Siempre hemos escuchado que los suplementos vitamínicos nos ayudan a prevenir enfermedades, nos proporcionan energía, estimulan funciones cerebrales, nos ayudan a atenuar los efectos del envejecimiento, entre muchos otros beneficios.
Estamos familiarizados con las bondades que nos brindan las vitaminas, pero pocos conocemos la otra cara de la moneda, es decir su lado oscuro.
Resulta que ahora se escucha hablar con frecuencia del riesgo que entraña tomar algunas vitaminas y minerales. Se han realizado muchos estudios sobre los efectos perjudiciales que éstos pueden tener para la salud, cuando se consumen sin prescripción o en exceso.
La falta de vitaminas ocasiona “avitaminosis”, mientras que el abuso de éstas puede provocar lo que se conoce como “hipervitaminosis”, pudiendo incluso conducir a un desenlace fatal.
Por ejemplo se sabe que una hipervitaminosis de vitamina D, puede provocar pérdida del apetito, náuseas, fatiga, somnolencia, estreñimiento, aumento de la tensión arterial e incluso la muerte.
Por otro lado, tomar Vitamina A en dosis excesivas puede provocar en bebés: dolores óseos, piel seca, vómitos o insomnio. Mientras que en jóvenes y adultos puede causar crisis convulsivas y coma.
Algunos de estos efectos son reversibles, es decir que desaparecen tan pronto como se deja de administrar la vitamina que está generando problemas, pero otras pueden tener efectos irreversibles.
Se han realizado investigaciones que apuntan a que los suplementos de Vitamina A y E pueden acortar la vida. Un estudio de la Universidad de Copenhague (Dinamarca), descubrió que ciertos antioxidantes en pastillas elevaban la mortalidad.
En cuanto a los beneficios y/o efectos perjudiciales de las vitaminas, hay mucha tela que cortar.
Hay estudios que afirman que no existe evidencia de que los complejos multivitamínicos sean beneficiosos para los adultos sanos, pero que éstos tampoco parecen causar daños.
Otros señalan que tomar vitaminas y minerales en grandes dosis por largos períodos puede ser perjudicial para la salud. Un grupo de expertos británicos, advirtió que consumir dosis elevadas de ciertos minerales puede ser también perjudicial.
El manganeso ingerido en exceso provoca desórdenes nerviosos y daños musculares. El fósforo puede ocasionar daños en órganos y tejidos, mientras que el zinc puede afectar el sistema inmunológico.
Se sabe también que consumir más de 10 mg diarios de vitamina B6, produce pérdida de sensibilidad en brazos y piernas, y otros estudios recientes, señalan que tomar vitamina E, puede aumentar el riesgo de cáncer de pulmón.
En fin, conviene tener presente el viejo consejo que dice “que todo en exceso es malo”. Es mejor consultar con su médico y no auto-recetarse, ya que los suplementos vitamínicos tomados incorrectamente, podrían provocarle un efecto contrario al que usted busca.
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