Los mitos más frecuentes sobre la alimentación

Todos sabemos que la alimentación es un tema alrededor del cual siempre se han tejido verdades a medias que circulan de boca en boca, y que se han convertido en verdaderos mitos que provocan efectos negativos insospechados en la salud de miles de personas.

Internet se ha convertido en un lugar donde abundan los consejos relacionados con la alimentación, pero muchos de ellos carecen de base científica y han surgido de las dietas mágicas y/o pseudocientíficas que tanto abundan.
Si usted es de los que se mantienen al tanto de temas relacionados con nutrición y dietas, seguramente habrá escuchado hablar de la existencia de alimentos magníficos, alimentos prohibidos y hasta alimentos “demonizados”.
Recientemente fue publicado en el periódico argentino “El Día” (www.eldia.com.ar), un interesante artículo titulado “Mil un mitos de la alimentación”, que presenta la opinión de un grupo de especialistas consultados por dicho diario, en el cual intentan despejar las dudas más frecuentes que aparecen en Internet o en las salas de espera de los consultorios, respecto a la alimentación.
Los expertos en la materia responden a interrogantes como ¿Para adelgazar hay que hacer dieta? ¿Un alimento conserva la misma cantidad de calorías aunque se prepare de manera diferente? ¿Los alimentos dietéticos, realmente adelgazan? ¿Una alimentación sana implica eliminar por completo el consumo de grasas?, entre otras.
A continuación presentamos las respuestas de los nutricionistas a los mitos más frecuentes que se tejen alrededor de la alimentación.
Mito 1: Para perder peso hay que hacer dieta
Los especialistas explican que las dietas restringidas o hipocalóricas generan problemas de reincidencia en la obesidad, pérdida de líquido y masa muscular y producen efecto rebote, entre otros.
Lo recomendable es recurrir a un plan de alimentación que genere cambios de hábitos nutricionales duraderos y evite los rebotes, aunque los resultados obtenidos sean menos impactantes que los conseguidos a través de otras dietas.
Las nuevas tendencias en nutrición señalan que un buen plan de alimentación debe basarse en tres pilares: 1) Variedad (incluir todos los grupos de alimentos); 2) Equilibrio (que la cantidad de calorías consumidas no supere a las que se gastan) y 3) Moderación (optar por porciones pequeñas y comer 4 comidas diarias y 2 colaciones o meriendas).
Mito 2: Lo único importante es el nivel de calorías
Los nutricionistas dicen que esta creencia es falsa. La obsesión por medir las calorías ni siquiera tiene en cuenta que el nivel de esas calorías se modifica según cómo se prepare el alimento. Así, una manzana cocida tendrá más calorías que una cruda y una porción de papas fritas más que una de papas hervidas.
Recomiendan prestar atención al poder de saciedad de los alimentos y a su índice glucémico, una variable que mide la capacidad de los comestibles de elevar el azúcar en sangre después de ser ingeridos.
Otros factores importantes a tener en cuenta son la adecuación de cada plan de alimentación a las características personales de quien come, a su entorno social, etc. También debe considerarse el grado de accesibilidad a los distintos alimentos, de la persona interesada en adelgazar, así como su forma de comer. Una dieta tiene que facilitar las cosas a las personas y no complicarlas, afirman.
Mito 3: Comer productos light no engorda
Los alimentos light tienen un nivel más bajo de calorías que el normal (alrededor de un 30% menos) y por eso todo depende de cómo se lo consuma. Si se lo hace en cantidades exageradas favorece el aumento de peso tanto o más que un producto común.
Hay un mecanismo psicológico que hace que, frente a un alimento light, la gente coma más de la cuenta, sólo por el hecho de que tiene menos calorías.
Por otro lado, las indicaciones del etiquetado son confusas y difíciles de leer aún para los profesionales. Para eso se trabaja junto a industriales y a la población para lograr, a la vez un etiquetado responsable y educar al consumidor a la hora de leer las etiquetas, ya que afirman que si no se entiende no se puede elegir correctamente.
Mito 4: Conviene ayunar después de darse un atracón
Este es un mito falso y peligroso. Si bien es frecuente que quien tiene interés en conservar su peso o reducirlo recurra a esta conducta, los profesionales la desaconsejan de manera tajante. Lo que recomiendan es que si un día si un día se comió en demasía, lo ideal es que en la siguiente comida la porción sea reducida y equilibrada.
El ayuno posterior a un atracón puede provocar una baja en la glucosa o en la presión arterial.

 

Mito 5: El líquido debe tomarse lejos de las comidas, porque de lo contrario engorda
Si se trata de agua, no tiene valor calórico, indican los expertos. Otros creen que la ingesta de líquidos junto a las comidas puede favorecer la sensación de saciedad. En todo caso, si se elige comer sin tomar líquidos a la vez, se trata de una conducta inocua, sin consecuencias negativas.
Mito 6: Para mantener el peso no hay que comer pan, papas, pastas ni postres
Est
a es otra falsa creencia. Algunos de estos alimentos aportan hidratos de carbono y energía y por eso se consideran necesarios. No obstante, hay que controlar las cantidades y las frecuencias con que se consumen, especialmente en el caso de los postres.

Las nuevas tendencias recomiendan incluir pastas, que causan mayor saciedad por poseer un índice glucémico más bajo, siempre y cuando se consuman en su justa medida y en el marco de un plan de alimentación.
Los nutricionistas recomiendan un límite para la frecuencia con que se consumen pastas y postres: un máximo de tres veces por semana.
Hoy se entiende que se necesitan 19 alimentos diferentes por semana para no carecer de nutrientes. Toda buena dieta tiene que tener 50% de hidratos de carbono: legumbres, cereales, verduras, frutas y pastas.
Mito 7: Hay que eliminar grasas y aceites para bajar de peso
También es falso. Cuando el cerebro no recibe grasa y glucosa dispara la sensación de hambre. Si no se consumen grasas aparecen otros problemas, indican los especialistas, ya que con ellas el cuerpo fabrica hormonas y vitaminas. Sin ellas no se absorben las vitaminas liposolubles como la K, la A, la D y la E que tienen funciones específicas y que van desde evitar las hemorragias hasta proteger a las hormonas.
Lo que los especialistas recomiendan es regular el consumo de grasas y que se ingieran las vegetales, presentes en aceites de girasol, oliva, soja y canola. O bien las llamadas «grasas buenas» que se encuentran en las semillas, las frutas secas y el pescado de mar.
Mito 8: Puedo empezar la dieta cuando quiero
Es un mito y a la vez una frase típica que desnuda la voluntad de postergar algo que se vive como una tortura y que va directo al fracaso. Así lo interpretan los especialistas que recomiendan -antes que una dieta- un plan de alimentación basado en hábitos saludables y en los tres pilares antes mencionados: variedad, equilibrio y moderación.
Mito 9: No hay que comer de noche si se quiere adelgazar
Falso.
Lo recomendado es hacer una cena liviana o moderada que podría incluir una porción de pollo, carne o pescado con guarnición de verdura o ensalada o verduras cocidas con una cucharada de aceite y una ensalada de frutas de postre.

La recomendación profesional, apunta a que la cena no debe ser más cargada que el almuerzo.
Mito 10: Otros mitos
• Los suplementos vitamínicos engordan: Falso. Las vitaminas y minerales que los componen no aportan calorías.
• Tomar un vaso de jugo de limón o pomelo ayuda a disolver las grasas: Falso. Se trata de un hábito que no cumple con ese objetivo, aunque es inocuo.
• Hay productos que ayudan a bajar de peso: Falso. Ningún producto puede hacer bajar rápidamente de peso a una persona sin consecuencias negativas para la salud.
• Los huevos de colores son mejores que los blancos si se quiere adelgazar: Falso. Su composición es la misma.
• La miel es mejor que el azúcar para perder peso: Falso. Prácticamente tienen las mismas calorías. La miel puede resultar más nutritiva como consecuencia del proceso de elaboración.
• La carne de vaca tiene más hierro que la de pollo o pescado: Falso. Tienen el mismo contenido en hierro
Ahora ya lo sabes, no creas verdadero todo lo que lees o escuchas sobre alimentación, investiga y escucha la opinión de los expertos en nutrición.

Información básica no exhaustiva proporcionada con fines meramente informativos. Para ahondar con mayor profundidad sobre información relativa a herbolaria, dietas, sustancias o terapias de salud natural pregunte a su médico o consulte publicaciones científicas especializadas. Dienut, no se responsabiliza de ningún daño o problema relacionado con la utilización de sustancias, dietas o tratamientos naturales, su uso será responsabilidad absoluta de quien las usa, consuma y prescriba. Consulte a su médico antes de tomar cualquier tratamiento o sustancia. La información de este sitio No sustituye la atención médica y la consulta con profesionales en el área de salud. Consulte a su médico antes de iniciar cualquier tratamiento, dieta o programa físico.

Los últimos kilos o libras

Es frustrante sentir que has mejorado tanto y, sin embargo, pareciera que no puedes alcanzar tu meta. Aunque tal vez pienses que lo único que te queda por hacer es empezar una dieta muy estricta o tomar medidas extremas, en realidad hay varios métodos sencillos para deshacerte de esas últimas libras. No son soluciones milagrosas y rápidas, sino más bien cambios que debes introducir en tu estilo de vida a largo plazo. No es necesario seguir cada paso que te sugerimos, pero es fácil cambiar algunos hábitos y obtener así muchos beneficios.

En primer lugar come un desayuno balanceado. Tal vez creas que no te da tiempo en la mañana, que no te da hambre o que necesitas dormir más y prefieres cambiar el desayuno por unos minutos más de sueño. Ahora bien, el desayuno es muy importante. Por lo tanto, tienes que tomarte tu tiempo para desayunar cada mañana, pues si no desayunas, te dará hambre más tarde en la mañana y comerás lo que se te antoje, como un café con leche grande de muchas calorías y un muffin que contiene mucha grasa. Esta combinación te puede costar 45 gramos de grasa, lo cual es mucho si estás en una dieta de 2000 calorías en la que se recomienda no exceder 66 gramos de grasa por día.
Un desayuno saludable debe incluir frutas o jugos de frutas, cereales o pan integrales, y leche o yogur.  Si ingieres alimentos con proteínas, como el yogur, la sensación de hambre no te asaltará tan rápido y no tendrás tantas ganas de comer algo con mucha grasa más tarde en la mañana. Si tomas café, usa leche descremada en vez de crema para disminuir el contenido de grasa.
No obstante, tu tarea no termina una vez que hayas desayunado bien. De hecho, cuando se acerca la hora del almuerzo, prepárate para tomar las armas otra vez. Una buena opción es llevar el almuerzo listo de casa al menos dos veces por semana. Si tienes que comer en restaurantes pide platos saludables. Aunque selecciones un plato principal razonable asegúrate que sus acompañamientos sean también adecuados. Por ejemplo, un sándwich de pollo a la plancha que venga con papas fritas no te hará mucho bien. En lugar de las papas fritas pide una ensalada con un aderezo sin mucha grasa o verduras al vapor.
Otra cosa que debes cambiar en tu estilo de vida es tu concepción del ejercicio. La mayoría de la gente piensa que el ejercicio es algo que se debe hacer para perder peso y no engordar, por lo que terminan atemorizándose e inventando excusas para no participar en ninguna actividad. Piensa que el ejercicio es una forma divertida de relajarse y disfrutar solo o con tu familia. Haz actividades que te gusten, como nadar o ir de excursión, o invita a toda tu familia a pasear en bicicleta juntos. ¡El ejercicio no tiene por qué ser tu enemigo!
Como el ejercicio ya no tendrá tan mala fama para ti, saca 20 minutos de tu tiempo para ejercitarte todos los días. Si tus días están repletos de actividades, entonces puedes levantarte 20 minutos más temprano en la mañana o pasar por el gimnasio después del trabajo. Si quieres empezar una rutina de trote puedes trotar aproximadamente 2 millas en esos 20 minutos. Dos millas por seis días a la semana equivalen a dos maratones por mes, lo cual te ayudaría sin duda alguna a perder esas últimas cinco libras fastidiosas.
Otra estrategia para alcanzar tu meta de 20 minutos de ejercicio es contrarrestar tus emociones caminando. Muchas personas suelen comer no sólo cuando les da hambre, sino también cuando están aburridas, tristes o enojadas. Una solución mucho más productiva para sentirse mejor en esos casos es salir a caminar.  Cuando el pulso se acelera y la temperatura del cuerpo sube, se te inhibe un poco el apetito. De esta manera, tendrás suficiente tiempo de pensar en una merienda saludable y sabrás si realmente tienes hambre o si quieres usar la comida como excusa para enterrar otra de tus emociones. ¡Una buena caminata te ayudará además a disminuir el estrés!
Si ya haces ejercicio en forma regular, ¡felicitaciones! Sin embargo, todavía puedes hacer algo más para perder peso. Cambia tu rutina cada 6 ó 10 semanas o prueba alternando distintos tipos de ejercicios. Cuando repites la misma rutina de ejercicios tu cuerpo se acostumbra y, por lo tanto, gastas menos energía haciendo los mismos movimientos y te puedes aburrir. Además, al utilizar siempre los mismos músculos puedes sufrir lesiones por exceso de ejercicio. En vez de montar bicicleta o caminar seis días a la semana, alterna los días de bicicleta con días de caminata o de natación. Tu cuerpo tendrá tiempo de recuperarse después de cada actividad y tu motivación aumentará con la variedad.
No elimines de tu dieta todo lo que te gusta sólo porque tiene un alto contenido de grasa. Todos debemos consentirnos de vez en cuando y tal vez encuentres un sustituto ligero a tu manjar. Por ejemplo, en vez del helado normal, hay deliciosos helados de yogur o sorbetes.  Si éstos no pueden nunca compararse con un helado para ti, entonces come una porción pequeña y no lo hagas todos los días.
Hoy en día se habla mucho de los carbohidratos. Este grupo incluye una gran cantidad de alimentos diferentes y debes tener cuidado al seleccionarlos. El pan blanco, las pastas, los dulces y los cereales azucarados son carbohidratos simples que se digieren rápidamente en el cuerpo y te dejan una sensación de hambre poco después de ingerirlos. Por eso debes combinar los carbohidratos simples con proteínas para quedar satisfecho más tiempo o ingerir carbohidratos complejos. Los cereales integrales, las fibras y la avena son carbohidratos complejos y se descomponen más lentamente.
Otro cambio que es relativamente fácil de adoptar en tu dieta es reducir la mantequilla. Piensa en todos los alimentos que comes con mantequilla, desde el pan tostado hasta las verduras. Hay otras formas de darle un buen sabor a la comida. Puedes buscar un sustituto para la mantequilla o usar otras opciones parecidas como jalea, miel o mantequilla de maní en los panes tostados. El hecho de reducir algunos gramos de grasa provenientes de la mantequilla te ayudará a perder peso a largo plazo.
Si meriendas, piensa bien en lo que comes. La merienda puede ayudarte a combatir el hambre hasta la próxima comida y evitar que termines comiendo más de la cuenta por tener demasiada hambre. Ahora bien, cuando meriendes, debes ingerir frutas, hortalizas, lácteos con poca grasa u otros alimentos saludables. Ten cuidado con las barras energéticas porque, por lo general, están llenas de calorías.
La clave de una dieta exitosa es quemar más calorías de las que consumes para poder perder peso constantemente. Algunos de los puntos de este artículo te servirán de guía a la hora de consumir menos calorías o quemar más, de manera que tu dieta funcione ¡para siempre! Recuerda que cuando hayas alcanzado el peso deseado no debes abandonar todo y regresar a tus hábitos alimenticios anteriores porque engordarás y te invadirá la frustración otra vez. Por lo tanto, ¡cambia tu estilo de vida y tu mentalidad, para que tus nuevos hábitos saludables se queden siempre contigo!

Información básica no exhaustiva proporcionada con fines meramente informativos. Para ahondar con mayor profundidad sobre información relativa a herbolaria, dietas, sustancias o terapias de salud natural pregunte a su médico o consulte publicaciones científicas especializadas. Dienut, no se responsabiliza de ningún daño o problema relacionado con la utilización de sustancias, dietas o tratamientos naturales, su uso será responsabilidad absoluta de quien las usa, consuma y prescriba. Consulte a su médico antes de tomar cualquier tratamiento o sustancia. La información de este sitio No sustituye la atención médica y la consulta con profesionales en el área de salud. Consulte a su médico antes de iniciar cualquier tratamiento, dieta o programa físico.

Las dietas milagro y la “operación bikini”

Con la llegada de la época calurosa, la preocupación por cuidar la línea e intentar acabar con las libras de más, se convierte en una obsesión, para muchos.

En España 4 de cada 5 personas utilizan dietas milagro, especialmente durante la denominada «operación bikini» previa al verano, según el Centro de Información del Medicamento del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid (COFM).

Mayo es el mes donde se registra un mayor número de consultas sobre los «productos milagro» para adelgazar, y los colectivos más susceptibles de caer en el consumo de este tipo de medicamentos son los jóvenes y las mujeres a partir de los 50 años, que también son quienes más a menudo recurren a las «dietas milagro» para perder peso sin esfuerzo.

Pero lo cierto es que las dietas milagro tienen efectos más bien tóxicos en el organismo y y se traducen en desequilibrios nutricionales, daños renales, hepáticos y en enfermedades cardiovasculares.

Según COFM, en España se gastan unos 2.000 millones de euros al año en dietas y productos milagro, lo que supone unos 60 euros por español.

El incremento en el uso de dietas milagro es aún más preocupante si se toma en cuenta que la tasa de obesidad en España se ha duplicado entre 1987 y 2006, lo que hace prever un aumento de esta práctica.

Pero no sólo los españoles son atraídos por las dietas milagro, en todas partes del mundo estas dietas se han popularizado al ofrecer cuerpos esbeltos en poco tiempo y con el menor esfuerzo posible. Sin embargo no todo lo que reluce es oro, pues los efectos de estos regímenes en el organismo son más bien tóxicos, traduciéndose en desequilibrios nutricionales, enfermedades cardiovasculares, daños hepáticos y renales.

 

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Aprende a reconocer las dietas poco saludables

Los regímenes desequilibrados son una amenaza latente para la salud y las famosas dietas milagro que prometen adelgazar fácil y rápido, resultan muchas veces ser un fraude.
Excluir ciertos grupos de alimentos de un plan alimenticio puede provocar trastornos alimentarios, déficits nutricionales y problemas como osteoporosis, entre muchos otros.
Aprende a reconocer las dietas poco saludables, prestando atención a estos cinco factores:
1. Estas dietas prometen perder gran cantidad de peso, fácil y rápido.
2. Están prescritas por actores, diseñadores o personas famosas ajenas al campo de la nutrición.
3. Son dietas con descripciones imprecisas donde no se detallan cantidades ni raciones.
4. No hay investigaciones serias que respalden su efectividad.
5. Contienen fundamentos dietéticos refutables. Por ejemplo: una dieta que propone la eliminación de algún nutriente, no es buena para la salud.

Así que mucho ojo con las dietas milagro. ¡Recuerda que tu salud no tiene precio!
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El secreto está en ser realista

Primero, la realidad
Uno de los principales factores que influyen en que una persona persista o no con su dieta es tener metas realistas. Cuando esto no sucede, es común sentir frustración, al no alcanzar el objetivo esperado. Pero, ¿qué es una meta realista?
Según la Clínica Mayo, con una dieta a largo plazo se pueden perder una o dos libras (0,50 o 1 kilo) por semana; por lo general, se pierde peso más rápido al comienzo.
Si la idea es adelgazar una o dos libras por semana, se necesita quemar 500 a 1,000 calorías diarias más que las que se consumen habitualmente, a través de una dieta baja en calorías y actividad física.
“Cuando te fijes una meta, piensa en el proceso y en el resultado final. Hacer ejercicio en forma regular es un ejemplo de “meta de proceso”, mientras que adelgazar 30 libras (13,59 kg) es un ejemplo de “meta de resultados”. No es esencial tener un objetivo de los resultados, pero es importante establecer objetivos del proceso porque justamente la clave para perder peso está en cambiar el proceso –los hábitos-”, especifica el artículo “Perder peso: 6 estrategias para el éxito”, de la Clínica Mayo.
Para que un objetivo sea realista, debe ser:
• concreto
• mensurable
• realizable
• realista

¿Cuál es tu meta?
Por más de que cueste aceptarlo, el cuerpo de cada uno es único. Por lo que es una utopía pretender hacer dieta para “tener el cuerpo de mi actriz favorita” o “parecerme a las modelos”. No es que esté mal soñar con vernos mejor, sino que al tener expectativas prácticamente imposibles, siempre nos sentiremos frustrados. Éste es  uno de los problemas que enfrenta a diario en su consultorio el Dr. Steven A. Schnur: “Mucha gente tiene una idea en la mente de los kilos que quiere perder. Cuando les pregunto cómo establecieron la cantidad de kilos ellos me responden Es lo que pesaba en el colegio, Leí en una revista que alguien como yo debe tener ese peso o Una amiga pesa eso y se ve fabulosa. En mi opinión, todos estos razonamientos son arbitrarios. Necesitamos aprender a ser felices con nuestro propio cuerpo y deducir cuál sería nuestro peso óptimo, basados en nuestras características individuales”, escribe en su libro “La dieta realista”.

Para tener una noción realista del peso que debes perder, Dienut es tu mejor opción

 

Complementos para adelgazar

Naranja, guaraná, té verde, ácidos Omega-3, cromo, magnesio, nopal, ajo, alcachofa, cúrcuma, soja, zanahoria o achicoria son algunos de los complementos alimenticios que el nutricionista francés Michel Montignac propone como ayuda para conseguir adelgazar.
Adelgazar con la ayuda de los complementos alimenticios (Salsa Books) es el título del nuevo libro de Montignac que se une a los más de 20 que ya ha editado este experto sobre el mundo de la dieta y de un asunto que se ha convertido en una de las obsesiones de Occidente: perder peso para tener una bonita figura y parecer más joven.
Los glúcidos -alimentos ricos en la creación de azúcares en el organismo humano- son para Montignac la fuente de todos nuestros males, porque la dificultad para asimilarlos conlleva su transformación en grasas de reserva que son las que nos hacen engordar. El nutricionista francés rebate los argumentos de que el aumento de la obesidad en nuestra época se deba al sedentarismo y al consumo de alimentos hipercalóricos y de grasas de origen animal.
Comer bien, comer equilibrado es la receta de Montignac para adelgazar, pero que tiene el inconveniente de que hay que estar mirando constantemente el índice de glucemia de los alimentos para compensar el menú. Montignac no cree que con su método cocinar se convierta «en un trabajo de laboratorio» y el arte culinario devenga en una revisión constante de las tablas que incluye en su libro sobre el índice glucémico: «Es cuestión de tiempo; cuando se aprenden cuales son los alimentos que nos ayudan a nutrirnos bien, todo es mucho más fácil».
En Occidente, dice Montignac, son los países latinos quienes mejor resisten el incremento de la obesidad, y ello lo achaca al consumo de legumbres como los garbanzos y las lentejas, con una guinda que reserva para España.

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35 trucos para adelgazar sin ponerte a dieta

¿Quieres adelgazar pero no puedes ponerte a dieta? Siguiendo estos consejos no tienes que preocuparte por dietas, ni dejar de comer, son unos simples trucos que pueden ayudarte.

1. Diluye el jugo. En vez de tomarte un jugo normal, ponle la mitad de agua para diluirlo. Puedes reducir hasta 85 calorías por vaso.

2. Usa el teléfono inalámbrico. Cuando hables por teléfono, en vez de estar acostada viendo la tele, ponte a lavar la ropa (68 cal.), poner la mesa (85 cal.), regar las plantas (102 cal.), etc.

3. Mastica chicle. Se ha descubierto que estar masticando chicle sin azúcar todo el día, ayuda a elevar tu metabolismo un 20%.

4. Paga por dulces regalados. Si alguien te regala un dulce, pon una moneda de 10 pesos en un bote, después da ese dinero a alguien que lo necesite. Te va a costar más aceptar dulces “regalados” cuando en realidad estas pagando un precio por ellos.

5. Estudia la envoltura. A simple vista parece que un dulce o chocolate tiene, por ejemplo 200 calorías, pero si te fijas bien, casi todos traen dos porciones, entonces tiene el doble de calorías.

6. Toma te verde antes de hacer ejercicio. La cafeína libera ácidos grasos, haciendo que quemes grasa más rápido. Y los antioxidantes que contiene el te, junto con la cafeína, ayudan a que quemes calorías mas rápido. (si tienes presión alta, no es bueno que tomes te).

7. Evita las malteadas de dieta. Solo ahorras calorías temporalmente, porque luego te da hambre como quiera y comes más.

8. Cena en casa. Cenar en restaurantes cinco o más días de la semana puede hacerte engordar (por lo menos comes 300 calorías más por día).

9. Sustituye la mantequilla. Ponle aceite de oliva al pan en vez de mantequilla, es más saludable y te quita un poco el hambre, para que comas menos.

10. Usa linaza en polvo. La linaza es alta en fibra, te ayuda a saciarte más rápido y a eliminar calorías.

11. Aderezo bajo en calorías (20 cal. Y 1.5 grs. de grasa). Mezcla una cucharada de vinagre balsámico, ¼ de cucharita de aceite de oliva y ¾ de cucharita de mostaza.

12. Hazte un análisis de sangre. Una de cada 12 mujeres (la mayoría no lo saben) tiene algún problema en la tiroides, lo que puede causar que su metabolismo sea lento.

13. Toma mucha agua. Entre más agua tomes, es mejor para tu cuerpo, además de que te llena el estómago y te quita un poco el hambre.

14. Engaña a tus papilas gustativas. Chupar una pastilla de menta o eucalipto puede ayudar a que se te quiten las ansias de comer.

15. Sazona tus comidas. Usar mucho picante en tus comidas, te puede ayudar a dejar de comer más pronto.

16. Tómate un coctel blanco. Como el agua, la leche baja en grasa llena tu estómago, y como además contiene carbohidratos, hace que comas menos.

17. Ensalada en trozos. Corta los pedazos de lechuga, zanahoria, tomate, etc, en trozos grandes (en lugar de rallarlos o cortarlos pequeños), te cuesta más trabajo masticar pedazos grandes, entonces lo más seguro es que mastiques más y comas menos.

18. Háblale por teléfono a una amiga. Llena la desocupación con plática, no con galletas.

19. Apunta lo que comes. Escribir lo que comes te puede ayudar a tener más control, no tiene que ser super exacto, pero el escribir ayuda a más o menos saber lo que has comido en el día y controlarte.

20. Preocúpate. Las preocupaciones, angustias o tensiones de trabajo regularmente te quitan el hambre y además te hacen quemar calorías. Puedes quemar hasta 700 diarias.

21. Esconde el control remoto. Fácilmente puedes quemar 200 calorías extras al día si dejar de usar los controles y haces todo a mano (cambiarle a la tele, poner una película, abrir la puerta de tu cochera, abrir una lata, etc).

22. Usa aceite en spray. Para preparar ensaladas, pollo, pescado o pastas, usa aceite en spray, de preferencia de oliva. Una rociada de 2 segundos de aceite (spray) distribuye aproximadamente ½ cucharita de aceite, comparado con las 2 o 3 tres que le tendrías que poner si no lo rociaras. Esto te ahorra unas 100 calorías.

23. Compra en pequeñas porciones. Entre más grande sea el paquete de lo que compres de comida, más vas a comer.

24. Practica intervalos. Cuando salgas a trotar, aumenta tu velocidad en la ultima vuelta. Esto te ayuda a quemar más calorías sin alargar el tiempo que ejercitas. También ayuda a fortalecer tus músculos y huesos.

25. Mide la cantidad de comida. Es muy fácil que se te pase la mano comiendo, por ejemplo, pastas. Por eso, antes de empezar a comer, mida la cantidad de lo que vas a comer, para que no comas de más.

26. Renta una película de miedo. Cuando tienes miedo, lo más normal es que se te quite el hambre o te dé menos. Y cuando estás contenta o enojada, normalmente te da más hambre.

27. Refleja tus elecciones. Mírate en un espejo mientras estés comiendo, esto de ayudará a consumir de un 22 a un 32% menos.

28. Suelta y haz 10. Antes de que abras el bote de nieve o el chocolate que tienes en la mano, déjalo a un lado y haz 10 sentadillas o abdominales. Es muy probable que te piques y hagas más o hasta se te olvide lo que ibas a comer.

29. Huele la comida. Cuando se te antoje mucho unas galletas que acaban de preparar en tu casa, intenta esto: Concéntrate en el aroma por unos 30 segundos, luego coloca un pequeño pedazo en la punta de la lengua por otros 30. Saborear el aroma y sabor te puede ayudar a no comer más de una galleta.

30. Como sopa con pedazos de verdura. Si comes sopa con pedazos grandes de verdura, te cansas más rápido y te llenas más que si comes una crema de algo o una sopa sin pedazos.

31. Absorbe la grasa. Con una servilleta de papel puedes deshacerte de casi una cucharita de aceite (o 40 calorías y 4.5 gramos de grasa), de dos pedazos de pizza.

32. Come alimentos “pesados”. Las calorías y los gramos de grasa de la comida no es lo que te llena, sino el peso de la comida. Come menos y siéntete satisfecha con alimentospesados pero bajos en calorías (naranjas, fresas, toronjas, espinaca cocida, brócoli, etc).

33. Opta por pescado. Las diferentes variedades de pescado son ricos en omega-3 (ácidos grasos), que te pueden ayudar a quemar calorías gracias a que hacen trabajar tu metabolismo. Las personas que hacen dieta para adelgazar que incluye pescado, pierden 20% más peso que las que hacen una dieta sin pescado.

34. Inspírate. Si ya traes un buen ritmo de comer comida saludable, y no quieres salirte; puedes colocar letreritos en distintos lugares de tu casa (incluyendo el refrigerador y la despensa) con mensajes como: “Nada sabe mejor que la sensación de ser delgada”, “No te dejes vencer por una simple galleta”.

35. Toma mucha agua. La deshidratación puede alentar un 3% el funcionamiento del tu metabolismo. Debes de tomar muchos líquidos, de preferencia agua.

Información básica no exhaustiva proporcionada con fines meramente informativos. Para ahondar con mayor profundidad sobre información relativa a herbolaria, dietas, sustancias o terapias de salud natural pregunte a su médico o consulte publicaciones científicas especializadas. Dienut, no se responsabiliza de ningún daño o problema relacionado con la utilización de sustancias, dietas o tratamientos naturales, su uso será responsabilidad absoluta de quien las usa, consuma y prescriba. Consulte a su médico antes de tomar cualquier tratamiento o sustancia. La información de este sitio No sustituye la atención médica y la consulta con profesionales en el área de salud. Consulte a su médico antes de iniciar cualquier tratamiento, dieta o programa físico.

Desarrollan una hamburguesa «saludable»

Científicos de la Universidad Nacional de La Plata, en Argentina, desarrollaron una hamburguesa «saludable», libre de grasas saturadas y que fue «aprobada» ya por los consumidores infantiles, informó la prensa local.
El producto, preparado en laboratorio, está elaborado a base de carne de vacuno magra de primera calidad, con aceites de origen marino (pescado) y vegetal (girasol alto oleico).
Además, y a diferencia de las hamburguesas convencionales, no posee harinas, lo que la hace apta para el consumo por parte de celíacos.
«El producto ofrecerá a la industria de alimentos una alternativa segura, saludable y de buena calidad. Para la población será una opción para una mejor calidad de vida en todas las edades», explicó Alicia Califano, una de las integrantes del Centro de Investigación y Desarrollo en Criotecnología de Alimentos (CIDCA) de la Universidad de La Plata, a cargo de este proyecto.
La «hamburguesa saludable» superó la prueba de cuarenta niños y adultos que la degustaron y compararon su sabor, textura y calidad con las hamburguesas convencionales.
Según señalaron los científicos al diario «Clarín», de Buenos Aires, en las pruebas de degustación se determinó que el nuevo desarrollo mantiene idéntico sabor al de las hamburguesas comunes, pero son más saludables.
Califano señaló que se hicieron todas las pruebas para garantizar la industrialización y la comercialización masiva del producto en el mercado, que tendrán un costo de entre un 25 y un 40 por ciento superior al de las hamburguesas comunes.
Los científicos investigan además cómo desarrollar salchichas de carne de vacuno y de pollo magras con procedimientos similares al de la hamburguesa saludable.

Información básica no exhaustiva proporcionada con fines meramente informativos. Para ahondar con mayor profundidad sobre información relativa a herbolaria, dietas, sustancias o terapias de salud natural pregunte a su médico o consulte publicaciones científicas especializadas. Dienut, no se responsabiliza de ningún daño o problema relacionado con la utilización de sustancias, dietas o tratamientos naturales, su uso será responsabilidad absoluta de quien las usa, consuma y prescriba. Consulte a su médico antes de tomar cualquier tratamiento o sustancia. La información de este sitio No sustituye la atención médica y la consulta con profesionales en el área de salud. Consulte a su médico antes de iniciar cualquier tratamiento, dieta o programa físico.

El cambio empieza por afuera

Todo entra por los ojos

La investigación, que estuvo liderada por Brian Wansink, Director del Laboratorio Food and Brand Cornell, analizó las respuestas de 200 participantes del Desafío Nacional “comer de forma irreflexiva” (Mindless Eating, en inglés), que recibieron consejos que aludían a implementar ciertas modificaciones en su dieta según tres consignas:
1) Cambiar el entorno,
2) Cambiar los hábitos de comportamiento al comer
3) Cambiar  las opciones alimenticias.
Las personas que escucharon recomendaciones sobre el entorno, como utilizar un plato de 10 pulgadas (25 cm), cambiar de lugar el plato con dulces o acomodar las estanterías fueron quienes cumplieron mejor con la dieta, explicó Wansink, autor del libro “Comer de forma irreflexiva: Por qué comemos más de lo que pensamos”.
De hecho, bajaron entre 1 y 2 libras por mes (entre 453 y 900 gramos), por cada tip que les dieron.
Según Wansink, la razón por la que estas personas lograron adelgazar y las otras no, es la consistencia. De esto trata la “el método irreflexivo”, que se propone transformar los hábitos poco saludables en hábitos saludables, a través de una serie de modificaciones sencillas referidas a la forma de pensar y actuar con respecto a la comida.
Algunos cambios que podemos hacer en nuestro entorno:

Usa un plato más pequeño
• Mantén los alimentos con muchas calorías fuera de tu alcance
• Apaga la televisión, la computadora y el teléfono celular durante  la comida

“Este tipo de cambios son mucho más fáciles de seguir que decir que hay que comer porciones más pequeñas, sustituir dulces por frutas o dejar el chocolate y las papas fritas”, asegura Brian Wansink.

Aunque los nutricionistas probablemente no estén de acuerdo con poner la alimentación en un segundo plano, sin duda estos cambios de hábitos pueden ser muy útiles para alimentarnos de un modo saludable y mantenernos alejados de todo aquello que puede hacernos dejar la dieta.

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Daños colaterales de las Dietas milagro

Muchas personas que quieren adelgazar utilizan las denominadas dietas milagro, que por lo general se refieren a aquéllas que dicen “No comas un poco de todo”.

Estas personas adquieren diversos productos que se expenden en farmacias o también son comercializados a través de Internet o por teléfono.

La proliferación de estos productos para supuestamente poner fin a la creciente obesidad y sobrepeso es preocupante, pues está demostrado que estos productos «mágicos» pueden entrañar graves riesgos para la salud.

Los expertos resaltan constantemente la inutilidad y el peligro para la salud de las dietas milagro, frente a las que hay que anteponer una educación alimentaria que opte por una dieta equilibrada.

La efectividad de las dietas milagro deja mucho que desear, porque sus riesgos son variados. Generalmente la pérdida de peso con estos productos se basa en el efecto de la monotonía en la dieta. Pero estas dietas o bien están disociadas, y eliminan alguno de los nutrientes esenciales, o bien tienen un mero efecto placebo.

Las dietas milagro provocan graves desequilibrios nutricionales, porque no son dietas completas y carecen de todos los nutrientes necesarios, como las dietas monótonas basadas por ejemplo en la exclusión de los hidratos de carbono.

La reducción de estos necesarios aportes energéticos puede provocar trastornos de salud, desde contraer una depresión, hasta provocar patologías más serias por sobrecargar el trabajo del hígado y del corazón. Otras consecuencias en la salud de estas dietas desequilibradas, a demás de ser ineficaces a corto y mediano plazo, son los daños renales, enfermedades cardiovasculares, disminución de masa muscular y efectos psicológicos negativos, entre otras.

La dieta ideal y médicamente aceptable debe ser individualizada, personalizada y ajustada a los hábitos alimentarios de cada persona y el tratamiento correcto.

Si se trata de sobrepeso, la dieta debe proceder de un farmacéutico o un diplomado en nutrición. Si es obesidad, debe combatirse bajo control médico. Pero en ningún caso el tratamiento se puede extrapolar a otras personas.

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