Para empezar ante todo es la comida que rompe un ayuno de 8-10 horas, por lo que provee al organismo la energía para poder llevar adelante las actividades de la primera parte del día.
El rendimiento escolar, tanto físico como intelectual, se ve influido por el aporte de nutrientes que recibe el organismo. Al respecto, varios estudios han demostrado que los niños que desayunan adecuadamente tiene mejor rendimiento escolar que aquellos que no lo hacen.
Se han observado mejorías en la capacidad de concentración, atención, memoria y por lo tanto, en los procesos de aprendizaje. Además, a través de este tiempo de comida podemos proveer de nutrientes fundamentales para el adecuado crecimiento y desarrollo de los niños, como calcio y proteínas.
Otro beneficio es que un buen desayuno ayuda a llevar una alimentación mas equilibrada y completa a lo largo del día. En el caso de los niños, el no desayunar los predispone a consumir, en los recreos o entre horas colaciones inadecuadas e innecesarias como golosinas y snaks ricos en grasas y calorías.
Un desayuno equilibrado y completo por ejemplo sería aquel que incluye lácteos, cereales y frutas. Dentro de los lácteos la leche es el principal representante. Esta puede ser preparada en infinidad de formas: infusiones, licuados, postres, con saborizantes, etc. También podemos reemplazarla por yogurt o trozos de queso.
Podemos incorporar cereales dentro de los cuales podemos elegir copos de maíz o panes de diversos tipos, budines o galletitas tanto saladas como dulces simples.
Con respecto a las frutas se pueden incorporar frescas en trocitos, en jugos o licuados.