La incorporación en la dieta de algunos alimentos que pueden optimizar las defensas orgánicas frente a ciertos problemas de salud es un factor primordial y, con el tiempo, cada vez más valorado.
Si la medicina preventiva tiende a evitar la aparición de enfermedades, podría decirse que la medicina predictiva hace pie en los estudios genéticos para identificar en cada persona las propensiones constitutivas a las más diversas formas de cada enfermedad. Y a través de ello busca la individualización de los riesgos potenciales que cada persona tiene frente a una determinada afección.
Hace ya más de 15 años que los expertos sitúan a las formas de alimentación a la cabeza de los factores de riesgo tumoral. En 1984 el Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos estableció que un 35% de los tumores estaba de hecho relacionado con factores alimentarios. El primer informe global sobre dieta y cáncer, publicado en 1997 por el Fondo Internacional para la Investigación del Cáncer, no deja lugar a dudas sobre la íntima relación existente entre cáncer y dieta. Un exhaustivo trabajo elaborado por un equipo internacional de 15 científicos de nueve países deja claramente establecido que distintas modificaciones en la dieta pueden reducir la incidencia global de tumores entre un 30 y un 40%, lo que equivale a una cifra de entre tres y cuatro millones de casos anuales en el mundo.
Los factores estudiados -que aumentarían o disminuirían el riesgo de cáncer- se calificaron cada uno según fueran «convincente», «probable» o «posible». Así, afirmar que la ingestión de abundantes verduras reduce el riesgo para las personas más expuestas a cánceres de boca, faringe, esófago, pulmón, estómago e intestino, se calificó de «convincente». Para aquellos con propensión a tumores de mama, páncreas y vejiga, la relación se estableció en la categoría «probable» y para los casos de cánceres de ovario, útero y tiroides, como «posible».
Los científicos del Instituto de Biociencia y Tecnología de la Universidad de Texas arribaron a la conclusión de que las dietas ricas en verduras, frutas de todo tipo, cereales y también soja pueden ayudar a los hombres a prevenir el tan temido cáncer de próstata, que es actualmente la segunda causa de muerte en la población masculina.
Se insiste mucho en la importancia de consumir fibra. ¿Es realmente vital?
Un folleto titulado «Guía Dietética para los Americanos», publicado por el Departamento de Agricultura y el de Salud y Servicios Sociales de Estados Unidos ofrece el siguiente consejo: «Consumir alimentos ricos en fibra logra reducir los síntomas de la constipación, la diverticulosis y varios tipos de irritación intestinal». Cabe agregar que existe gran cantidad de trabajos que sostienen la relación entre el cáncer de colon y las dietas pobres en contenido de fibras.
Otras investigaciones han indicado que algunos componentes de fibra solubles en agua contribuyen a reducir los niveles del colesterol en la sangre, lo cual constituye un importante factor de prevención para el desarrollo de afecciones cardíacas.
Se habla de las ventajas del aceite de oliva cuando el colesterol está alto. ¿Existen certezas científicas en esta creencia?
Sabemos hoy que existen dos tipos de colesterol: el representado por las lipoproteínas de baja densidad (LDL) y el constituido por las lipoproteínas de alta densidad (HDL). El primero es el popularmente conocido como «colesterol malo», porque se deposita en las paredes de las arterias, y el segundo es el «colesterol bueno», porque ejerce una acción de barrido favorable para el mantenimiento de una buena condición en la intimidad de los vasos sanguíneos.
Como lo ideal es mantener niveles elevados de esta segunda fracción del colesterol, el aceite de oliva -que es muy rico en ácidos grasos monoinsaturados y tiene un elevado contenido de ácido oleico- es capaz de reducir el colesterol total y el LDL, y esto sin afectar al que interesa mantener en valores relativamente altos, es decir, el «bueno».
Como es obtenido de la pulpa del fruto de la oliva -a diferencia de todos los otros que son derivados de semillas- este aceite tiene un alto contenido de vitamina E (que ejerce una función antioxidante) y de provitamina A (que, entre otras actividades, refuerza el sistema inmunológico).
¿Existen alimentos preventivos para las personas propensas a los problemas coronarios?
Una dieta incluye nutrientes que se comportan como antioxidantes naturales y como tales juegan un papel importante en la prevención de la arterioesclerosis y de los trastornos cardíacos emparentados.
Son válidos los conceptos expuestos en relación con la búsqueda de normalizar los niveles de colesterol y la provisión de frutas en todas sus variedades, verduras y alimentos ricos en vitaminas y minerales. Los granos enteros, las harinas integrales, los huevos, la leche, las carnes de pescado y ave (sobre las rojas), son alimentos particularmente efectivos en la prevención de este tipo de afecciones.
¿Qué dieta es recomendable frente a la osteoporosis?
La leche descremada es un excelente alimento para un elevado aporte de calcio, mineral fundamental en la determinación de esta afección. Una taza de leche descremada aporta 300 miligramos de calcio, sólo 86 calorías y la ventaja adicional de la vitamina D, factor que favorece la absorción del calcio. Otras buenas fuentes son el yogur, las sardinas enlatadas, el salmón y todos los quesos de bajo tenor graso.
¿Qué alimentos suelen recomendarse para trastornos como las alergias y el asma?
Son varios. La cebolla, por ejemplo, previene las alergias por su contenido de queratina. La miel -en el caso de que no se filtre, esté prensada en frío o sea virgen- tiene propiedades antibacterianas (y las bacterias son agravantes de la alergia, como ya lo han demostrado numerosas investigaciones). Por otra parte, el té sabe ser un excelente dilatador de los bronquios.
El limón ha recibido excelente prensa como alimento curativo.
¿Quiénes son los más beneficiados al incorporarlo al régimen alimenticio?
Los componentes del limón no se agotan en su reconocidos aportes de vitamina C. Además posee ácidos beneficiosos para el organismo y es altamente recomendado en la hipertensión arterial, en las afecciones que comprometen al corazón y los vasos sanguíneos. También como agente preventivo de la formación de cálculos vesiculares y en la diabetes, precisamente porque evita las complicaciones arteriales.
Dietética y Medicina Preventiva
La alimentación puede y debe cumplir -además de su rol fundamental de asegurar el mejor estado nutricional- un papel muy significativo en la adecuada indicación de diversos tipos de alimentos seleccionados para cada individuo, conforme a sus particulares necesidades y basado en sus virtudes preventivas de ciertas patologías. Existen muchos alimentos que son de por sí buenos para todo el mundo, mientras que otros resultan óptimos para distintos grupos de individuos.
Hoy se abre un nuevo camino en la forma de encarar la prevención de las enfermedades. Y la dietética preventiva (dienut) ocupa allí un lugar de privilegio.