mientras que las 2.598 restantes no lo hicieron. Cuando comenzó el estudio, ninguna de las participantes ofrecía muestras de degeneración macular, pero con el paso de los años aparecieron 137 casos. 82 de las afectadas no habían tomado las vitaminas, mientras que entre las que sí las ingirieron aparecieron 52 enfermas.
Aunque los investigadores han destacado que donde realmente se han producido grandes progresos es entre los casos más graves, ya que el número de casos cayó un 40% entre las mujeres que estuvieron tomando las vitaminas. Este estudio se une a otros anteriores que ya vinculaban la ingesta de antioxidantes con la disminución del riesgo de sufrir degeneración macular. Aunque lo que se aconseja, si se han superado los 65 años y se pierde visión, es acudir al oftalmólogo para que pueda hacer un diagnóstico.
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