Según indica un estudio elaborado por científicos españoles, mexicanos y griegos, publicado en la versión digital de la revista británica Thorax, los antioxidantes que se encuentran en los alimentos típicos de esa dieta, como el aceite de oliva, el pescado, la fruta y las legumbres, tienen un efecto beneficioso para el feto.
De la muestra seleccionada para el estudio, las mujeres que siguieron una estricta dieta mediterránea (un 66 por ciento) tuvieron, en comparación con el resto de las embarazadas del grupo, hijos más sanos y con menos síntomas asmáticos y de atopía.
Los científicos llegaron a la conclusión de que, durante el embarazo, comer vegetales más de ocho veces a la semana, comer pescado más de cuatro veces a la semana y comer legumbres más de tres veces a la semana contribuye a proteger la salud de los hijos.
Sin embargo, comer carne roja más de tres o cuatro veces a la semana podría aumentar el riesgo de las mencionadas enfermedades.
Los investigadores aseguran que los beneficios de consumir una dieta mediterránea durante el embarazo revierten en el feto, aunque advirtieron de que los resultados de su estudio «no son estadísticamente significativos».
La dieta mediterránea en el embarazo
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