¿Qué es la carne orgánica?

Después de las hortalizas frutas orgánicas  – alimentoscultivados sin el uso de productos químicos – se hace cada vez más popular también el consumo de  carne orgánica.

El consumo consciente de alimentos gana cada vez más adeptos dispuestos a lo que sea en nombre de una dieta sana libre de sustancias nocivas a la saludy también al medio ambiente.

La “fiebre orgánica” que había invadido las huertas, llega ahora también a los ganaderos y promete ventajas nutricionales en la carne que ponemos en nuestro plato. Conozca lasventajas de la carne orgánica.

La carne orgánica es oriunda de animales que, desde su nacimiento, consumen pienso con materias primas libres de productos químicos, plaguicidas, abonos químicos, antibióticos o hormonas de crecimiento. Estos animales, que serán futuras piezas de carne orgánica, no reciben nada sintético en su organismo, salvo las vacunas obligatorias.

Si se ponen enfermos, son tratados con productos homeopáticos o fitoterápicos. Incluso el cuidado con estos animales es parte importante del proceso; deben vivir libres, en sitios con sombra, agua fresca y el transporte hasta el matadero no puede ser estresante para el ganado.

Cuanto a los nutrientes, parece que los animales creados libremente, en mejores condiciones y con una dieta natural tienen mejor aporte nutricional que los tradicionales. El pollo orgánico, por ejemplo, según una pesquisa hecha por la Universidad Metropolitana de Londres, demuestra que tienen 25% menos grasas saturadas que el pollo normal. Tiene mayor concentración de Omega 3, cerca de 38% más.

En relación a la leche proveniente de animales orgánicos, algunos estudios realizados en Italia, señalan un aumento de 68% en los niveles de Omega 3 y otro aumento razonable de vitamina E y de betacaroteno.

Cuanto al sabor, gusto no se discute, pero no hay grandes diferencias para los apreciadores de un buen corte de carne.

El dilema sigue siendo siempre el mismo ¿realmente merece la pena gastar más dinero en los productos orgánicos?

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Algunas grasas y sus beneficios

Las grasas trans (producto creado por el hombre modificando los aceites vegetales) desde hace algún tiempo se sabe que existen unas grasas que producen efectos beneficiosos en el organismo. Estas “grasas buenas” ingeridas en las cantidades recomendadas (tan perjudicial es abusar como quedarse corto), pueden ayudar a controlar y mejorar determinadas enfermedades. Así como se ha comprobado que las grasas saturadas incrementan el nivel decolesterolen sangre y el riesgo de problemas cardíacos coronarios, parece evidente que si éstas se sustituyen por grasas monoinsaturadas naturales como el aceite de oliva o por grasas poliinsaturadas, como el de girasol, se reduce de forma llamativa el colesterol.
La vitamina E protege contra los padecimientos de corazón y la arteriosclerosis, y las grasas insaturadas son una de sus mayores fuentes. De hecho, es una de las razones por las que se cree que en los países mediterráneos (donde se consume mayor cantidad de aceite de oliva) hay un porcentaje menor de enfermos coronarios.
Las llamadas aceites Omega-3 y Omega-6. Se encuentran presentes en grandes cantidades en los llamados pescados azules. Al contrario que hace algunos años, su consumo se recomienda por los efectos beneficios que producen estas grasas en el organismo. Los aceites vegetales, que aportan una buena cantidad de Omega-3, son altamente recomendables porque protegen contra el cáncer de mama, de intestino y de páncreas.

En los animales, los ácidos grasos poliinsaturados que contienen los pescados les impiden el desarrollo de tumores. Sus beneficios no se quedan aquí porque, según recientes estudios, también favorecen la memoria. Así se desprende de una investigación realizada con niños en edad escolar, a quienes se les suministró una dieta rica en Omega-3 y en quienes se observó una mejora en su rendimiento.

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El Omega-6 se deriva del ácido linoleico que se encuentra en los aceites vegetales como el de oliva o el de girasol y es necesario para la formación de las células del organismo y para producir unas sustancias similares a las hormonas llamadas eicosanoides, que previenen la inflamación y controlan el flujo sanguíneo.
La artritis, el asma y otras enfermedades relacionadas con el sistema inmunológico están también relacionadas con esta grasa poliinsaturada.

La recomendación es no rechazar las fuentes naturales de estas grasas. Mantener una dieta variada en la que intervengan alimentos de todos los grupos y de diferentes procedencia. Tradicionalmente en España se han consumido los alimentos mencionados, y las variaciones en la dieta han sido producidas muchas veces por intereses comerciales más que sanitarios.

La sardina: Tu dosis de Omega 3

Hoy toca pescado, pero esta vez dale la oportunidad a las sardinas, un básico de la cocina mediterranea que además son muy fáciles de conseguir, de preparar y muy baratas. Si normalmente consumes blanco del niño, huachinango o atún, te proponemos alternarlos con esta otra variedad, así ganarás en sabor, versatilidad y en beneficios.

Este pescado es muy rico en ácidos grasos Omega 3 que, como sabes, son parte importante de la salud cardiovascular. Los Omega 3 previenen arritmias, aumentan el colesterol bueno, disminuyen los trigliceridos y reducen el riesgo de muerte súbita. Se ha visto que las personas que los incluyen en su dieta, por lo menos dos veces a la semana, tienen menor riesgo de sufrir infartos.

Otro de los beneficios que se han encontrado en los Omega 3, es la disminución significativa de la rigidez y el dolor en las articulaciones en pacientes con artritis. También ayudan a evitar la depresión y son excelentes para las embarazadas y el desarrollo visual y neurologico de los bebes.

Pescado poderoso

Grasa buena aparte, las sardinas son ricas en vitamina D una muy dificil de encontrar en alimentos, encargada de la absorción y regulación y regulación del calcio y fosforo en la sangre y de fortalecer nuestros huesos y dientes. De acuerdo con el journal of the amercian college of cardiology, la deficiencia de vitamina D es un importante factor de riesgo para el desarrollo de enfermedades cardiovasculares.

La Amercian Heart Association recomienda comer pescado, especialmente los azules, justamente como la sadrina, por lo menos dos veces a la semana. La porción ideal es de 3/4 de taza, sin escamas. Puedes comprarlas frescas o las que vienen enlatadas, que son más faciles de conseguir, sólo cuida que no estén en aceite, para no aumentar su valor calórico. Procura cocinarlas a la parrilla o a la plancha, porque un exceso de grasa, al freir, resultaria contraproducente con una dieta saludable.

Como ves aunque pequeñas y delgadas, el potencial de las sardinas es inmenso y pocas veces valorado, además de que las encuentras todo el año en el estante de cualquier supermercado. Disfrútalas como entrada o como platillo principal.