Una buena nutrición es esencial para la salud, sin embargo, muchos adultos mayores no comen bien.
Las personas de la tercera edad tienen mayor probabilidad que los jóvenes y adultos de tener una nutrición inadecuada y son más susceptibles a padecer numerosos problemas de salud relacionados con la alimentación.
Con el tiempo, la desnutrición en los adultos mayores puede conducir a varios problemas como: fatiga, aumentar el riesgo digestivo, de pulmón y problemas del corazón, dar lugar a un recuento bajo de glóbulos rojos (anemia), debilidad muscular , conducir a caídas y fracturas, causar coágulos de sangre, llagas en la cama y depresión, entre otros.
Las personas de la tercera edad malnutridas, están en mayor riesgo de muerte, pues su sistema inmunitario se va debilitando y aumenta su riesgo de contraer enfermedades como neumonía y otras infecciones graves.
Una buena nutrición es especialmente importante para las personas mayores que tienen demencia, pues son vulnerables a complicaciones post-intervención y otros problemas relacionados con la mala nutrición.
A primera vista, las causas de la malnutrición en la tercera edad parecen sencillas: escasa alimentación, una dieta carente de nutrientes, mala absorción o mala digestión u otros problemas relacionados con el envejecimiento. No obstante, las causas de la malnutrición suelen ser más complejas.
Los adultos mayores, incluso aquellos que son enérgicos y autosuficientes, a menudo no cocinan por sí mismos y su típica cena puede consistir solamente en un puñado de palomitas de maíz o una taza de té. Muchas veces la compra y preparación de alimentos se les dificulta a estas personas, lo que refuerza la tendencia a subsistir con alimentos fáciles de preparar pero carentes de nutrientes, tales como pan tostado, cereal frío o galletas de soda.
Una dieta pobre en nutrientes, realizada durante un largo tiempo, acelera la pérdida de masa muscular y disminuye la fuerza. Finalmente, la falta crónica de alimentos conduce a un aumento de la fragilidad, la dependencia y la enfermedad, que a su vez pueden desencadenar depresión y una importante pérdida del apetito.
Identificar los problemas dietéticos tan pronto como sea posible y tomar medidas para que el adulto mayor coma bien, puede hacer una gran diferencia más adelante.
Conocer las causas y signos de peligro de los problemas de nutrición, así como la adopción de medidas para garantizar al organismo los nutrientes necesarios, es fundamental en el mantenimiento de la salud y la fuerza de los adultos mayores.