Uso prolongado del biberón aumenta riesgo de obesidad en los niños

Una investigación realizada en Estados Unidos y publicada en la revista de pediatría Journal of Pediatrics, afirma que los niños que son alimentados con biberón, pacha o mamadera hasta los dos años, tienen 30% más de probabilidades de ser obesos al cumplir los 5 años de edad.
Investigadores de universidades en Ohio y Filadelfia calcularon que las probabilidades de obesidad en estos niños son 1,33 veces mayor que los que no usan el biberón. La razón según los expertos, se debe a que el uso prolongado del biberón puede conducir a que los niños consuman un exceso de calorías, particularmente cuando los padres lo utilizan para calmarlos en vez de hacerlo en respuesta a sus necesidades alimenticias.
Además si el niño sigue con el biberón más allá de los dos años, la madre podría estar tentada a llenarlo con bebidas azucaradas, haciendo que el niño se acostumbre a tener cosas dulces en su dieta, señalan expertos.
De los casi 7.000 niños estadounidenses que fueron analizados en el estudio, el 22% utilizaban el biberón como su principal recipiente de bebidas, o se iban a la cama con un biberón que contenía una bebida alta en calorías.
Casi una cuarta parte de este grupo resultó ser obesa a la edad de cinco años, comparado con el 16% de niños que para los dos años ya habían abandonado el biberón.
Por esta razón, los expertos sugieren a los padres retirar el biberón a los bebés al cumplir un año, para evitar el riesgo de alimentación excesiva. Por su parte la fundación británica de asistencia a los padres, National Childbirth Trust, aconseja estimular a los niños a consumir bebidas en taza antes de cumplir un año.
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Alimentos que puede comer un niño celiaco en un festejo

Por supuesto se deben tener en cuenta algunas precauciones respecto a los alimentos que ingerirá.

 

A continuación encontrará un listado de alimentos libres de gluten que pueden comer los niños celiacos durante un festejo o actividad social.

 

• Patatas fritas sin aromas ni sabores, hechas con patata, aceite y sal.

• Snacks caseros o comprados sin gluten.

• Sándwiches elaborados con pan, jamón y queso sin TACC.

• Cacahuetes con y sin sal.

• Tartas aptas de variedad de sabores.

• Galletas aptas de chocolate, maíz, queso, etc.

• Frutos secos crudos: nueces avellanas, pistachos, castañas, etc.

• Palomitas de maíz elaboradas con maíz, aceite y sal o azúcar.

• Yogures naturales, helados de vainilla, nata o caseros aptos.

• Alfajores elaborados con ingredientes aptos.

• Golosinas sin gluten, elaboradas en casa o compradas en tiendas aprobadas.

• Empanaditas de copetín aptas. Se las puede hacer de jamón y queso, verduras, capresse, de carne, choclo (elote) y queso, etc.

• Pizzas y pizzetas (con masa de arroz, maíz o patata).

• Jugos naturales exprimidos y con pulpa, licuados de frutas, helados y flanes caseros.

• Magdalenas, croisants, bizcochos, mantecados y buñuelos sin gluten.

• Bombones de chocolate, arroz o brownies sin gluten.

• Aceitunas con y sin hueso

• Encurtidos.

La alimentación del niño celiaco en la vida social

La enfermedad celiaca es una enfermedad para toda la vida y del cumplimiento estricto de la dieta dependerá la salud. Sin embargo, el que un niño sea celiaco, no significa que no pueda llevar una vida normal, solo deberá adaptar sus hábitos alimenticios a su vida escolar, deportiva y social, y en esta tarea los padres, familiares, amigos, vecinos, maestros y todos aquellos que están cerca del niño, juegan un rol fundamental.

 

Si bien es cierto es difícil controlar la alimentación del niño celiaco en eventos de tipo social, es algo que puede lograrse tomando en cuenta algunas precauciones.

 

Recuerde que el buen manejo de la alimentación del niño celiaco incluye también el control en situaciones sociales diversas. Siga estos consejos y aprenda a enfrentar este tipo de situaciones.

 

• En las reuniones sociales no aisle al niño para evitar que coma algo indebido, sino al contrario, enséñele qué alimentos puede tomar y cuáles no. Es muy importante que aprenda poco a poco a cuidarse a sí mismo, dándose la posibilidad de comer, como alternativa, otros alimentos nutritivos libres de gluten que le resulten gratificantes. De esta forma se garantiza que el día de mañana el niño no ingiera gluten accidental o voluntariamente.

 

• Además de educarlo, infórmele todo acerca de su enfermedad. Tome en cuenta su condición y busque variantes aptas que sustituyan los productos con gluten. Esto es de suma importancia.

 

• En situaciones especiales como excursiones, paseos, fiestas de cumpleaños, en la escuela, en el comedor, en los campamentos, en las casas de los vecinos y amigos, etc., es importante que exista un debido control estando atento a la alimentación que el niño consumirá.

 

• En la escuela, informe a los maestros y al director sobre la dieta que se debe cumplir. Haga conciencia en el niño sobre lo que no puede comer y prepárele una merienda especial para que no tenga que compartir los alimentos de sus compañeros. Avise también a los responsables del comedor, solicitando una dieta orientada.

 

• En campamentos y días de campo es de vital importancia comunicar a las personas responsables sobre los cuidados que deben tomar.

 

• En los cumpleaños, dependiendo de quién lo organice, resulta conveniente llevarle una merienda exclusiva al niño o bien que le de de merendar antes de la fiesta. De ser posible sugiera a los anfitriones cuáles son los alimentos prohibidos y los permitidos para su hijo.

 

• En los viajes de avión consulte con anterioridad acerca de los servicios de catering, para saber si incluyen comidas para celiacos.

 

• Como cada edad trae nuevos retos, planteamientos y rebeldías, es importante compartir las dudas con otras personas con más experiencia en la celiaquía de sus hijos, o de sí mismos, quienes podrán aportar las vivencias que les han resultado favorables.

La importancia de la vitamina D en los niños

La vitamina D es “esencial para la vida”, afirman los expertos, pues se trata de una vitamina indispensable para que el intestino pueda absorber el calcio necesario para la óptima mineralización de los huesos. De hecho, según diversos estudios, un consumo de las cantidades diarias recomendadas de vitamina D contribuye a una mejor absorción del calcio.

 

Dado que la infancia es un momento crítico para el desarrollo óseo, en el que el Calcio y la Vitamina D cumplen un papel fundamental, su déficit puede repercutir negativamente en el crecimiento y salud futura de niños y jóvenes.

 

Entre otras consecuencias, la carencia de vitamina D puede producir una disminución de la absorción de calcio, osteoporosis y aumento del riesgo de fracturas, e incluso podría propiciar el retorno de una importante amenaza infantil: el raquitismo.

 

Hoy en día, aún en países como España, existe un alto porcentaje de niños y jóvenes que presentan importantes carencias de vitamina D. Según las últimas estadísticas, un 80% de la población infanto-juvenil española, termina el invierno con carencias de vitamina D, algo realmente preocupante.

 

Principales fuentes de vitamina D

 

La exposición solar es la principal fuente de obtención de vitamina D, sin embargo, el sol no es suficiente, y más ahora que debemos protegernos de sus efectos nocivos. Se sabe en concreto, que sólo con aplicar a los niños una crema protectora de factor 8 durante el verano, el organismo ya no absorbe la vitamina D.

 

La vitamina D también se obtiene a través de la dieta, pero es difícil alcanzar los niveles diarios recomendados a través de la alimentación. De hecho, la mayor parte de la población no obtiene la cantidad suficiente de vitamina D de la dieta.

 

Por esta razón cuando el sol y la dieta no bastan, podemos recurrir a los alimentos enriquecidos con vitamina D, ya que de esta forma se consiguen más fácilmente los mínimos necesarios.

 

A través de los productos lácteos es como mejor absorbemos el calcio que necesitamos. Se recomienda tomar como mínimo 500 mililitros de leche (4 vasos de leche al día) o el equivalente en productos lácteos (5 yogures o 150 gramos de queso de bola, manchego o en porciones), para conseguir de unos 800 a 1.200 miligramos de calcio. Asimismo, los quesos frescos semidesnatados tipo petit enriquecidos con vitamina D son un sistema fácil, efectivo y delicioso para que los niños tomen la cantidad diaria recomendada de vitamina D.

 

Actualmente, para niños se recomienda un aporte dietético diario de 800 mg de calcio y unas 200 Ul (unidad internacional de farmacología) de vitamina D.

 

No obstante, en octubre de 2008, la Asociación Americana de Pediatría (AAP) hizo pública su recomendación de doblar la cantidad de Vitamina D recomendada hasta ahora para bebés, niños y adolescentes. Según esta entidad, los más pequeños deben recibir 400 unidades internacionales (UI) de vitamina D al día desde los primeros días de vida. Según el doctor Frank Greer, de la AAP, esta nueva pauta se justifica porque “la evidencia ha demostrado que esto podría tener beneficios a largo plazo en la salud”.

 

La doctora Carol Wagner, también representante de la AAP, ha señalado que “la lactancia materna es la mejor fuente de nutrición para los bebés. Sin embargo, debido a las deficiencias de vitamina D en la alimentación materna que afectan su presencia en la leche de la madre, es importante que los bebés amamantados reciban suplementos de vitamina D“.

 

La asociación pediátrica sugiere que los bebés que no son amamantados y los niños mayores que consumen menos de un cuarto de litro de leche o fórmula fortificada por día deberían recibir suplementos con vitamina D.

La alimentación de los 4 a los 11 años

De los 4 a los 11 años, los niños necesitan recibir una alimentación que responda a sus necesidades nutricionales. Aproximadamente en esta etapa se requieren entre 1.600 y 2.500 calorías por día, aunque esto varía y se determina en función del metabolismo basal de cada niño, el ritmo de crecimiento y su nivel de actividad.

 

El gasto calórico es alto en esta etapa debido a que los niños están en proceso de crecimiento y también por la intensa actividad física que desarrollan (saltar, correr, jugar, etc.), lo cual hace que se quemen más calorías.

 

Es importante que en esta etapa los niños no sólo cubran sus necesidades nutricionales sino que desarrollen hábitos alimenticios adecuados. Es bueno que aprendan a comer todo tipo de alimentos y a degustar diferentes sabores. También es importante reducir o moderar el consumo de bollería industrial, así como el consumo de chucherías a la salida de la escuela que solo aportan calorías vacías. Debe evitarse el consumo excesivo de bebidas refrescantes azucaradas, es mejor sustituilas por zumos naturales, batidos caseros de leche, yogur o frutas.

 

Algunas recomendaciones sobre la dieta

 

Bríndeles una dieta equilibrada y variada para evitar carencias nutricionales.

 

Incluya al menos un lácteo y cereales en el desayuno. Mejor aún si incluye también una fruta o su zumo.

 

Para los almuerzos o meriendas prepáreles bocadillos caseros, frutas y productos lácteos. No abuse de los embutidos, patés y quesos grasos.

 

Es importante presentarles la comida en forma llamativa y explicarles para qué sirven los distintos alimentos, de esta forma logrará que los acepten mejor.

 

Los niños deben consumir aproximadamente 6 raciones de lácteos al día, por ejemplo: 2 yogures, 1 porción de queso y 3 vasos de leche.

 

Progresivamente introduzca alimentos nuevos, especialmente en los más pequeños. Conviene insistir varias veces hasta lograr que el niño se aficione a determinadas comidas.

 

Nunca utilice los alimentos como premio o castigo, esto puede generar conductas alimentarias negativas (rechazo o aversión, caprichos).

 

Si el niño no come durante una comida, espere hasta la siguiente toma para no perder el ritmo de los horarios.

 

Los helados en la dieta infantil

Un estudio promovido por la Universidad Complutense de Madrid (UCM) revela que incluir tres helados por semana en la dieta de los niños contribuiría a resolver algunas carencias nutricionales detectadas en los escolares.

 

Entre las mejoras que aporta el helado, destacan: el aumento en la ingesta de riboflavina, vitamina B12, vitamina A y el calcio, según informa la UCM.

 

El estudio sobre los hábitos alimentarios, incluyó una muestra de 520 escolares de entre 8 y 12 años de edad., detectando que un 13,15% de los escolares presentaba una dieta inadecuada y en el 80,65% de los casos, mejorable.

 

El estudio indica también que el grupo de población estudiada presenta ingestas insuficientes de determinados nutrientes como la vitamina D, que contribuye a mantener los niveles normales de calcio y fósforo en el torrente sanguíneo y al mantenimiento de la salud del hueso, así como el yodo, esencial para el correcto funcionamiento de la glándula tiroidea y zinc, importante para el buen funcionamiento del sistema inmunológico y la cicatrización de heridas.

 

Niños con dietas saludables rinden hasta 69% más en la escuela

Un estudio canadiense revela mejores resultados en pruebas de lectura y escritura, al tiempo que concluye que se debe invertir en alimentación escolar de calidad.

 

El desayuno fue la primera evidencia que relacionó una dieta saludable en los niños con un mejor rendimiento escolar. Esto porque quienes consumen a diario la primera comida del día -incluyendo leche, fruta y cereales- responden mejor a las exigencias académicas.

 

Ahora, un nuevo estudio publicado en el Journal of School Health de abril, revela que los menores que comen mejor a lo largo del día, rinden más en la escuela que quienes tienen dietas menos saludables. En el caso de los menores que se alimentaron mejor, tuvieron un rendimiento 69% superior en los tests de lectura y escritura que aquellos con una dieta inadecuada.

 

Los investigadores -dirigidos por el doctor Paul J. Veugelers, de la Universidad de Alberta (Canadá)- encuestaron a casi 5.000 estudiantes de quinto grado y a sus padres, como parte de un estudio conocido como Estilo de Vida Infantil y Rendimiento Escolar.

 

Se halló que los nutrientes menos saludables incluían grasas saturadas y sal, mientras que los más beneficiosos incluían frutas, vegetales, granos, fibra, proteínas, calcio y consumo moderado de grasa.

 

Implicaciones futuras
 
Los expertos consideran que una alimentación adecuada y variada durante el día provee la glucosa, es decir, la energía necesaria para que exista una buena actividad cerebral. Al mismo tiempo, nutrientes como ciertas vitaminas y minerales que se encuentran en las frutas y las verduras mejoran la disponibilidad de la acetilcolina, un neurotransmisor que se requiere para los procesos de memorización.
 
Para el doctor Veugelers, además, hay que destacar que “el rendimiento académico influye en los futuros logros y los ingresos que se tendrán cuando adulto, lo que a su vez influye en la salud y la calidad de vida”. Según este especialista, quienes se educan mejor y tienen mayores ingresos también tienen una mejor comprensión de los mensajes nutricionales y más acceso a los alimentos más saludables.
 
Lo anterior se corrobora en el estudio actual, en el que se observa que la educación y el nivel de ingresos de los padres influyen también en el rendimiento académico del estudiante. “Los hijos de familias más acomodadas es más probable que coman en forma adecuada, lo que les permite tener un desarrollo normal y que tengan menos riesgo de ser obesos”, concluyen los autores del estudio. Algo relevante ya que los kilos de más también se asocian a un menor rendimiento escolar.
 
Para los autores del trabajo, una conclusión de este estudio es que los gobiernos “deben invertir lo necesario para implementar programas amplios de nutrición escolar efectiva”.