5 Desayunos adelgazantes

Rebanadas de pan con huevo

El pan no está completamente fuera de los límites si estás contando calorías: una rebanada de pan tostado con 2 huevos escalfados pequeños equivale a alrededor de 188 calorías. Así que llena un delicioso desayuno con menos de 200 calorías.

Té o café con un sándwich vegetal

Una infusión, un sándwich vegetal con pan integral, lechuga, tomate y queso fresco (30 gramos) bajo en grasas. Un desayuno ideal para cuidar tu línea de manera saludable, ya que esta combinación te aporta pocas calorías con muchos nutrientes, como minerales y vitaminas.

Huevos revueltos con pimiento

Ingredientes

  • 4 huevos medianos.
  • 1 pimiento rojo.
  • 1 pimiento verde.
  • 1 pimiento amarillo.
  • 2 dientes de ajo.
  • 50 ml de nata líquida.
  • 1 ramita de perejil.
  • Aceite de oliva.
  • Pimienta.
    Sal.

Preparación

  1. Corta los pimientos en tiras, el ajo pelado en láminas y pica el perejil.
  2. Pon una sartén al fuego con un poco de aceite y, cuando se caliente, añade el ajo y los pimientos. Tapa y sofríelos 10 o 15 minutos removiendo varias veces. Escúrrelos y salpimienta.
  3. Bate los huevos con la nata y una pizca de sal y pimienta. Cuájalos en una sartén antiadherente con una cucharadita de aceite a fuego muy lento sin dejar de remover en ningún momento.
  4. Mezcla el revuelto con los pimientos y corona el plato espolvoreándolo con perejil por encima.

Granola casera con yogur

La granola comprada en la tienda puede tener un alto contenido de azúcar y calorías. Entonces, ¿por qué no hacer tu propia versión para tener como un sabroso desayuno? Combina la avena, el coco en hojuelas, las almendras, las nueces, las semillas de girasol, las frutas secas y el salvado de avena en un tazón con miel y luego hornea durante 20 minutos hasta que estén doradas.
De esta manera, sabes exactamente lo que estás consumiendo, ¡así que no hay azúcares secretos de los que preocuparte! Dos cucharadas de yogur descremado o natural y una pequeña porción de granola tienen alrededor de 156 calorías.

Yogur griego con manzana

El yogur natural al estilo griego es una excelente opción baja en grasas para las mañanas. Cubre 25 g con un kiwi picado y manzana, puedes agregar algunos frutos secos también para conseguir un desayuno con menos de 200 calorías.
 

Alimentos con betacaroteno

Seguro que ya escuchaste esta palabrota “betacaroteno” en algún sitio. Este pigmento de color amarillo o naranja, presente en algunos alimentos como la zanahoria o la rucula, es más importante para nuestro organismo de lo que te puedes imaginar.

Su consumo es capaz de ayudar en la lucha contra el colesterol, proteger contra formación de tumores, evita el envejecimiento precoz, entre otros innúmeros beneficios que te contaré a continuación:

En la naturaleza, el betacaroteno funciona como un protector contra las adversidades, desde cambios bruscos en la temperatura hasta falta de nutrientes y agua. Dentro del nuestro organismo funciona casi igual.

Para empezar es un importante antioxidante, combate los temidos radicales libresresponsables por el envejecimiento de nuestros órganos. Esta sustancia también es buena para evitar enfermedades del corazón.

El betacaroteno también impide que la grasa se fije en las paredes de los vasos sanguíneos, responsables por el aparecimiento del colesterol y atascos en las venas que pueden inducir a un infarto.

Comidas ricas en betacaroteno protegen nuestras células de la formación de tumores, pero cuidado, altas dosis de esta sustancia pueden lograr el efecto reverso. La recomendación indicada es de 4 miligramos por día.

El betacaroteno es capaz de convertirse en vitamina A siempre que tu organismo necesite. Esta vitamina evita problemas de visión y mejora la apariencia de la piel, además de fortalecer el sistema inmunológico, ya que funciona en la formación de diversas células, entre ellas las de defensa.

Puedes encontrar betacaroteno en alimentos de origen animal como el hígado, también en la yema del huevo, mango, el albaricoque, la calabaza y las verduras de hoja verde.

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Síntomas de alergia al huevo

Como ya hablamos en las alergias comunes de los primeros años de vida, una de las que se presenta con cierta frecuencia es la alergia al huevo, la cual es muy desconocida. Esta alergia es una manifestación de rechazo a la proteína albúmina que contiene el huevo y produce varios trastornos.

Veamos algunos de sus síntomas.

Recordemos que esta alergia debe tener una dieta mucho más estricta que las demás porque no sólo basta con eliminar el huevo de nuestra alimentación, sino también de la preparación de nuestra comidas.

La alergia al  huevo puede ser tanto por la yema como por la clara, aunque es frecuente que lo sea más por la primera que la segunda.

Entre los síntomas tenemos:

1. En la piel: hinchazón, urticaria, picazón, aparición de manchas en los párpados, pómulos y labios.

2. Respiratorios: dificultad para respirar, crisis similares al asma, la rinitis y afectación de laringe.

3. Estomacales: dolor en el estómago, diarrea y vómitos, lo que lleva a migrañas e imposibilidad para dormir.

Ante la persistencia de esto síntomas después de la ingesta de huevo, sobre todo la combinación huevo + leche, se debe consultar al médico de inmediato.

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Intolerancias y alergias alimentarias

 ¿Qué diferencia hay entre alergia alimentaria e intolerancia alimentaria?

Las reacciones adversas a los alimentos se confunden frecuentemente con las alergias alimentarias. En muchos casos, dichas reacciones se deben a algún otro factor – quizás una intoxicación alimentaria, una aversión psicológica a un alimento, o una intolerancia a un ingrediente de un alimento.

La alergia alimentaria es una forma específica de intolerancia a un alimento o uno de sus componentes, que activa el sistema inmunológico. Un alérgeno (proteína del alimento causante, que en la mayoría de la gente no produce reacciones adversas) provoca una serie de reacciones en cadena en el sistema inmunológico, entre ellas la producción de anticuerpos. Dichos anticuerpos provocan la segregación de sustancias químicas, como la histamina, que produce varios síntomas, como picor, moqueo, tos o trastornos respiratorios. Frecuentemente, las alergias a los alimentos o a sus componentes se heredan, y normalmente se identifican en los primeros años de vida.

La intolerancia alimentaria afecta al metabolismo, pero no al sistema inmunológico del cuerpo. Un buen ejemplo es la intolerancia a la lactosa, que se da en ciertas personas por la carencia de una enzima digestiva llamada lactasa, que descompone el azúcar de la leche.

Síntomas de las reacciones alérgicas a los alimentos:

Respiratorios:

  • Moqueo o congestión nasal
  • Estornudos
  • Asma (dificultad para respirar)
  • Tos
  • Sibilancia

Cutáneos:

  • Inflamación de labios, boca, lengua, cara y/o la garganta (angioedema)
  • Urticaria
  • Erupciones o enrojecimiento
  • Picazón (prurito)
  • Eczema

Gastrointestinales:

  • Dolor abdominal
  • Diarrea
  • Náuseas
  • Vómitos
  • Cólicos
  • Hinchazón

Sistémicos:

  • Shock anafiláctico (shock generalizado grave)

 ¿Qué alimentos suelen causar alergias alimentarias?

Aunque se pueden dar reacciones alérgicas a cualquier alimento o componente del mismo, algunas se dan con mayor frecuencia que otras. Los alérgenos alimenticios más comunes son la leche de vaca, los huevos, la soja, el trigo, los crustáceos, las frutas, los cacahuetes y los frutos secos, como las nueces.

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.Intolerancia alimentaria

La intolerancia alimentaria puede tener síntomas similares a los de una alergia (entre ellos náuseas, diarrea y dolor abdominal), sin embargo el sistema inmunológico no interviene en las reacciones que se producen de la misma manera. La intolerancia alimentaria se da cuando el cuerpo no puede digerir correctamente un alimento o uno de sus componentes. Mientras que las personas que tienen realmente alergias alimentarias necesitan generalmente eliminar el alimento causante de su dieta, las personas que sufren una intolerancia pueden consumir pequeñas cantidades del alimento o del componente alimenticio, sin que se den síntomas, excepto en el caso de personas que sean sensibles al gluten o al sulfito.

 ¿Cuáles son las causas más comunes de la intolerancia alimentaria?

Las dos causas más comunes de las intolerancias alimentarias son la lactosa y el gluten.

¡Cuidado con el huevo!

 
 
 
¿Sabías que un huevo contaminado puede infectarte con salmonella? Pues sí – al igual que la carne molida o el pollo – el huevo, si no se manipula con el cuidado necesario, puede perjudicar seriamente tu salud. Pero antes de que los elimines de tu dieta, aquí te contamos qué cuidados debes tener para no te enfermes.
Duros, fritos, poche o crudos, en forma de omelettes o tortillas, o como parte de innumerables recetas — desde frituras hasta panetelas — los huevos son parte de una dieta variada y balanceada. Además de ser deliciosos, los huevos son muy nutritivos y fáciles de digerir, contienen proteínas, son ricos en vitaminas y minerales y si bien han sido acusados de aumentar el nivel de colesterol, esta idea ha sido puesta en duda y todavía sigue el debate al respecto.
Sin embargo, a pesar de que son una fuente de importantes nutrientes para el organismo, también pueden transmitir enfermedades e infecciones como la salmonella, que es una de las principales causas de las enfermedades transmitidas por alimentos.
Hay que tener cuidado, porque aunque el huevo tenga una apariencia perfectamente normal tanto en la cáscara como en su parte interior, puede tener salmonella, un grupo de bacterias que también se encuentra en las carnes crudas de res o de ave, así como en las frutas y en los vegetales sin lavar.
Si una persona contrae estas bacterias, puede sufrir náuseas, vómitos, diarrea, dolor abdominal y fiebre. Si la persona está en un buen estado de salud, estos síntomas duran unos pocos días (por lo general al cabo de una semana ya deben haber desaparecido). En cambio, las mujeres embarazadas, los niños pequeños, las personas de edad avanzada y quienes tienen enfermedades crónicas o el sistema de defensas debilitado corren más riesgos.
Aunque muchas personas pueden recuperarse de la infección sin recibir ningún tratamiento, en ciertos casos más severos es necesario combatirla con antibióticos, ya que si la infección que provoca la salmonella pasa de los intestinos al torrente sanguíneo y desde allí a otras partes del cuerpo, puede ser muy peligrosa y hasta provocar la muerte.
Lo bueno es que todo esto puede evitarse. ¿De qué manera? Aprendiendo a manipular los huevos correctamente desde el momento mismo en que los compras hasta que terminan en el plato. A continuación te damos algunas recomendaciones para que los huevos sean un alimento seguro:

  • Compra los huevos en lugares donde los mantengan refrigerados y abre el envase de cartón para asegurarte de que están limpios y que no estén rotos.
  • Una vez en casa, refrigéralos rápida y adecuadamente (a una temperatura de 40º F o 4º C) hasta que los vaya a consumir, antes de que pasen las tres primeras semanas luego de haberlos comprado.
  • Almacena los huevos en su envase de cartón original, mantenlos limpios y desecha los que estén agrietados o sucios.
  • Cuando manipules los huevos, lávate las manos y todas las superficies que hayan estado en contacto con los huevos crudos, como los utensilios, los platos y las tablas de cortar. Luego, guarda rápidamente en el refrigerador los huevos que no vayas a usar o los sobrantes que contengan huevos.
  • Cocina bien los huevos, hasta que la clara y la yema estén firmes. Los huevos revueltos no deben quedar acuosos y las recetas que contienen huevos mezclados con otros alimentos deben cocinarse a una temperatura interna de 160º F o 71º C.
  • Cuando la preparación incluya huevos crudos o a medio cocinar al momento de servir (como el aderezo para ensaladas César, por ejemplo), usa huevos en cáscara o productos a base de huevo pasteurizados.
  • Come los huevos inmediatamente después de cocinarlos y no los dejes calientes o a temperatura ambiente por más de 2 horas.
  • Los huevos y los platos que contengan huevo, como quiches y soufflés, pueden ser refrigerados para servir posteriormente (durante los 3 o 4 días posteriores), pero se deben recalentar completamente antes de servir, a 165º F o 74º C. En el caso de los huevos duros (con o sin cáscara), no los consumas luego de 1 semana de haberlos cocinado.
  • En los restaurantes, evita las comidas hechas con huevos crudos o cocidos ligeramente, sin pasteurizar.
  • Cuando estés de viaje o al aire libre, conserva los huevos cocidos en una nevera con aislamiento térmico y con suficiente de hielo o bolsas de gel refrigerante, para mantenerlos fríos, y no coloques la nevera en el maletero (baúl, cajuela) del auto, sino dentro del compartimento para pasajeros, con aire acondicionado.
  • Si quieres llevar huevos cocidos al trabajo o a la escuela, guárdalos con una bolsa pequeña de gel refrigerante o con una caja de jugo congelada.

Con estos sencillos cuidados ya estás listo(a) para comer tranquilo tu receta favorita con huevos, sin que estos perjudiquen tu salud.

Espinacas con huevo

 
 
 
INGREDIENTES:
 
500 g de espinacas congeladas
2 huevos
1 cucharada de pasas de Corinto
2 quesitos en porciones
2 cucharadas de aceite de oliva
 
 
PREPARACION:
 
Poner las pasas en remojo con agua tibia. Cocer las espinacas en agua con sal (no hace falta descongelar previamente) durante unos minutos y dejar escurrir bastante bien (incluso apretándolas con un tenedor) para que suelten todo el agua.
 
 
En un sartén poner las dos cucharadas de aceite y rehogar las espinacas con las pasas. Colocar las espinacas en una fuente resistente al horno, previamente engrasada para evitar que se pegue la verdura.
 
 
Echar encima los dos huevos enteros, esparcir los quesitos troceados y salar al gusto. Introducir en el horno precalentado a 200º C hasta que las claras estén cuajadas, pero sin dejar que las yemas se endurezcan. Sacar inmediatamente para evitar que se reseque y servir caliente.
 
 
Nota:
Este plato es muy fácil de preparar, salvo para lograr el punto óptimo de los huevos en el horno, con la clara hecha y la yema blanda; abrid el horno de vez en cuando para ir comprobando la dureza de la clara.

 

Nutrientes de la clara y la yema del huevo.

 
 
 
El huevo es el único alimento que nos permite separar perfectamente su parte grasa de su parte proteica y no es tan raro consumir la clara y la yema de huevo separadas en preparaciones, por eso, hoy también diferenciamos los micronutrientes de estas dos porciones que el huevo nos ofrece.
 
Si nos referimos a minerales, en la yema de huevo encontramos potasio, fósforo, hierro y calcio como protagonistas, aunque también ofrece pequeñas cantidades de magnesio, sodio y selenio. No debemos olvidar que la yema es la parte grasa y por lo tanto también es la porción que ofrece colesterol.
 
En la clara de huevo no encontramos nada de grasa y sólo nos ofrece proteínas, los minerales que abundan en esta porción son el sodio y el potasio principalmente, pero si nos referimos a las vitaminas en la clara sólo encontramos pequeñas proporciones de vitaminas del complejo B mientras que en la yema de huevo abunda el ácido fólico, el retinol o vitamina A y también contiene vitamina D, E y carotenos.
 
Claramente la porción menos calórica y magra como es la clara de huevo posee menos micronutrientes que la yema de huevo en la cual se encuentran variadas vitaminas y minerales en mayores cantidades. Por lo tanto, no debemos erradicar esta porción por sus grasas de la dieta, sino que si queremos aprovechar los nutrientes del huevo lo mejor será incluir la yema al menos unas 3 veces cada semana en nuestra mesa.