9 formas de estar más saludables

No se trata de aplicarlas todas al mismo tiempo, pero sí de empezar ya.

Buscar una buena salud es mucho más fácil de lo que parece. Es la suma de pequeños esfuerzos, de algunos cambios en el estilo de vida, de mirar con otros ojos hábitos que parecen inalcanzables. No se trata de amanecer un día convencido de aplicar todos los consejos de un golpe. Quizá sea más efectivo empezar por los más urgentes, o por los que más nos agradan y luego, ejercitar la voluntad.
1.- Calcula tu edad real ¿Sabes cuántos años tiene tu cuerpo? El sitio de internet realage.com ofrece un test para calcular la edad real de una persona, es decir, la edad biológica que verdaderamente tiene nuestro cuerpo (basada en el uso y cuidado que le hemos dado) y no la que dice el acta de nacimiento. Hoy es un buen día para empezar a ser más joven.

2.- Respira aire puro  Más de la mitad de las personas que fuman actualmente (unos 650 millones) morirán eventualmente a causa del tabaco. Dejar de fumar es uno de los logros más grandes que puedes aquilatar en el terreno de la salud. Sin embargo, sólo un 2% de los adictos puede dejarlo sin ayuda. La cifra sube a 80 si se recibe ayuda integral (por ejemplo, en una clínica de adicciones). Dejarlo brinda una sensación de libertad que no se compara con nada.
3.- Quítate un par de años  Comiendo frutas, verduras y cereales. Ingerir entre 25 y 40 gramos de ?bra diarios es sencillo y tiene enormes repercusiones en tu salud (actual y futura): funciona como una protección contra la diabetes, el estreñimiento, regula tus ciclos digestivos, entre otros bene?cios. Si lo vuelves un hábito, puedes llegar a sentirte hasta 2.5 años más joven.
4.- Trabaja… en un hobby  México ocupa el sitio número 19 en la lista de los países más estresados del mundo y el segundo lugar en Latinoamérica. Los síntomas del estrés: ansiedad, miedo, irritabilidad, taquicardia, dolores de cabeza, cuello o espalda. Se recomienda, además de tomar todo con más calma, tener un hobby muy distinto al trabajo.   5.- Mantente en movimiento  Media hora de caminata diaria basta para prevenir enfermedades cardiovasculares, diabetes, glaucoma (caminar reduce la presión ocular), quemar calorías, sentirse mejor con uno mismo… y ganar años de vida. Un cálculo realizado por The Washington Post, basado en estudios publicados por la revista Archives of Internal Medicine, demostró que una caminata de media hora diaria, durante 12 años, es capaz de alargar 1.3 años la vida de una persona.
6.- Larga vida a tu corazón  Embolias y paros cardiacos pueden ser ocasionados por la hipertensión. Según el College of Family Physicians of Canada, para conservar en buen estado nuestra red vascular es necesario: mantener un índice de masa corporal debajo de los 25, limitar el consumo de sodio (sal) y alcohol, evitar la grasa y el colesterol. Después de cumplir los 18, es recomendable medirse la presión al menos una vez cada dos años.
7.- Administra tus latidos  De la mano de una buena alimentación se encuentra la actividad deportiva. El objetivo es aumentar la actividad cardiaca, basados en el Target Heart Rate (THR). Según la Universidad de Pardue, nuestros órganos y músculos responden dependiendo de la demanda. Una actividad física periódica provoca mayor oxigenación, una mejor labor cardiovascular y un mayor consumo de calorías. Para obtener nuestro máximo THR se toma como cifra inicial 220, luego se le resta nuestra edad. Esa cifra se multiplica por .60 y por .85. Ése es el rango de latidos por minuto óptimo para ejercitarse.
8.- Cuida tu salud mental  La Asociación Nacional de Salud Mental y el National Council for Community Behavioral Healthcare, ambas instituciones estadounidenses, recomiendan, en primer lugar, aprender a cuidar la autoestima (evitar la autocrítica excesiva, fomentar el respeto y la amabilidad, aprender a poner límites); practicar ejercicios de meditación; poner siempre en perspectiva los problemas; evitar la monotonía. Todo esto para llevar una vida más tranquila y en equilibrio.
9.- Ponle “nombre” al sentimiento  Estudios llevados a cabo en la Universidad de California demuestran lo que la mayoría de las mujeres han sabido desde siempre: hablar de nuestros sentimientos es bueno y liberador: ya sea con amigos, familiares, psicólogo, incluso empezar un diario, el chiste es verbalizar los sentimientos. “Nombrar nuestros sentimientos, ponerles ‘etiqueta’, por así decirlo, tiene efectos terapéuticos en el cerebro –explica el psicólogo Matthew D. Lieberman, académico de la UCLA y encargado de conducir la investigación–. Desactiva el trabajo de la amígdala que frente a sentimientos negativos detona una cascada de reacciones químicas”. La verbalización automáticamente lleva el proceso emocional a una zona del cerebro asociado al procesamiento lingüístico de las emociones (sin reacciones instintivas secundarias).