El pecho es uno de los grandes atractivos del cuerpo femenino. Si quieres conseguir un busto firme y sexy, hay un abecé que no te puedes saltar. El ejercicio físico, su hidratación y la dieta serán claves para alcanzar tu objetivo.
1. Ejercicio físico. Para evitar la relajación natural del pecho hay que fortalecer los músculos pectorales y dorsales, que ayudan a su sostén con ejercicios específicos. La natación es el deporte idóneo y, sobre todo, el crol y la espalda. Evita los deportes peligrosos, con saltos (aeróbic, correr, step, etc) si no llevas una buena sujeción.
2. Dieta. Olvida las dietas milagro, perjudiciales para tu salud, y procura seguir una alimentación sana, variada y equilibrada. Se recomienda una ingesta extra de fruta, verdura y fibra. Además, beber dos litros de agua cada día previene la aparición de estrías e hidrata tu piel.
3. Hidratación constante. Se recomienda aplicar una crema nutritiva desde el pecho hasta el cuello y los hombros, al menos dos veces al día y, preferiblemente, después del baño. Extiende la crema acompañándola de un masaje con extrema suavidad. Algunos aceites vegetales (de borraja, germen de trigo, onagra…) tienen efectos protectores, revitalizantes y antiarrugas. Una vez por semana y antes del baño no está de más aplicar una mascarilla nutritiva que nutra la piel.
4. Baños con agua fría. Aunque dé escalofríos, es muy beneficioso darse chorros de agua fría en esa zona. Un masaje con un cubito de hielo revitalizará tu piel. En cambio, si te aplicas agua caliente, favorecerás la relajación de tejidos.
5. Un sujetador a tu medida. Es uno de los mejores aliados de la mujer y cada momento o actividad requerirá un sostén diferente. En líneas generales, lo importante en el sujetador es que sea de tu talla, sin aros a ser posible, cómodo y transpirable. Es recomendable como tejido el algodón y que sea elástico.
6. ¡Ojo con el sol! El pecho es una de las partes más sensibles del cuerpo a la exposición solar. Si tomas el sol en esa zona, deberás aplicarte un factor de protección solar muy elevado para evitar quemaduras.
7. Espalda recta y sacando pecho. ¡Firmes! Una postura con la espalda recta en todo momento, que impida que los pechos reposen sobre la caja torácica, es la más saludable. Recuerda que ir encorvada favorece la caída del pecho y te hace parecer más bajita. Cuida el peso, porque los cambios bruscos no son beneficiosos y no te acomplejes: saca pecho y ve erguida, tu pecho se mantendrá más firme.
8. Autoexploración. No olvides revisarte las mamas en casa periódicamente para tratar de inmediato cualquier anomalía que puedas detectar (un bulto, por ejemplo). Si rondas los 40 años, será un buen momento para iniciar las revisiones anuales en un especialista médico (tu ginecólogo, por ejemplo), que garantice el buen estado de tus pechos.