La alimentación de los niños en verano

En tiempo de vacaciones las rutinas cambian, los horarios se alteran y la alimentación corre un mayor riesgo de desordenarse, lo cual representa un peligro para la salud de los niños.

 

Como los desequilibrios surgen con mayor facilidad en esta etapa, la dieta debe ser más cuidada. Expertos en nutrición recalcan la importancia de mantener hábitos alimentarios saludables en todos los periodos, y fomentar pautas alimentarias que favorezcan la promoción de la salud y el correcto desarrollo de los niños, lo cual les brindará beneficios a corto y largo plazo.

 

Durante el verano es importante mantener una alimentación variada y equilibrada, adaptando los menús a los alimentos propios de la estación, que les aportarán gran cantidad de vitaminas y minerales. Además, las vacaciones, son una oportunidad para que los niños consuman alimentos de temporada y prueben nuevos sabores, dentro de un ambiente festivo.

 

En verano la dieta debe también estar compuesta de tres comidas principales y dos comidas adicionales más ligeras, a media mañana y a media tarde. Al igual que en el curso escolar, se debe vigilar que el niño realice un desayuno correcto, cambiando algo el horario, pero manteniendo la organización de las comidas. El picoteo constante entre horas debe evitarse y se debe moderar el consumo de grasas, dulces, golosinas y “snacks”.

 

“El tentempié” para la playa, o para después de la cena, cuando pasa mucho tiempo antes de que el niño vaya a dormir, debe complementar los alimentos consumidos durante el día con alguna pieza de fruta, yogurt o vaso de leche. Evite darles alimentos con aporte energético innecesario y escaso valor nutricional.

 

Como es frecuente que los niños tomen pocos cereales, el consumo de pan en las comidas o entre horas, incluyendo en ocasiones pasta o arroz, puede ayudar a revertir esta tendencia.

 

El verano es también una época apropiada para consumir frutas y verduras preparadas de mil maneras o mezcladas. Tampoco pueden faltar los lácteos, que deben consumirse 2-3 veces/día; el grupo de las carnes/pescados/huevos , se aconseja consumirlos de 2-3 veces/día.

 

Es razonable un consumo de carne de 4-7 veces/semana (más cantidad y veces en los niños más grandes y activos y menor cantidad y frecuencia en los más pequeños o sedentarios).

 

Durante el verano existe también un mayor riesgo de deshidratación, por ello se aconseja consumir abundante cantidad de líquidos, principalmente agua. Incluya líquidos sistemáticamente en la dieta sin esperar a que los niños tengan sensación de sed. Para los más pequeños puede preparar batidos de frutas frescas o mezcladas con yogurt. Los zumos de frutas o de frutas con hortalizas, buscando las combinaciones más atractivas, pueden ser deseables para cualquier edad. Se ha comprobado que ofrecer bebidas variadas, favorece que el niño beba más.

 

Chiles rellenos con elote

Ingredientes:

¾ taza de granos de elote
Spray antiadherente
½ cucharadita de sal
¼ cucharadita de pimienta negra
5 chiles poblanos
4 onzas de queso fresco, rallado
1 cebollana verde, picada
1 diente de ajo, picado
2 cucharadas de culantro fresco picado
½ taza de harina
1 clara de huevo, batida levemente
¼ taza + 2 cucharadas de miga de pan
2 cucharadas de polenta

Preparación:

Rinde 4 porciones.
Precalentar el horno en “broil”.
Colocar los granos de elote en una bandeja para hornear, cubrir con spray antiadherente y sazonar con sal y pimienta. Asar en el horno por 12 minutos o hasta que estén dorados. Transferir a un recipiente y esperar que se enfríen.
Mientras tanto, asar los  chiles poblanos hasta que la piel esté completamente quemada. Transferir a una bolsa y dejar que se enfríen para que se afloje la piel. Cuando estén suficientemente fríos para manejarlos con las manos, eliminar la piel de los chiles. Dejar 4 chiles aparte.
El chile poblano restante, quitarle las semillas y el centro y cortar en pedacitos. Agregar a los granos de elote. Añadir el queso, cebolla verde, ajo y culantro. La mezcla debe tener buen sabor; sazonar con más sal o pimienta si fuera necesario.
Hacer cortes a lo largo de los 4 chiles restantes, con cuidado de no romperlos. Con una cuchara, sacar el centro y las semillas. Rellenar cada chile pimiento con la mezcla de elote.
Precalentar el horno a 400º F.
Colocar la harina en un recipiente y la clara de huevo en otro recipiente; en un tercer recipiente mezclar la polenta con la miga de pan. Cubrir cada chile pimiento de primero en la harina, eliminando el exceso, luego por la clara de huevo y por último en la mezcla de polenta. Colocar los chiles en una bandeja para hornear. Cubrir los chiles poblanos relleno con spray antiadherente. Hornear por 20 minutos, o hasta que estén dorados y el relleno esté caliente.

Tips culinarios
Los chiles poblanos son de color verde oscuro y los puedes encontrar en la sección de productos frescos. Si no encuentras chiles poblanos, puedes sustituirlos por chiles pimientos.
Acompaña este delicioso platillo con una salsa roja estilo mexicano.

Información nutricional por porción
• Calorías: 250  kcal
• Proteína: 13 gramos
• Carbohidratos: 36 gramos
• Grasa: 7 gramos
• Colesterol: 17 miligramos
• Sodio: 597 miligramos
• Fibra: 4 gramos
• Grasa Saturada: 4 gramos
• Grasa Poliinsaturada: 0.8 gramos
• Potasio: 435 miligramos
Información básica no exhaustiva proporcionada con fines meramente informativos. Para ahondar con mayor profundidad sobre información relativa a herbolaria, dietas, sustancias o terapias de salud natural pregunte a su médico o consulte publicaciones científicas especializadas. Dienut, no se responsabiliza de ningún daño o problema relacionado con la utilización de sustancias, dietas o tratamientos naturales, su uso será responsabilidad absoluta de quien las usa, consuma y prescriba. Consulte a su médico antes de tomar cualquier tratamiento o sustancia. La información de este sitio No sustituye la atención médica y la consulta con profesionales en el área de salud. Consulte a su médico antes de iniciar cualquier tratamiento, dieta o programa físico.

Errores que cometemos a los 30 en nuestra alimentación

Cada etapa tiene sus propios requerimientos nutricionales, pero de acuerdo a la edad, también cambian las preocupaciones de cada persona respecto a su alimentación.

 

Por ejemplo a los 20, las personas tienden a preocuparse más por la silueta que por la salud, mientras que a los 30 sucede lo contrario, pues empiezan a preocuparse por su salud.

 

Sucede muchas veces que debido a las obligaciones del trabajo y del hogar que tenemos a los 30, enfrentamos el reto de la falta de tiempo para mantener una alimentación sana, especialmente si tenemos hijos pequeños, pues solemos prestar más atención a la nutrición de ellos que a la nuestra.

 

Veamos cuáles son los errores más frecuentes que cometemos en nuestra alimentación a los 30

 

1. Tenemos poco tiempo para preparar comida casera y disfrutar del acto mismo de comer.

2. Comemos con frecuencia comidas desequilibradas fuera de casa y a deshora.

3. No consumimos suficientes frutas, verduras y cereales.

4. Solemos ser sedentarios, no hacemos suficiente actividad física.

 

¿Qué hacer para corregir estos errores?

 

• Si tienes que comer fuera de casa un consejo sencillo pero poderoso es aprender a elegir tus comidas. Trata de elegir más frutas y verduras y menos condimentos y salsas.

 

• Aprende cómo hacer compras inteligentes los fines de semana.

 

• Reduce tu consumo de café y estimulantes, ya que contribuyen a la disminución de calcio.

 

• No descuides tu consumo de alimentos que sean ricos en calcio, como los lácteos.

 

• Pónle un alto al sedentarismo. Incrementa tu actividad física diaria, ve a un gimnasio, haz deporte, o intenta ejercitarte haciendo tareas domésticas.

Alimentación para un envejecimiento saludable

José María Ordovás, investigador español y uno de los científicos pioneros en el estudio de la relación entre la salud y la dieta, ha señalado la importancia que tiene una buena alimentación a la largo de la vida para poder gozar de un envejecimiento saludable.

 

Al respecto, el científico afirma que una buena alimentación “juega un papel muy relevante”, ya que ayuda a retrasar el envejecimiento y a que las personas se sientan mejor, además de prevenir enfermedades asociadas con la edad entre las que se encuentran las cardiovasculares, el cáncer, la osteoporosis, diabetes, la obesidad, etc.

 

Ordovás señala que no debemos olvidar que estas enfermedades se desarrollan a lo largo de toda la vida, de ahí que, para conseguir el mayor efecto en términos de un envejecimiento saludable, se debe llevar a cabo una nutrición saludable desde la infancia e incluso antes de ella por parte de la madre durante el embarazo.

 

En cuanto a los efectos que puede tener sobre el cuerpo la introducción de estos hábitos en la edad adulta, no está tan claro “que se pueda reparar el daño hecho». Por tanto, considera indispensable que esa alimentación se lleve a cabo «durante toda la vida», ya que, a su juicio, es la mejor manera de mantener esa línea de envejecimiento saludable.

 

El científico español dice que si por ejemplo hablamos del calcio, sabemos que determina la calidad ósea y, por lo tanto, cuanto se «ahorre» al principio, durante el crecimiento, va a ser esencial para cuando décadas más tarde, tengamos que «vivir de esos ahorros». Explica que en las arterias pasa lo mismo, una alimentación sana va a prevenir la acumulación de grasa en las mismass, y eso va a prevenir el infarto en los 60 o los 70 y así podríamos ir presentando cada vitamina, antioxidante, etc. que constituyen nuestra dieta», afirma el experto.

 

Asimismo, Ordovás se muestra escéptico con la introducción en el mercado de la alimentación de suplementos y productos anti-envejecimiento y lo que se conoce como la «cosmética en pastillas». En este sentido, aclara que «hay que empezar desde el principio de la vida a cuidar de ese problema», al tiempo que recuerda que «el pensar en volver el reloj atrás por tomar una pastilla u otra cosa no está demostrado científicamente».

 

«No hay duda que cuanto más se cuide uno a cualquier edad, va a contribuir a que se retrase el envejecimiento, pero de ahí a las «balas de plata mágicas» hay un gran trecho», señala el científico.

 

La importancia de la vitamina D en los niños

La vitamina D es “esencial para la vida”, afirman los expertos, pues se trata de una vitamina indispensable para que el intestino pueda absorber el calcio necesario para la óptima mineralización de los huesos. De hecho, según diversos estudios, un consumo de las cantidades diarias recomendadas de vitamina D contribuye a una mejor absorción del calcio.

 

Dado que la infancia es un momento crítico para el desarrollo óseo, en el que el Calcio y la Vitamina D cumplen un papel fundamental, su déficit puede repercutir negativamente en el crecimiento y salud futura de niños y jóvenes.

 

Entre otras consecuencias, la carencia de vitamina D puede producir una disminución de la absorción de calcio, osteoporosis y aumento del riesgo de fracturas, e incluso podría propiciar el retorno de una importante amenaza infantil: el raquitismo.

 

Hoy en día, aún en países como España, existe un alto porcentaje de niños y jóvenes que presentan importantes carencias de vitamina D. Según las últimas estadísticas, un 80% de la población infanto-juvenil española, termina el invierno con carencias de vitamina D, algo realmente preocupante.

 

Principales fuentes de vitamina D

 

La exposición solar es la principal fuente de obtención de vitamina D, sin embargo, el sol no es suficiente, y más ahora que debemos protegernos de sus efectos nocivos. Se sabe en concreto, que sólo con aplicar a los niños una crema protectora de factor 8 durante el verano, el organismo ya no absorbe la vitamina D.

 

La vitamina D también se obtiene a través de la dieta, pero es difícil alcanzar los niveles diarios recomendados a través de la alimentación. De hecho, la mayor parte de la población no obtiene la cantidad suficiente de vitamina D de la dieta.

 

Por esta razón cuando el sol y la dieta no bastan, podemos recurrir a los alimentos enriquecidos con vitamina D, ya que de esta forma se consiguen más fácilmente los mínimos necesarios.

 

A través de los productos lácteos es como mejor absorbemos el calcio que necesitamos. Se recomienda tomar como mínimo 500 mililitros de leche (4 vasos de leche al día) o el equivalente en productos lácteos (5 yogures o 150 gramos de queso de bola, manchego o en porciones), para conseguir de unos 800 a 1.200 miligramos de calcio. Asimismo, los quesos frescos semidesnatados tipo petit enriquecidos con vitamina D son un sistema fácil, efectivo y delicioso para que los niños tomen la cantidad diaria recomendada de vitamina D.

 

Actualmente, para niños se recomienda un aporte dietético diario de 800 mg de calcio y unas 200 Ul (unidad internacional de farmacología) de vitamina D.

 

No obstante, en octubre de 2008, la Asociación Americana de Pediatría (AAP) hizo pública su recomendación de doblar la cantidad de Vitamina D recomendada hasta ahora para bebés, niños y adolescentes. Según esta entidad, los más pequeños deben recibir 400 unidades internacionales (UI) de vitamina D al día desde los primeros días de vida. Según el doctor Frank Greer, de la AAP, esta nueva pauta se justifica porque «la evidencia ha demostrado que esto podría tener beneficios a largo plazo en la salud».

 

La doctora Carol Wagner, también representante de la AAP, ha señalado que «la lactancia materna es la mejor fuente de nutrición para los bebés. Sin embargo, debido a las deficiencias de vitamina D en la alimentación materna que afectan su presencia en la leche de la madre, es importante que los bebés amamantados reciban suplementos de vitamina D«.

 

La asociación pediátrica sugiere que los bebés que no son amamantados y los niños mayores que consumen menos de un cuarto de litro de leche o fórmula fortificada por día deberían recibir suplementos con vitamina D.

Comer sano desde el útero

Una dieta inadecuada durante el embarazo puede limitar el desarrollo intelectual del bebé y aumenta las posibilidades de que sufra obesidad y enfermedades cardiovasculares de adulto.
Aunque recetar dieta y ejercicio a los niños es una buena medida para evitar que, en el futuro, sean adultos obesos y, en consecuencia, enfermos, es posible actuar antes. Por ejemplo, alimentando a los bebés con leche materna en vez de leche de fórmula, e incluso antes: durante el embarazo.
La doctora Cristina Campoy, pediatra y profesora de la Universidad de Granada, asegura que una dieta adecuada de la madre gestante favorece el desarrollo intelectual del bebé y reduce sus posibilidades de padecer, en la edad adulta, enfermedades metabólicas y cardiovasculares.
Campoy destaca que los casos más llamativos de esa «programación» son los del ácido fólico -abundante en el brócoli y las verduras de hoja verde- y los ácidos grasos omega 3 -que se encuentra en el pescado azul-. Desde hace años se recomienda a las mujeres que prevean quedarse embarazadas tomar suplementos de ácido fólico al menos tres meses antes de la concepción para prevenir defectos congénitos en la columna vertebral del feto, como la espina bífida. Sin embargo, recuerda la pediatra, este tratamiento preventivo -que sólo una minoría de las madres sigue correctamente- también reduce de forma importante las posibilidades de que el niño sufra en la edad adulta enfermedades cardiovasculares.
Potencial intelectual
En cuanto a los omega 3 -y especialmente el ácido docosahexaenoico o DHA-, tienen una gran capacidad antiinflamatoria y previenen la aparición de alergias, asma y obesidad. Además, investigaciones recientes sugieren que el consumo de grasas omega 3 no sólo influye en la salud física del futuro adulto, sino también en su desarrollo cognitivo e incluso en su conducta. Según Campoy, el DHA contribuye a que los individuos alcancen todo el potencial intelectual para el que estaban genéticamente «diseñados».
Cuidado con el peso
A causa de la “programación inadecuada” de sus sistemas metabólicos dentro del útero, algunos niños tienen un alto riesgo de desarrollar, durante la infancia, la adolescencia y en la vida adulta, obesidad, diabetes, enfermedades cardiovasculares, alergias, enfermedades crónicas de tipo inflamatorio y deficiencias en el desarrollo cognitivo y de la conducta, entre otro problemas. Por esta razón “Es conveniente aconsejar a las futuras mamás que lleguen con un peso adecuado a la gestación y, en el caso de que no lo logren o en el caso de las madres diabéticas, el control dietético y del peso durante el embarazo debe ser máximo y realizado por especialistas, para evitar los efectos negativos sobre el desarrollo del nuevo ser”, subraya la profesora Campoy.
Por otro lado, un consumo excesivo de proteínas durante los primeros meses de vida favorece la obesidad infantil y adulta.
Malos hábitos
Es frecuente que las gestantes que consumen drogas, alcohol o tabaco den a luz bebés de bajo peso. Los niños que han sufrido una deprivación nutricional en el útero materno tienen tendencia a ganar peso con gran rapidez al nacer si son alimentados con las fórmulas infantiles convencionales: el aporte de nutrientes adecuado para los recién nacidos de peso normal supone para ellos una “sobrealimentación”, lo que les hace ganar kilos de una forma excesivamente rápida. Este fenómeno, conocido como «catch-up», programa su organismo de forma inadecuada y, en consecuencia, el riesgo de padecer en el futuro obesidad y problemas cardiovasculares en estos niños es más alto, señala la pediatra.
 

Maíz frito al estilo mexicano

Ingredientes:

2 tazas de granos de maíz fresco
½ taza de cebolla en dados
4 cucharaditas de mantequilla
2 chiles jalapeños, sin semillas y picados
½ cucharadita de sal
¼ cucharadita de pimienta
1/8 cucharadita de comino molido

Preparación:

Rinde 4 porciones.
En un sartén a fuego medio, derretir la mantequilla. Agregar el elote y la cebolla y cocinar hasta que estén suaves. Añadir los chiles jalapeños, sal, pimienta y comino, cocinar y revolver frecuentemente de 5 a 7 minutos. Servir.

Tips culinarios

Recuerda que el maíz es considerado como un almidón pues contiene mucho carbohidrato, pero también te provee de grandes beneficios.
Si no te gusta el picante, puedes omitir los chiles jalapeños de esta receta.

Información nutricional por porción
• Calorías: 59  kcal
• Proteína: 1 gramos
• Carbohidratos: 5 gramos
• Grasa: 4 gramos
• Colesterol: 7 miligramos
• Sodio: 79 miligramos
• Fibra: 1 gramos
• Grasa Saturada: 2 gramos
• Grasa Poliinsaturada: 0.3 gramos
• Potasio: 88 miligramos
Información básica no exhaustiva proporcionada con fines meramente informativos. Para ahondar con mayor profundidad sobre información relativa a herbolaria, dietas, sustancias o terapias de salud natural pregunte a su médico o consulte publicaciones científicas especializadas. Dienut, no se responsabiliza de ningún daño o problema relacionado con la utilización de sustancias, dietas o tratamientos naturales, su uso será responsabilidad absoluta de quien las usa, consuma y prescriba. Consulte a su médico antes de tomar cualquier tratamiento o sustancia. La información de este sitio No sustituye la atención médica y la consulta con profesionales en el área de salud. Consulte a su médico antes de iniciar cualquier tratamiento, dieta o programa físico.

Loncheras nutritivas y apetitosas

Cuando inicia el ciclo escolar muchas mamás nos enfrentamos al gran dilema de qué poner en las loncheras de nuestros hijos para la merienda.
 
Es muy importante que nuestros hijos aprendan desde pequeños sobre alimentación nutritiva, pues esto les permitirá hacer elecciones saludables en un futuro, cuando se presente la ocasión.
 
 
• Lo más fácil no siempre es lo más recomendable
 
Lo más sencillo por las prisas de la mañana, es llenar la lonchera con snacks, jugos artificiales, gaseosas y otras golosinas. Probablemente nuestros hijos estén felices con esta merienda, pues a ellos suelen gustarles las “chucherías”.
 
Otras mamás prefieren darles dinero a sus hijos para que consuman algo en la tienda del colegio, sin embargo, con ello propiciamos el consumo de gaseosas y golosinas y los exponemos al consumo de comida chatarra, contaminada o en mal estado.
 
Si queremos brindar a nuestros hijos una merienda saludable, vale la pena esforzarnos, planificar con antelación el menú y quizá levantarnos un poquito más temprano para poder prepararles una lonchera nutritiva que les ayudará a elevar su rendimiento intelectual. Recordemos que la salud empieza basada en buenos hábitos alimentarios.
 
 
• Puntos a tomar en cuenta al preparar la lonchera
 
Los niños en plena actividad necesitan entre 2 mil y 3 mil calorías diarias. La merienda escolar no debe reemplazar el desayuno o almuerzo, sino que debe ser una fuente de energía adicional, que les permita a nuestros hijos prestar mayor atención y poder concentrarse en clase.
 
Algo importante es que los alimentos que les enviamos al colegio deben ser variados y fáciles de digerir. Se debe evitar aquéllos alimentos que pueden fermentarse o enranciarse fácilmente.
 
La cantidad de alimentos estará en función de la edad del niño, el desarrollo, y el tiempo que dure la jornada escolar. Lógicamente un niño pequeño necesitará porciones chicas que irán aumentando a medida que vaya creciendo. Los niños o adolescentes que permanecen largos períodos fuera de casa, deben llevar una merienda un poco más fuerte que incluya carnes (jamón), cereales, verduras, frutas y agua pura.
 
Al preparar las loncheras escolares debemos cuidar no solo el factor nutrimental. También es importante que la lonchera sea apetitosa para nuestros hijos, porque de lo contrario, corremos el riesgo de que regresen a casa con la lonchera intacta.
 
Vale la pena invertir en una buena lonchera. Son mejores las que contienen material aislante, ya sean suaves o duras y resistentes al agua. No obstante, las duras, preservan los alimentos frescos por más tiempo.
 
 
• Tips para que el niño consuma todos los alimentos
 
Si queremos que nuestros niños consuman todos los alimentos, permítales que participen en la preparación y selección de los mismos. Inclúyalos en la elaboración de la lonchera (comprar, preparar y empacar los alimentos, etc.). Probablemente será difícil que ellos lo hagan todo, pero les permitirá escoger cada día entre las cosas que hayan comprado.
 
 
• ¿Qué debe contener una lonchera nutritiva?
 
Una lonchera nutritiva debe contener alimentos energéticos como: pan, galletas, queques caseros, etc. El beneficio será mayor si los combinamos con algún alimento de origen animal, como queso, tortilla de huevo, hígado frito, etc. También debe contener alimentos lácteos como queso, leche, queso, yogurt y frutas de estación.
 
 
• Opciones que puede incluir en una lonchera nutritiva:
 
Algunas buenas opciones que puede incluir en la lonchera nutritiva son: Leche en envases de tetrabrick; frutas secas, como pasas o nueces; cajitas de cereales secos, verduras o frutas en palitos o cuadritos listos para comer, barras de granola o pasas, queso en tiras, galletas saladas de harina integral, tomate en tajadas, rollitos de jamón (puede rellenarlos con queso crema), galletas de avena, jugo de uvas (100% jugo), yogur de frutas, cubitos de queso blanco.
 
 
• Opciones que debe evitar en una lonchera nutritiva
 
– Gaseosas o Jugos artificiales llenos de saborizantes, colorantes y azúcar.
– Galletas dulces con rellenos de cremas o muchos colorantes.
– Galletas saladas rellenas con cremas artificiales de queso, tocino etc.
– Caramelos, gomitas, chupetes, o chocolates en exceso
– Snacks fritos con saborizantes y mucha sal
– Donuts o pasteles rellenos de crema, fritos o con mucha mantequilla.
– Comida muy condimentada o fácil de fermentarse (salsas en base a carne, crema de leche)
 
 
Consejos prácticos para preparar la lonchera
 
• Empaque adecuadamente los alimentos. Envíelos en recipientes prácticos, limpios y seguros.
• Incluya un tenedor envuelto en una servilleta, o algo que lo conserve limpio.
• Lave diariamente la parte interna de la lonchera para prevenir enfermedades.
• Use una servilleta de papel o tela limpia antes de colocar los alimentos en la lonchera.
• Ponga a congelar el jugo desde la noche anterior, ya sea en el paquete o un termo. Al sacarlo envuélvalo en una pequeña toallita o papel toalla, así estará fresco para la hora del almuerzo escolar.
 
 
A continuación encontrarás varios menús para una lonchera nutritiva.
 
• Leche, huevo duro, galletas y mandarina. (el huevo duro conviene enviarlo sin pelar para evitar malos olores)
• Pan con pollo, yogurt y manzana.
• Pan con queso, jugo de manzana y mandarina.
• Pan con mermelada, leche con azúcar y plátano.
• Dulce de leche, manzana y limonada.
• Leche con azúcar, queque y manzana.
• Pan con pollo, leche y uvas.
• Pan con hígado frito, leche y naranja.
• Pan con tortilla de huevo, leche y plátano.
• Pan con mantequilla, leche y plátano.
• Jamón en tiras, panecillo de salvado, piña en trozos y leche baja en grasa.
• Pan de atún, pepinos en rodajas, fresas y leche baja en grasa.
• Porción pequeña de pizza de queso, guisantes de azúcar, jugo de manzana.
• Apio con crema de maní, galletas, melón en tajadas, leche baja en grasa.
• Pan con carne asada y queso, ensalada de lechuga con aderezo bajo en grasa, uvas y agua.
• Requesón bajo en grasa, palitos de pan, calabacín en rodajas, durazno en tajadas y agua
• Pan con crema de maní y plátano, ramitos de brócoli y leche baja en grasa.
• Muslo de pollo al horno, kiwi en rodajas y leche baja en grasa
• Mezcla de cereal y frutas secas, pimiento dulce rojo en tiras y leche baja en grasa.
• Sándwich de crema de cacahuate y banana, ramitos de brócoli y leche baja en grasa
• Pan mini-pita con puré de garbanzos y lechuga, gajos de naranja, galletas en forma de ´animalitos´ y leche baja en grasa
• Burrito de frijoles y queso, tomates miniaturas partidos por la mitad, mango en tiras y agua
• Sandwich de jamón y queso; florcitas de zanahoria y círculos de pepino, banana, jugo de manzana
• Tajadas de pan (trigo, centeno, salvado, integral), tortilla de espinaca o de papa con chorizo, trocitos de sandía, limonada.
• Aritos de choclo (maíz) hervido; huevo de gallina o de cordorniz duros, duraznos en almíbar, jugo de mango
• Galletas integrales de avena o miel, o grisines, cuadritos de queso o dip de queso filadelfia con apio picado, arroz con leche y agua de melón
• Sandwich de lo que más les guste, yogurt, nueces y damascos o guindones, naranjada
• Sandwich de queso filadelfia y pepino, arvejas o guisantes, manzana, jugo de durazno
• Galletas saladas (trigo o salvado), trocitos de jamón, salami o mortadela, ensalada de frutas, jugo de manzana
• Ensalada de papa, zanahoria y arvejas, pollo cocido cortado en cuadritos o atún, gelatina de frutas, limonada
• Una tajada de pastel (keke, bizcochuelo) de naranja, vainilla o zanahoria; cuadritos de queso o yogurt; pasas de uva y maníes, agua de fresas (frutillas) o sandía
• El cereal que más le guste, yogurt, alfajor, naranjada.

Los lácteos en la adolescencia

Tomar lácteos en la adolescencia es fundamental para mantener una dieta equilibrada. Existen varias razones por las cuales los adolescentes deben incluir lácteos en su alimentación:
 
1. Porque tomar 3-4 raciones al día de lácteos durante la adolescencia, es necesario para mantener una dieta equilibrada, según la pirámide de la alimentación.
 
2. Por la variedad, calidad y cantidad de nutrientes que nos proporcionan: proteínas, hidratos de carbono, grasas, calcio, potasio, magnesio y vitaminas A, D y del grupo B.
 
3. Porque contienen proteínas y calcio que nuestro organismo puede asimilar con facilidad.
 
4. Porque las proteínas que contienen los lácteos son de alta calidad, ya que contienen todos los aminoácidos esenciales.
 
5. Porque la grasa de la leche tiene ácidos grasos de cadena corta y media que se digieren con facilidad.
 
6. Porque aportan el calcio necesario para tener un crecimiento óptimo.
 
7. Porque con su contenido en calcio y vitamina D te ayudan a conseguir unos huesos resistentes.
 
8. Porque te pueden ayudar a mantener el peso corporal.
 
9. Y porque hay tantos donde elegir que siempre hay un lácteo que se adapta a tus gustos y necesidades.
 

Bebés que comen pescado tienen menor riesgo de padecer eccema

De acuerdo a un estudio sueco que forma parte de una investigación que analiza la salud de 17.000 bebés a largo plazo, alimentar a los bebés con una porción de pescado antes de los nueve meses de vida podría reducir el riesgo de desarrollar eccema.

 

El equipo de Bernt Alm, pediatra de la Universidad de Gotemburgo en Suecia, señaló en el British Medical Journal, que la introducción de pescado de cualquier tipo en la dieta, disminuye un 2% el riesgo infantil de padecer la condición cutánea, en comparación con los niños que nunca lo consumieron.

 

El principal hallazgo de la investigación, fue que la introducción temprana de pescado era beneficiosa. El autor del estudio dijo que no hubo relación con la cantidad o el tipo de pescado, por lo que se cree que es más una cuestión del momento en que se introduce este alimento.

 

El eccema es una condición crónica que afecta entre el 10 % al 15% de los niños, puede causar picor, enrojecimiento, sequedad y rupturas en la piel. Afecta generalmente a los pequeños propensos a las alergias.

 

Los investigadores hallaron que los genes juegan un papel importante en el desarrollo del eccema, mientras que la lactancia materna y tener una mascota peluda en la casa no tendrían efecto sobre la condición.

 

El pescado en la alimentación parece ser importante, pero el autor sugiere que deberían hacerse más estudios al respecto.

 

Finalmente, el autor principal del estudio aclaró que no hubo protección adicional por el consumo de pescado rico en ácidos grasos omega 3, que tiene fama de r proveer otros beneficios a la salud.